Respondiendo al desafío

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La armería de la Asociación Ackerman contenía toda clase de artefactos diseñados, almacenados y mejorados, a través del tiempo para acabar con los demonios de bajo nivel y dañar lo más posible a los miembros demoníacos de los primeros niveles.

Los nuevos integrantes de la primera jerarquía habian sido conducidos hasta ahí por el armero Maestro, que les haría entrega de su nueva indumentaria contra demonios. Todos ellos, sin excepción, miraban maravillados el lugar. En su vida antes de ser ascendidos, jamás habian ingresado a la famosa armería, orgullo y piedra angular de la asociación.

Paneles enteros tapizaban el lugar que, a su vez, estaban repletos de arcos, ballestas, espadas, lanzas, látigos e incluso algunos artefactos explosivos para lograr vencer en la batalla contra el infierno. Muchos de estos instrumentos, sólo eran conocidos por los acólitos de las jerarquías inferiores  por ambiguas descripciones que circulaban en el edificio. Y aun con esa excesiva confidencialidad, las armas exclusivas para los miembros de la primera jerarquía sólo eran vistas por ellos, los diáconos y el mismo Armero Maestro, pues eran resguardadas como un tesoro, ya que contaban con la tecnología más avanzada en cuanto estabilidad, durabilidad y eficiencia en la ardua labor de exterminar entes infernales. Además, que algunas eran invaluables, pues  eran tan antiguas como la misma Asociación.

-Eren Jaeger, favor de pasar al frente. - La voz del armero Maestro era grave, su semblante adusto imponía el mayor de los respetos. El aludido por lo regular rebelde y sumamente impulsivo, reaccionó como una gacela asustada al escuchar su nombre, e hizo exactamente lo que le solicitaron en completo silencio.

- De acuerdo con las habilidades mostradas en tu prueba de fe, se te confiará la espada "Estrella de la mañana". Hecha a base de titanio de alta densidad, es prácticamente indestructible. Aun con eso, es ligera y muy fácil de transportar. Esta purificada, como todas las armas en este almacén, así que, al tener contacto directo con el exterior de esos imbéciles demonios, les causará una quemadura crítica, y en el caso de algunos entes de bajo nivel podría ser bastante letal. Si aun con eso no puedes silenciar tu objetivo para siempre, Estrella de la mañana, es tan afilada que podría cortar el muro de la armería en este instante. Obviamente, todo dependerá de tu fuerza y convicción, así que confiamos en que seas lo suficientemente adecuado para blandir esta espada en nombre de la humanidad. Y si no lo eres, entrena hasta sangrar para lograrlo, Eren Jaeger. Que la voluntad de los ángeles este contigo. Así sea. - Un sonoro así sea a modo de respuesta de los presentes resonó dentro de la armería. Costumbre de la Asociación para finalizar con los rituales que se consideraban de mayor importancia.

-Armin Arlert, un paso al frente. – Una vez más se repitió el rito con el rubio ojiazul que, aunque deseaba ocultarlo temblaba como hoja en el viento. – Tu arma fue difícil de elegir. Tu agudeza de mente y tu fortaleza de espíritu fueron los que me dieron la respuesta. "Corazón de ángel" será tu arma. Una katana en apariencia frágil y delicada, pero que no te engañe el exterior, su capacidad destructiva es de temer. Empuñada en tus manos será tan letal como tú lo desees. Acumula energía del portador para después liberarla con un mortífero ataque. Tengo fe, en ti Armin Arlert, justifica mi fe y vence al infierno. Así sea. – Nuevamente la armería resonó con la respuesta de los presentes.

-Por último, Marco Bott y Jean Kirschtein, adelante. Cuando me enteré de que durante las pruebas de fe su estrategia era la confianza en su compañero, decidí que ustedes serían dignos portadores de "Luz y Esperanza" las cimitarras gemelas. Por increíble que parezca, solo han tenido un dueño desde que la Asociación Ackerman fue fundada hace doscientos años. Un acólito de grandes habilidades, un portador de la sangre de ángel. Sin embargo, después que aquel dotado muriera hace dos siglos, jamás se pudo encontrar nadie con la habilidad y paciencia para manejarlas. Pero eso no impidió que los anteriores armeros maestros siguieran mejorandolas, y ahora, a ustedes se les ha concedido el honor de ser los nuevos portadores. Luz y esperanza son duras como el diamante, y siempre brillan, aún en la más absoluta oscuridad. Estoy seguro de que si aprenden a combinar sus ataques podrían derrotar a las huestes del infierno más poderosas. Así sea. –

El infierno del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora