Best Of Me - Harry Potter Pt. 1

LXXIII. AH ESCONDIDAS

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Capítulo Setenta y Tres:
Ah Escondidas

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Una ves que llegaron al calderón chorreante, encontraron al señor Weasley sentado en el bar leyendo El Profeta.

—¡Harry! ¡Fanett!—dijo levantando la vista y sonriendo—, ¿Cómo están?

—Bien, gracias —dijo Harry en el momento en que él, Ron y Hermione llegaban con todas sus compras.

—Y usted como se encuentra?— pregunto la castaña.

—Bastante bien.

El señor Weasley dejó el periódico.

—¿Todavía no lo han cogido? —preguntó Harry mientras miraba la foto de Sirius en la portada.

—No —dijo el señor Weasley con el semblante preocupado—. En el Ministerio nos han puesto a todos a trabajar en su busca, pero hasta ahora no se ha conseguido nada.

—¿Tendríamos una recompensa si lo atrapáramos? —preguntó Ron—. Estaría bien conseguir algo más de dinero...

—No seas absurdo, Ron —dijo el señor Weasley, que, visto más de cerca, parecía muy tenso—. Un brujo de trece años no va a atrapar a Black. Lo cogerán los guardianes de Azkaban. Ya lo verás.

Fanett se preocupo un poco por su padre. Sabia que los guardianes de Azkaban eran dementores. Criaturas espeluznantes para cualquier persona, su mera presencia hacia que todo que congelara y perdiera vida, además que succionan el alma de cualquier persona. Tenia que evitar a toda costa que aquellas criaturas encontraran a su padre.

La señora Weasley entro cargada con compras y seguida por los gemelos Fred y George, que iban a empezar quinto curso en Hogwarts, Percy, último Premio Anual, y Ginny, la menor de los Weasley.

—Es un placer verte, Harry— lo saludo Percy y le tendió la mano de manera solemne, como si él y Harry no se hubieran visto nunca.— Igualmente para ti, Fanett.

—Hola, Percy —contestó Harry, tratando de contener la risa.

—Eh, si. Lo mismo digo, Percy—dijo Fanett un poco incomoda.

—Espero que estén bien —dijo Percy ceremoniosamente. Era como ser presentado al alcalde.

—Muy bien, gracias...—dijo Harry.

—¡Harry! —dijo Fred, quitando a Percy de en medio de un codazo, y haciendo ante él una profunda reverencia.

— Y mira que cuanto has crecido, pequeña Scamander—dijo George mientras abrazaba a la castaña por los hombros— Aunque no lo suficiente para alcanzarnos.

—Nos es mi culpa que ustedes sean un edificio andante—rio Fanett.

—Es estupendo verlos nuevamente, chicos...—dijo Fred.

—Maravilloso —dijo George, haciendo a un lado a Fred y cogiéndole la mano a Harry—. Sencillamente increíble.

—Ya vale —dijo la señora Weasley.

—¡Mamá! —dijo Fred, como si acabara de verla, y también le estrechó la mano—. Esto es fabuloso...

—He dicho que ya vale —dijo la señora Weasley, depositando sus compras sobre una silla vacía—. Hola, Harry, Fanett cariño. Supongo que han oído ya todas nuestras emocionantes noticias. —Señaló la insignia de plata recién estrenada que brillaba en el pecho de Percy—. El segundo Premio Anual de la familia —dijo rebosante de orgullo.