Los ojos gélidos de Levi eran un muro impenetrable y el color azul oscurecido por la irritación acrecentaba esa sensación.
Jaeger sin poder contener el miedo, la preocupación y los nervios, empezó a hablar en marejada, un vómito verbal inconexo que respondía preguntas que nadie le había hecho. Sabía que estaba haciendo el ridículo frente a uno de los seres humanos más impresionantes del mundo, pero Armin era su amigo y valía cualquier castigo que, el muy creativo Acólito Ackerman, quisiera imponerle.
Mientras tanto, Levi continuaba mirando detenidamente a Eren, conteniéndose para no arrojarlo como un costal de papas y quitarlo del camino hacia su destino, figurativa y literalmente. Y fue precisamente esa necesidad de serenar sus emociones lo que hizo que Levi notara lo que era evidente.
Jaeger le estaba mintiendo.
Era obvio, incluso para el más obtuso de los observadores.Temblaba de pies a cabeza, evitaba mirarlo a los ojos escondiendo la vista en un punto lejano y por si eso no era poco, cubría inconscientemente su boca al hablar, con movimientos nerviosos de sus manos trémulas.
Pero eso no hubiera significado nada, después de todo Levi estaba ahí para ver a Mikasa, enfrentar sus peores miedos y con ello, sus más grandes anhelos. Sin embargo, Levi sabía porque toda esa farsa actuada pésimamente por el acólito Jaeger.
Lo sabía.
Levi Ackerman era considerado un prodigio desde muy temprana edad, incluso sin el don que era la sangre divina de Ángel corriendo en sus venas, él de cualquier manera estaba destinado a ser extraordinario. Reflejos gatunos, fuerza prácticamente sobrehumana, vista de halcón y sumado a ese combo ganador, sus proezas intelectuales eran tan impresionantes como las físicas: habilidad de deducción sin igual, estratega nato, memoria casi eidética. Incluso su carácter explosivo e idealista, en el campo de batalla de esa guerra casi pérdida, era ideal.
Para todos los maestros que tuvo durante su vida, tanto antes de ser acólito como durante su recorrido por las jerarquías hasta llegar a la primera, siempre fue el estudiante uno entre mil.
Dedicado, sagaz, responsable, aprendía a una velocidad incomparable. Ninguna técnica, conocimiento o arte le estaba vedada a Levi Ackerman, el aprendiz perfecto.
Por ello las lecciones que la súcubo creyó estaban del todo perdidas, pues su alumno no demostraba el menor interés en aprender lo que ella tenía que enseñarle, habian sido secretamente, estudiadas y asimiladas a cabalidad. Cada consejo, atajo, nuevo conocimiento era absorbido e integrado a las artes ya aprendidas por el acólito Ackerman. Cualquier conocimiento que pudiera ayudar a vencer al infierno era ley dominarlo.
El mentiroso aprendiz de Mikasa, practicó cada noche, horas enteras, cada lección que su maestra le enseñó. Los resultados, a pesar del gran esfuerzo, no llegaron inmediatamente, ya que la mente de Levi estaba más interesada en Mikasa que en sus lecciones. Y quizás si el destino lo hubiera deseado de un modo diferente, eligiendo otro momento u otro lugar todo hubiera seguido igual. En una aparente y engañosa calma.
Pero no, la vida imprevisible, impetuosa y algo sádica, eligió ese exacto lugar y tiempo como el indicado para el despertar. El poder durmiente de Levi Ackerman comenzó a florecer, similar a su dueño, de forma aparatosa y explosiva.
El mundo que había conocido desde que sus ojos se abrieron cambió por completo. Colores indescriptibles poblaban su visión, cada ser viviente le mostraba radiante y mágico el reflejo del alma en ellos. Jaeger frente a él, estaba rodeado por un halo de un verde claro predominante, que se mezclaba con celestes y blanco, todo ese brillo tan tembloroso como el mismo acólito.
El muro de la asociación y la puerta de esta, que eran de un grosor considerable, no eran obstáculos para su recién descubierta habilidad. Una visión tan extraordinariamente hermosa, más allá de lo que cualquier ser viviente hubiera presenciado jamás; y el descubrimiento que pudo ser una revolución que lo llenara de esperanza y fuerza para Levi solo representó una honda desolación.
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El infierno del amor
FanfictionUn ser nacido en las sombras, creado con el único fin de alimentarse de la energía humana, a través de la lujuria propia de la especie. Mikasa, súcubo de primer nivel, condenada a vagar por la eternidad. Ella conoció el verdadero infierno el día que...