Solange nació en una familia de cazadores de vampiros legendaria, y por tanto, es su deber formarse como una.
Desde su inicio en la academia de cazadores, Solange pasará por muchas pruebas que le cambiarán la vida.
Es una historia de acción, amistad...
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Practicó sus formas, su fuerza, equilibrio y cada cosa que había descuidado. Solo habían sido unas semanas pero en el cuerpo se sentían como años. ¿Estaba lista para regresar? No, pero necesitaba hacerlo. Tenía un sentimiento extraño, una angustia que no se apagaba, y si todo se iba a ir a la mierda, era mejor estar preparada.
No contó siquiera los días que pasó encerrada pues la habían dejado en confinamiento solitario; parte porque Siria era así de cruel, parte por ser una Soleil y por tanto, seguro que mantenían su encierro por debajo del agua. ¿Qué cosa se habrían inventado para justificar su encarcelamiento?
Escuchó pasos entonces. No era hora de la comida, así que se sentó con curiosidad esperando a ver quién había llegado. Era su padre compañado por dos guardias. Estaba tan avergonzado que traía hasta las orejas rojas.
—Agarra tus cosas que nos vamos —dijo él en un gruñido.
Solange lo miró desde la celda y volteó a su alrededor confundida. Estaba presa. No tenía cosas ahí.
—Cuando ya no creo que puedes hacer algo peor, sales con algo más —comenzó él en cuanto llegaron al auto.
Solange tampoco estaba de humor. La ropa que le había llevado su padre para quitarse el uniforme del centro de rehabilitación para cazadores era ropa que no le quedaba desde los doce años. Se preguntaba si lo había hecho a propósito. Era un conjunto de shorts que se le metían "hasta el alma" y una playera de Pikachu. Todo en escala de grises. Hasta en su infancia hubiese sido sacrilegio llevar una caricatura a color en su ropa.
—Ha llegado al punto que Siria piensa que tenías al mismísimo Jack de la Morte en nuestro salón —continuó él —. Y no la culpo.
Solange puso su cabeza sobre el vidrio del auto pretendiendo estar cansada, pues estuvo a punto de ahogarse con su saliva de los nervios. No diría nada que la inculpara. Su padre era muy bueno haciendo conversación consigo mismo de todas formas.
—No la culpo porque por meses solo has demostrado completa falta de disciplina, un comportamiento errático, toma de decisiones estúpidas y claramente nula consideración a los demás, a tu familia y a tu futuro —continuó Adán.
—¿Por... por qué cree Siria que tenía a Jack de la Morte en el salón? —dijo Solange aún dudando si era una pregunta que siquiera debería hacer.
—Catrina. Tenías a Catrina ahí. No me lo niegues —le dijo su padre con severidad. Solange solo sintió como se le detuvo el corazón —. Y hay reportes que la han visto con Jack de la Morte. Por eso.
—Sí, estaba Catrina en el salón pero iba a matarla —dijo Solange de inmediato. Fue lo único que se le ocurrió decir. Las cámaras alrededor de la casa solo la habían visto entrar con el estuche de un contrabajo y para ser honesta, en las últimas semanas, sin la cacería, había estado llevando cosas extrañas a su casa como hobbie para no aburrirse. Probó con pintura, papel maché, joyería y ya hasta había llevado previamente la batería vieja de Kenna, seguro que lo habían omitido.
