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Lo miro pasmado por unos segundos, sin embargo se recupero rápido, adoptando una expresión socarrona.

—¿Qué tenía ese whisky?—cuestionó Stephen divertido sonriendo burlonamente, sonrisa que decayó paulatinamente al atisbar el severo rostro de su amigo—. ¿Hablas en serio?

—¿Por qué no? Piénsalo, ninguno de los dos quiere casarse, pero si tener un cachorro. ¿Cuál sería el problema? Ambos somos solteros, guapos, nos queremos, confiamos mucho en el otro, somos adultos responsables, tenemos buenos trabajos y lo más importante: no nos atraemos de manera romántica. ¿Lo ves? Tenemos todo a nuestro favor para que esto funcione. Sería el acuerdo perfecto.

—Romper con lo convencional.

—Lo convencional no va con nosotros, Steph. Seguir las reglas no ha sido nunca nuestro estilo. Y nuestros amigos han demostrado que lo convencional no siempre funciona. ¿Por qué hacer las cosas siempre igual? ¿Acaso quieres terminar como ellos?

—¡No! Ahm... ¿Y cuál es tu idea?

—Muy sencillo, lo hacemos, lo tenemos y compartimos la custodia; nos saltamos la mierda del matrimonio y el trago amargo de un divorcio—argumentó el omega muy entusiasmado.

—Okey... Mmmh... ¿Podríamos pensarlo? Mi cabeza dejo de funcionar correctamente desde que mencionaste la palabra acuerdo o... ¿fue antes?

—Claro, piénsalo, pero no tardes demasiado—aclaró.

El alfa asintió con la cabeza y Tony continuó la marcha del automóvil.


Ya instalado en su apartamento, Stephen se puso un cómodo pijama color añil. Se encerró en el baño y ahí, frente al espejo, se quedo pensando en la propuesta de Tony, reflexionando que probablemente la soltó de manera tan precipitada por el factor de su edad. Nunca ha ignorado que uno de los sueños de su amigo es tener un cachorro, pero desafortunadamente le ha ido mal en el amor y tal vez eso ha provocado que aun no lo tenga. Y aunque no lo diga abiertamente, tener un hijo también es una experiencia que le gustaría vivir, pero sin pasar por un matrimonio, su trabajo y su ex lo hacen sentir que esa vida no es para él, por lo que la propuesta de Tony le cae como anillo al dedo.        

Procedía a lavarse los dientes cuando una llamada lo frenó.

—¿Qué pensaste?—preguntó con una taza de café en su mano izquierda, estrenando la cafetera que su mejor amigo le obsequió.

—Tony, ¡apenas han pasado treinta minutos desde que hablamos!

—Tiempo suficiente, ¿no crees?

—Eh... Ni siquiera he podido pensar en el tema—mintió, desde que Stark le dijo sobre su acuerdo no había dejado de pensar en ello.

—Stephen, no hay mucho que pensar.

—Bien, pero... ¿Qué le diremos a los demás?

—¡Fácil! Fuimos a una fiesta, nos embriagamos, tuvimos sexo salvaje y salió el cachorro.

—Eso nos haría quedar como unos irresponsables.

—Bueno, salimos un par de veces, salí embarazado, y a pesar de que la relación no funciono, los dos queríamos al bebé, pero no estar juntos y como adultos responsables decidimos tenerlo y compartir la custodia, llevando una relación sana y civilizada por el bien del cachorro. ¿Mejor?

—Creo.

—Es lo mejor para no ofender susceptibilidades, de todos modos, la sociedad es hiper sensible. Y yo digo al diablo lo que piensen. Da igual lo que aleguemos. ¿Qué dices? ¿Lo hacemos?

El acuerdo (Ironstrange AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora