//Lo siento//

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Continuación de Me niego...

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Dos años después...

Las suelas de sus zapatos hacen eco al caminar por los pasillos del hospital ya conocidos por él por tantas veces que ha venido en estos últimos años. Las enfermeras pasan a su lado saludándolo como siempre a lo que él responde con un leve asentamiento de cabeza y una pequeña sonrisa.

Continúa su camino por los mismos pasillos que tiene ya memorizados en su cabeza hasta llegar a la misma puerta. Da un pequeño respiro y entra.

El blanco de la habitación contrasta con su ropa, una camisa negra y sus mismos pantalones cargo. Su vista se posa en la persona sobre la camilla. Esa persona a la que lleva dos años visitando con la esperanza de que despierte, esa persona que debería estar con él discutiendo por cualquier estupidez y que ahora está en una camilla entubado y dormido hasta quién sabe cuándo.

Sonríe tristemente mientras camina hacia la silla al lado de la camilla poniendo sobre sus piernas el pequeño ramo de rosas que compró en el camino. Entre sus manos toma una de las manos del contrario y la acaricia como si fuera de cristal.

– Hola, Danny –. El castaño hace un esfuerzo por sonreír mientras habla –. Te traje rosas esta vez –. Las toma y las deja al lado del rubio –. Sabes, ayer pasó algo muy gracioso –. Ríe bajito recordando –. Después de resolver el caso, el equipo decidió que fuéramos por unas cervezas. Ya allá Chin se pasó de copas y se fue al escenario a cantar –. Ríe con un poco más de fuerza –. No creerás lo horrible que canta –. La risa poco a poco se va apagando hasta que no queda rastro de ella. Sus manos siguen acariciando las del rubio mientras continúa en apenas un susurro –. Debiste estar ahí.

Los ojos del comandante se empiezan a llenar de lágrimas, su corazón se quiebra cada vez más. Traga saliva y mira a su pequeño gruñón. Un tubo sobresale de su boca para ayudarlo a respirar pues él solo no puede, su piel más pálida de lo normal, su cabello intacto, de eso Steve se ha hecho cargo.

Baja la mirada y las lágrimas se abren paso.

– Lo siento –. Se sincera alzando la vista –. Jamás me cansaré de repetirlo –. Su voz se quiebra dejando ver ese lado que no le gusta mostrar, ese lado que lo hace sentir expuesto –. Todo esto fue mi culpa –. Aprieta una de las manos de Danny mientras con la otra acaricia su mejilla –. Yo te hice esto, todo por ella. Alguien que no valía la pena y no me di cuenta a tiempo –. Escupe con odio –. Lo siento –. Besa la mano del rubio y se limpia las lágrimas –. Espero que puedas escucharme –. Le repite como siempre lo hace cuando lo visita –. Necesito que vuelvas, el equipo te necesita, Charlie y Grace te necesitan... – Hace una pausa recuperando las fuerzas para hablar – ...Yo te necesito, Danny.

Según los doctores, las personas en este estado pueden escuchar y como en cada visita siempre le habla y le pide que despierte, aunque la posibilidad de que lo haga sea mínima.

Se levanta para dejar un pequeño beso en la frente del detective, toma las rosas y las coloca en un florero que cambia cada semana que viene con nuevas flores. Incluso más de una vez, le cantó con la guitarra que el mismo rubio le dio. Le da un último vistazo y se va a su deber como aún líder de los 5-0.

~...~

Un caso más resuelto, nada mejor para terminar el día, sin embargo podría ser mejor si cierto rubio anduviera por ahí quejándose por todo y de todos.

Ahora que Danny no está, a Steve le toca llenar su papeleo y la verdad es que no le molesta. Lo mantiene alejado de la tristeza que trata de consumirlo cada vez que está solo.

One Shots - McDannoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora