Capítulo 21 - Verdades

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Todo dependía de qué tipo de persona o criatura estuviera tras esa puerta

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Todo dependía de qué tipo de persona o criatura estuviera tras esa puerta.
Dos opciones solamente: la ayudaría o la mataría.

La puerta rechinó. Catrina, quien miraba por la ventana, volteó hacia ella.

—¡Solange!

Verle el rostro fue algo difícil. Como con todos los vampiros, podía notar pequeños cambios que le daban una apariencia más estética, simétrica y bella para engañar y atraer a los pobres mortales con facilidad.

Sus ojos, ya grandes en el pasado, parecían haber crecido aún más y si antes habían sido violetas opacos por su enfermedad visual, ahora brillaban como amatistas rarísimas. Su pupila e iris, antes sin una línea clara, se habían definido y separado. Se podía ver con claridad dónde empezaba cada uno.

Notó entonces como la mirada de Catrina fue hacia su pantalón y cómo cambió su semblante. Abrió la boca dejando ver sus nuevos colmillos prominentes, habían tintes de temor y confusión al reconocer el escudo de la dinastía que Solange llevaba. Seguro que lo había visto con anterioridad en la redada.

—Hoy vi tu rostro en el tablón de misiones de la academia de cazadores —empezó Solange, debía ser fuerte y cautelosa tanto en palabras como acciones, ya no había nada que ocultar, ambas sabían dónde estaban paradas—. Justo yacía en el lago pensando en ti, meditando qué hacer. Estaba a unos metros cuando llegaste. Me molesté de que alguien invadiera nuestro lugar secreto y entonces te descubriste. Te noqueé porque seguía dividida —le dijo al tiempo que caminaba hacia ella. Mentía, sí. En ese momento no hubo división, en ese momento solo existió su necesidad de salvarla pero quizás esa era la única forma de hacerle entender que nada estaba seguro y así sacarle información; necesitaba saber quién era ahora y qué intenciones tenía.
Sobretodo debía recordar que esa Catrina ya no era su Catrina.

—Sol... creí que te habías marchado —dijo Catrina con su voz característica. A excepción de cuando se enojaba, siempre había tenido voz baja y tímida.

Solange extrañaba tanto escucharla. Por dentro se sentía despedazada, pero por fuera debía mantenerse fría para no terminar LITERALMENTE en pedazos.

—Muchas cosas cambiaron drásticamente con tu muerte, Cat —Tuvo que contenerse de mostrar cualquier emoción. Era muy difícil al ver sus ojos tristes tan claros. Su aspecto no ayudaba: su mano aún no sanaba, tenía el cuerpo severamente quemado y el cabello revuelto.
El instinto protector de Solange, por todos los años que pasaron juntas y su amistad, solo quería curarla y peinarla, justo como Catrina había hecho por ella tantas veces antes.

—Pero, ¿cómo es que...? ¿Por qué nunca me dijiste lo que eras?

Solange bufó entonces. En parte por querer fingir rudeza, en parte porque realmente la pregunta le ofendía.
—¿Crees que vamos por la vida revelando lo que somos? ¡Te lo insinué muchas veces! Ademas, ¿nunca lo sospechaste? ¿Ni por mi familia? ¿No te parece raro que en diez años de nuestra amistad jamás supieras en qué se ganan la vida mis padres?

SolangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora