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Deberías saber que eres hermosa como eres
y no tienes que cambiar nada por tu cuenta.
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Klaus solo tenía una forma de dar su bendición a la boda de Hayley...
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El amor no se ve con los ojos sino con el corazón.
William Shakespeare
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Narrador
Algunos días atras...
" No debería estar aquí. "
Ese fue el primer pensamiento de Elijah Mikaelson cuando cruzó el marco de la puerta de ese establecimiento.
Solo habían pasado unas pocas horas desde que el Original había estado allí, buscando información que pudiera ayudar a su familia en una guerra que parecía no terminar nunca. Sin embargo, lo que lo había traído de regreso a ese bar fue una razón completamente diferente a la anterior.
En ese momento, él estaba ahí para ella.
Durante días, Elijah había estado entristecido por su extraño deseo de ver a la hermosa chica que había conocido tres noches antes, en ese mismo lugar, tocando el piano y encantando a todos con su talento y gracia.
El Original no entendía la ansiedad que se apoderaba de él cada vez que pensaba en la niña. Quizás fue porque le asombró la forma en que la niña dejaba que sus dedos recorrieran las teclas del piano con suavidad y destreza, haciendo que la música fluyera a la perfección con las notas encajando entre sí sin esfuerzo, casi como si el instrumento fuera una extensión tuya. O tal vez fue la dulzura con la que manejaba todo y todos los que la rodeaban, sin dejar que su falta de visión afectara su buen humor o su amabilidad hacia los demás.
Natasha Taylor era definitivamente fascinante.
Y de alguna manera, aunque no pudo contraatacar, Elijah no pudo evitar regresar al bar-restaurante que conocía tan bien, solo para ver a la hermosa pianista y disfrutar de su música y compañía una vez más. Simplemente no esperaba sentirse aún más conmovido al ver a Natasha en el piano, tocando I'm Still Leaving You de Katie Webster, tan complacida con los ojos cerrados en agradecimiento y una leve sonrisa dibujada en su expresión pacífica.
