Solange nació en una familia de cazadores de vampiros legendaria, y por tanto, es su deber formarse como una.
Desde su inicio en la academia de cazadores, Solange pasará por muchas pruebas que le cambiarán la vida.
Es una historia de acción, amistad...
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Pasaron días. Solange y Nolan habían acordado por teléfono tener el mayor cuidado posible. No arriesgarían nada. Harían todo con extrema precaución. Tras su primera y única llamada, se comunicaban dejando notas en las bancas de una plaza cercana a la escuela de Solange, donde era usual que los estudiantes fueran al acabar clases. Por más que deseaba quedárselas, las destruía justo después y tiraba al escusado de los cines para que no quedara rastro. La alegría que proyectaba en su pequeño mundo mortal, ahora era muy real, ya no era fingida.
Cada carta la hacía olvidarse de su condena y del peso que cargaba sobre ella, la hacía olvidarse de sus obligaciones y de las tragedias que habían sucedido.
Solange también seguía asistiendo a clases normales. Apreciaba ese tiempo en el que podía permitirse actuar como una adolescente común, y aunque cada vez era más difícil apagar su otra parte, sus dos vidas nunca chocaron hasta ese día.
El desayuno estaba en la mesa, su madre había hecho waffles de un recetario saludable.
—Buenos días— le dijo su padre tras el periódico.
—Buenos días— le respondió Solange en automático mientras tomaba un waffle integral con mantequilla de cacahuate y le daba una probada, la verdad es que no eran los primeros waffles de la semana, su madre llevaba días intentando un sabor y textura decentes. Hasta ahora eran los mejores, pero eso no quería decir que estuvieran buenos.
Extendidos en la mesa estaban todos los periódicos del día. Usualmente, su padre los hojeaba todos. Era esencial para los altos rangos de la dinastía el estar enterados de todo lo que sucedía, tanto en el mundo normal como en el paranormal.
Solange buscó despreocupada aquél periódico sensacionalista con mala ortografía y artículos de mal gusto que le causaba risa para pasar el rato, pero al encontrarlo no rió.
Pudo ver claramente una foto bastante gráfica de una señora muerta con mordidas en el cuello. Solange miró a ambos lados de la cocina vigilando que no la notaran su padre ni su madre para acercarse un poco más al periódico.
El encabezado decia "Se la chuparon". Solange siguió leyendo sin saber qué hacer. Nunca había visto algo así revelado en el periodico de la mañana.
—¿Qué estás leyendo con tanto interés, eh?—preguntó su madre. Su padre la miró y volteó el periódico para ver la nota. Un escándalo se desató en la cocina.
—¿¡Pero cómo se atreven!? ¡¿Cómo dieron con eso?!
—Adán, cariño, calma —dijo la madre de Solange.
—¿Pero qué están haciendo nuestros infiltrados?! Esto es lo que deberían evitar ¿para qué se les está pagando, Jessica?
—Vamos, van a creer que es solo por halloween. La semana pasada tenían la nota sobre el esqueleto enorme de sirena. Nadie toma en serio ese periódico.
