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Después de un parto largo y doloroso, nació un hermoso niño de cabellos castaños y mejillas sonrosadas al que nombraron Peter.

—Oh chicos, es precioso—dijo Natasha que, junto a su esposo, visitaron el hospital, trayendo consigo un pequeño regalo al recién nacido: una cobijita de color amarillo.

—Es adorable—le siguió Pepper que también se encuentra ahí contemplando enternecida al cachorro. Su esposo se mantiene al margen, de pie a la ventana con las manos metidas en los bolsillos y la cara larga—. Es muy lindo.

—Tienen un cachorro—espetó Bruce emocionado e incrédulo, mirando a Stephen, intentando abrir una botella de champagne para celebrar.

—Es increíble—mencionó Nat, acariciando suavemente el hombro del bebé.

Las visitas siguieron, arribando los padres de Tony. Inmediatamente todos saludaron a la pareja.

—Hola—María suspiró—. Esto es extraño—comentó adentrándose a la habitación con una bolsa que en su interior guarda un regalo para su nieto: un gorrito y una chambrita tejidos por ella.

—Beck, que gusto verte—dijo Howard acercándose al alfa que conoce, un tiempo trabajaron juntos—. ¿Cómo has estado?

—Muy bien, gracias, señor Stark—contestó dandole un apretón de manos.

—¿Cómo esta tu hija, la que si tiene padres casados?—preguntó en voz alta para que todos escucharán, claro esta.

—Bien, bien, gracias por preguntar.

—Howard—lo llamó su esposa discretamente para que se acercará a conocer a su nieto.

—Él es Peter—Tony, recostado en la cama con su cachorro en brazos, lo presento.

—Cielos, es el bebé más bonito y adorable de todos—pronunció María eufórica y en seguida le mostró el regalo que le trajo.

Howard observó al cachorro con desinterés, para luego mirar su reloj, algo que Tony notó pero que no permitió que opacara su felicidad.

—María, ya—la apresuró.

—¿Qué? ¿Se van tan pronto?—repuso el omega.

—Tu padre tiene que hacer un viaje de negocios—respondió María con lamento.

—Casi se me olvida, aquí esta el regalo de mi parte—dijo el alfa sacando un cheque que le entregó a su hijo.

—Papá, no es necesario. Stephen y yo compartiremos gastos.

—Así es, señor, me haré responsable del bebé—aseguró Stephen.

—Todo será mitad y mitad.

—¿Mitad y mitad? Hmm, él debería absorber todo. No cabe duda—murmuró ladeando la cabeza a los lados en un evidente gesto de desaprobación—. Consérvalo, lo necesitarás—instó observando a Strange con desprecio antes de marcharse.

—Adiós. Gracias por venir—gritó Tony al aire, fijando la vista en su amigo—. No le hagas caso—le susurró, estrechando su mano.

El neurocirujano sonrió despreocupadamente, haciéndole entender a Tony que no le afecto, tampoco permitiría que esos malos comentarios y miradas agresivas empañaran el día más feliz de su vida.

Bruce sirvió y repartió copas de champagne para no romper la esfera de felicidad y el ambiente de celebración que se había creado.


Cuando sus amigos se fueron, Stephen cargó a su cachorro. Después de un rato, lo volvió a colocar en los brazos de Tony que aun yace en la cama del hospital.

El acuerdo (Ironstrange AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora