XXI. NICOLAS FLAMEL

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Capítulo Veintiuno:
Nicolás Flamel

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Dumbledore había convencido a Harry de que no buscara otra vez el espejo de Oesed, y durante el resto de las vacaciones de Navidad la capa invisible permaneció doblada en el fondo de su baúl. Harry deseaba poder olvidar lo que había visto en el espejo, pero no pudo. Comenzó a tener pesadillas. Una y otra vez, soñaba que sus padres desaparecían en un rayo de luz verde, mientras una voz aguda se reía.

—¿Te das cuenta? Dumbledore tenía razón. Ese espejo te puede volver loco —dijo Ron, cuando Harry le contó sus sueños.

Hermione, que volvió el día anterior al comienzo de las clases, consideró las cosas de otra manera. Estaba dividida entre el horror de la idea de Harry vagando por el colegio tres noches seguidas "¡Si Filch te hubiera atrapado!" y desilusionada porque finalmente no hubieran descubierto quién era Nicolás Flamel, a parte de que Fanett no pasaba tiempo con ellos desde que Harry le dijo aquellas cosas.

Ya casi habían abandonado la esperanza de descubrir a Flamel en un libro de la biblioteca, aunque Harry estaba seguro de haber leído el nombre en algún lado. Cuando empezaron las clases, volvieron a buscar en los libros durante diez minutos durante los recreos. Harry tenía menos tiempo que ellos, porque los entrenamientos de quidditch habían comenzado también.

Wood los hacia trabajar más duramente que nunca. Ni siquiera la lluvia constante que había reemplazado a la nieve podía doblegar su ánimo. Los Weasley se quejaban de que Wood se había convertido en un fanático, pero Harry estaba de acuerdo con Wood. Si ganaban el próximo partido contra Hufflepuff, podrían alcanzar a Slytherin en el campeonato de las casas, por primera vez en siete años. Además de que deseaba ganar; Harry descubrió que tenía menos pesadillas cuando estaba cansado por el ejercicio.

Cuando el entrenamiento de quidditch termino, Harry se dirigió directamente a la sala común de Gryffindor; donde encontró a Ron y Hermione jugando al ajedrez y Fanett estaba en unos de los sofas leyendo un libro. No había tenido la oportunidad de disculparse con la castaña, y el hecho de que lo ignorara le empezaba a afectar.

—Cassie—dijo Harry cuando se acerco ala castaña.

Fanett levanto la mirada de su libro y la poso en la de Harry.

—¿Qué deseas, Potter?—pregunto con indiferencia.

—Lo siento. Enserio lamento como te trate ese día. Por favor perdóname—dijo Harry soltando un suspiro—No quiero que estes enojada conmigo. No me gusta ver como me ignoras, yo...

—Te habías tardado, James—le interrumpió Fanett abrazándolo—Te perdono, no te preocupes.

—Gracias, Cassie—dijo Harry devolviéndole el abrazo.

Cuando se separaron, se acercaron donde sus amigos. El ajedrez era la única cosa a la que Hermione había perdido, algo que Harry y Ron consideraban muy beneficioso para ella.

—No me hables durante un momento —dijo Ron, cuando Harry se sentó al lado—Necesito concen... —vio el rostro de Harry—. ¿Qué te sucede? Tienes una cara terrible.

En tono bajo, para que nadie más los oyera, Harry les explicó el súbito y siniestro deseo de Snape de ser árbitro de quidditch.

—No juegues —dijo de inmediato Hermione.

—Diles que estás enfermo —añadió Ron.

—Finge que se te ha roto una pierna —sugirió Hermione.

Best Of Me - Harry Potter Pt. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora