LXIX. HASTA PRONTO, HOGWARTS

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Capítulo Sesenta y Nueve:
Hasta Pronto, Hogwarts

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Fanett había pasado un buen rato en el despacho de Severus junto a sus abuelos, y el nombrado. Los adultos estaban bastantes preocupados por la castaña ya que no sabían si borrarle aquellos perturbadores recuerdos de la cámara, pues sabían que podría llegar a afectar la salud mental de la chica.

Durante el banquete todos iban en pijama, y la celebración duró toda la noche. Lo mejor para la pandilla de amigos había sido cuando Hermione corrió hacia ellos gritando: «¡Lo han conseguido! ¡Lo han conseguido!»

Cuando Hagrid llegó, a las tres y media, dio a Harry y a Ron unas palmadas tan fuertes en los hombros que los tiró contra el postre, mientras que ha Fanett le dio un abrazo que la castaña muy contenta correspondió.

Valla sorpresa la que se llevaron todos, cuando dieron a Gryffindor los cuatrocientos puntos ganados por Harry y Ron, con lo que se aseguraron la copa de las casas por segundo año consecutivo.

Los exámenes había sido suspendidos como obsequios para los alumnos. Claramente esto no le agrado mucho a Hermione. Dumbledore anunció que, por desgracia, el profesor Lockhart no podría volver el curso siguiente, debido a que tenía que ingresar en un sanatorio para recuperar la memoria. Algunos de los profesores se unieron al grito de júbilo con el que los alumnos recibieron estas noticias.

—¡Qué pena! —dijo Ron, cogiendo una rosquilla rellena de mermelada—. Estaba empezando a caerme bien.

—Pero solo cuando no tiene memoria—se burlo Fanett.

El resto del último trimestre transcurrió bajo un sol radiante y abrasador. Hogwarts había vuelto a la normalidad, con sólo unas pequeñas diferencias: las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras se habían suspendido («pero hemos hecho muchas prácticas», dijo Ron a una contrariada Hermione) y Lucius Malfoy había sido expulsado del consejo escolar. Draco ya no se pavoneaba por el colegio como si fuera el dueño. Por el contrario, parecía resentido y enfurruñado. Y Ginny Weasley volvía a ser completamente feliz.

Muy pronto llegó el momento de volver a casa en el expreso de Hogwarts. Fanett, Harry, Ron, Hermione, Fred, George y Ginny tuvieron todo un compartimento para ellos. Aprovecharon al máximo las últimas horas en que les estaba permitido hacer magia antes de que comenzaran las vacaciones. Jugaron al snap explosivo, encendieron las últimas bengalas del doctor Filibuster de George y Fred, y jugaron a desarmarse unos a otros mediante la magia. Harry estaba adquiriendo en esto gran habilidad.

—Ginny.., ¿Qué es lo que le viste hacer a Percy, que no quería que se lo dijeras a nadie?—pregunto Harry.

—¡Ah, eso! —dijo Ginny con una risita—. Bueno, es que Percy tiene novia.

A Fred se le cayeron los libros que llevaba en el brazo.

—¿Qué?

—Es esa prefecta de Ravenclaw, Penélope Clearwater —dijo Ginny—. Es a ella a quien estuvo escribiendo todo el verano pasado. Se han estado viendo en secreto por todo el colegio. Un día los descubrí besándose en un aula vacía. Le afectó mucho cuando ella fue..., ya sabéis..., atacada. No os reiréis de él, ¿verdad? —añadió.

—Ni se me pasaría por la cabeza —dijo Fred, que ponía una cara como si faltase muy poco para su cumpleaños.

—Por supuesto que no —corroboró George con una risita.

—Al menos el tiene novia—se burlo Fanett de los gemelos.

—¿Y tu tienes novio, pequeña Scamander?—contrataco George.

—Claro que si—dijo Ron—Que no ves que es Harry.

Ambos niños se sonrojaron ante lo que había dicho su amigo. Pues después de lo ocurrido en la cámara secreta; ninguno volvió a tocar el tema. Quizás por miedo, o simplemente preferían dejarlo así.

—¿¡Como es eso posible!?—exclamo sorprendido Fred.

El expreso de Hogwarts aminoró la marcha y al final se detuvo, salvando a Fanett y Ron de dar cualquier tipo de explicaciones.

Harry sacó la pluma y un trozo de pergamino y se volvió a Fanett, Ron y Hermione.

—Esto es lo que se llama un número de teléfono —dijo Harry, escribiéndolo tres veces y partiendo el pergamino en tres para darles un número a cada uno—. Tu padre ya sabe cómo se usa el teléfono, porque el verano pasado se lo expliqué, supongo que tu abuela sabrá como utilizar uno, Cassi. Llamadme a casa de los Dursley, ¿vale? No podría aguantar otros dos meses sin hablar con nadie más que con Dudley...

—Pero tus tíos estarán muy orgullosos de ti, ¿no? —dijo Hermione cuando salían del tren y se metían entre la multitud que iba en tropel hacia la barrera encantada—. ¿Y cuando se enteren de lo que has hecho este curso?

—¿Orgullosos? —dijo Harry—. ¿Estás loca? ¿Con todas las oportunidades que tuve de morir, y no lo logré? Estarán furiosos...

Y juntos atravesaron la verja hacia el mundo muggle.

—Supongo que no todos los muggles son buenos como tus padres, Hermione—dijo Fanett mientras buscaba a sus abuelos.

—No te preocupes por ellos, Harry—dijo Ron—Sabes que a mi madre le encantaría tenerte de nuevo en casa. Ustedes también son bienvenidas a ir cuando quieran.

—Gracias por la invitación, Ron—le agradeció Hermione—Estaremos en contacto. Nos vemos chicos.—dijo agitando su mano, mientras se acercaba a sus padres.

—Ahí esta mi madre. Nos vemos luego—dijo Ron esta ves.

—Supongo que quedamos tu y yo, James—dijo Fanett.

—Eso parece—dijo el azabache un poco nervioso—Cassi, se que no hemos hablado de lo que ocurrí en la cámara. Pero quiero que sepas que me gusto tu detalle.

—¿En serio lo dices?—pregunto la castaña con una pequeña sonrisa.

—De verdad. Y bueno, yo... estaba pensando...Si tu, no se...digo—tartamudeo Harry—Lo que quiero decir. Cassi, ¿Te gustaría ser mi novia? Se que aun somo muy jóvenes, pero si de algo estoy seguro, es que quiero estar a tu lado siempre.

—Claro que quiero, James—dijo abrazando al chico mientras le daba un pequeño beso en la mejilla.

—¡Oye niño! ¿Terminaste?—exclamo una voz a sus espaldas, haciendo que ambos se sobresaltaran un poco.

—Te veo después, James—dijo Fanett con una sonrisa.

—Te veo después, Cassi—le respondió Harry de igual manera, mientras se acercaba donde sus tíos. Su primo tenia levemente la boca abierta, y pasaba su mirada de Harry a Fanett.

—¿Debería preocuparme, ahora que veo esos ojos enamorados?—pregunto Newt acercándose a su nieta.

—No, en lo absoluto—respondió la castaña con una pequeña sonrisa, mientras tomaba la mano de su abuela.

—Sois tan adorables—comento Tina.

—Solo espero que ese chico Potter no te haga llorar—dijo Newt, llevando el carrito con las cosas de la niña—De lo contrario se lo daré de comer a un hipogrifo.

—Se lo are saber—dijo divertida Fanett.

Best Of Me - Harry Potter Pt. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora