Capítulo 15. Celos.

6.1K 559 348
                                    

15 - Estos celos me hacen daño, me enloquecen

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

15 - Estos celos me hacen daño, me enloquecen.

Estar triste y estar deprimido son conceptos totalmente diferentes. El primero se trata de una sensación temporal producto de alguna situación, en cambio, lo segundo es mucho más profundo y suele permanecer en el tiempo.

Shouto lo sabía muy bien.

Él mismo había vivido en carne propia lo que es tener un horrible destino que solo goza del malestar que le generaba. Ya no sabía qué era lo que hacía con su vida.

Tan solitario, que ni siquiera consigo mismo podía llegar a soltar todos los sentimientos que tenía acumulados.

Hacía años que había tocado fondo, desde ese momento que marcó un antes y un después. Incluso había reconocido que fue la peor decisión que había tomado. Era muy joven y no sabía que más opciones había para tomar, que no sean un final trágico. Sin embargo, luego de esa fuerte recaída a sus quince años, decidió por su propios medios buscar ayuda psicológica.

En su casa no había lugar para poder ser vulnerable y dejar aflorar sus penas. En el colegio y actividades extracurriculares, tampoco podría. Debía ser el mejor.

Es por eso, que la noche era su mayor enemiga.

Tenía tanto miedo que jamás olvidaba de tomar las pastillas para poder dormir plenamente, de lo contrario, su mente lo acorralaría y odiaría volver al inicio.

No hacía bien guardar todo, pero tampoco quería enfrentarlo. Estaba bien con ello.

Toda su tristeza e ira la arrojó por un puente, ya incluso vivía pero no podía ser capaz de tomar conciencia de que estaba viviendo. Entonces, cuando volvía a la realidad, después de mantener su mente ocupada en distintas actividades que reconocía como "escapes", era ahí cuando se daba cuenta de lo que estaba haciendo.

Estaba vivo, mas no vivía.

—  Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarle? -La voz de una joven lo hizo despertar de sus pensamientos.

— Buenas tardes, señorita. Venimos en busca de Izuku Midoriya.

La mujer rápidamente tecleó en su laptop el nombre dicho, sonriendo cuando dio con un resultado.

— Sexto piso, pueden tomar el elevador de allí.

A pesar de que ya lo sabía, Todoroki había decidido ir por el método burocrático y no entrar como un desconocido a la empresa donde trabajaba su amigo.

Dolía tanto llamarlo así.

— ¿Puedo presionar el botón? — Un tirón en su brazo hizo que girara su cabeza hacia la derecha, donde sostenía de la mano a la pequeña Haruka Midoriya.

Hoy viernes habían quedado de acuerdo con Izuku para ir a cenar los tres juntos, pasando por el trabajo de este.

—  Claro que sí. — El semi albino asintió, adentrándose al elevador con la pequeña, quien apretó el botón que sería el correcto.

Mi Pecoso. [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora