Honeymoon • Klaus Mikaelson

III

Llorar por las desgracias pasadas es la forma más segura de atraer a otros.

William Shakespeare

Yo lo lamenté.

En el momento en que miré mi reflejo en el espejo lamenté haber aceptado la "petición" de Jane de salir con ella. El hecho de que esta solicitud sonara más como una citación no me sorprendió. 

Jane siempre estaba tratando de hacer que saliera más, para mostrarme que no solo había idiotas en el mundo y que podía divertirme sin preocuparme por las miradas burlonas. Así que me hizo disfrazarme, siempre diciéndome que no le importaba lo que me pusiera, siempre y cuando estuviera lista cuando viniera a recogerme, y me llevó a algún lugar donde la mayoría de la gente la conocía. 

La gente de la que se aseguró ni siquiera me miraría de reojo. Según ella, si alguien pensaba siquiera en decir algo sobre mí frente a ella, mostraría de lo que era capaz su estatura de poco más de sesenta.

Realmente aprecié el esfuerzo que Jane hizo para verme bien, pero lo que no solo ella sino todos los que me rodeaban no entendieron fue que, aunque nadie me miraba torcidamente y susurraba sobre mí, todavía tenía esta impresión. 

Después de tantos años de notar las miradas y los susurros, era como si nunca se detuvieran, y me perseguía cada vez que salía de casa.

Mirando mi reflejo en el espejo solo pude ver mis defectos, que eran muchos. Todo sobre mí me molestaba.

Por eso odiaba los espejos con todas mis fuerzas. Cada vez que me miraba, lo único que veía mirándome, burlándose de mí, era lo que veía la gente. Eso es lo que vieron. 

Suspirando con resignación, aparto la mirada de mi reflejo. A pesar de que no me gustó la forma en que el atuendo elegido me había quedado, decidí usarlo yo mismo, ya que en mi percepción, nada de lo que me pusiera me haría mejor.

Guardo mi teléfono celular en una bolsa pequeña y simple, que me cuelgo del hombro cuando salgo de mi habitación. Habiendo llegado si no he olvidado nada, bajo a la sala de estar donde sé que Jackson y la abuela me están esperando. 

Ambos siempre han sido muy protectores conmigo, tal vez sea porque perdimos a nuestros padres demasiado pronto y Jackson asumió un papel casi paternal cuando se trataba de mí. Jack era seis años mayor que yo, y cuando se transformó después de matar accidentalmente a un humano y activar su gen de hombre lobo, la responsabilidad de alfa y hermano mayor recayó sobre sus hombros. Todo esto poco después de la muerte de nuestros padres, asesinados por vampiros, y Richard Dumas, nuestro abuelo, quien fue directamente responsable de la muerte de los Labonair. 

Exactamente porque sé lo difícil que fue para mi hermano equilibrar toda esta responsabilidad, que traté de evitar en la medida de lo posible que él tuviera más dolores de cabeza por mi culpa. 

Afortunadamente para los dos, teníamos a la abuela Mary, la dama más fuerte e intimidante que jamás había conocido, su dedicación a nuestra familia y la manada fue inspiradora. Siempre que uno de nosotros tenía un problema, allí estaba ella, dispuesta a darlo todo para arreglar las cosas por nosotros. Mi gratitud por tenerlos a mi lado no podría describirse. 

Tan pronto como llego a la habitación veo a Jack y la abuela Mary en lo que parece ser una conversación seria, que cesa en cuanto notan mi presencia. Esta actitud no me pasa desapercibida. 

━━ Te ves muy hermosa, querida ━━ me alaba la abuela al notar mi blusa rosa suelta dentro de mis jeans, que, en mi opinión, me quedaba muy ajustada. ━━ Me alegro de que Jane te convenciera de que salieras de casa por un tiempo.

━━ Sabes que Jane rara vez acepta un 'no' como respuesta. ━━ señalo, enviándole una sonrisa avergonzada por su cumplido. 

━━ ¿Necesitas que te lleven? ━━ Pregunta Jackson, ya con las llaves del camión en sus manos. 

━━ No es necesario, Jack, Jane ya viene a buscarme. ━━ Mi tono molesto deja en claro mi disgusto por ser arrastrado a donde mi mejor amigo había planeado. 

La abuela Mary y Jackson intercambian una mirada preocupada, antes de que mi hermano se acerque a regañadientes para pararse frente a mí. Sus manos descansaban sobre mis hombros y sus ojos brillantes, llenos de amor, me miraban con suavidad y cuidado.

━━ Intenta divertirte, si no te sientes cómodo, llámame y estaré allí para recogerte. Y cuando lleguemos a casa podremos ver algunas de tus tontas películas juntos. ━━ Le sonrío ampliamente a mi hermano, agradecida por su oferta. 

Como siempre, para Jack, mis deseos eran su prioridad. Admiré su dedicación hacia mí.

Me despido de ellos tan pronto como escucho el claxon del auto de Jane, prometiendo que me cuidaría y llamaría si algo pasaba. Internamente pongo los ojos en blanco ante todas sus preocupaciones.

¤¤¤

━━ ¿De verdad Jane? ¿Un bar? ━━ Miro a mi amiga con incredulidad. 

Como alguien con un gen de hombre lobo en sus venas y una experiencia indirecta de la gente con la que solía vivir, digo acertadamente que no es bueno beber en las noches cercanas a la luna llena, cuando nuestra impulsividad es evidente donde podríamos, por accidente, terminar haciendo algo irreversible. 

━━ Vamos Emy, hoy es viernes, no tenemos clase mañana, así que no nos encontraremos con todas esas personas no deseadas en todo el fin de semana. ━━ Su enorme sonrisa era contagiosa. ━━ ¡¡Celebremos!!

No tuve tiempo para enemistarme con ella, y si era honesto conmigo mismo, no quería hacerlo. Por una vez en mi vida, quería hacer algo genial sin dejar que mi mal humor recurrente lo estropeara. 

Entonces, con una simple sonrisa, dejé que mi mejor amigo me arrastrara a un bar en las brillantes y bulliciosas calles de Nueva Orleans. 

Rousseau era lo que decía el letrero.