The Devil's Favorite | Bucky Fanfic

666.1: Caos

Warnings: Horny protagonistas. Más Diablo como Damon Salvatore. ¿El final? 

Narrado por la protagonista.

Palabras

☄️

Sobre el universo que me condenó.

Confiar en él o no, es el dilema. Es un sueño del que no despierto. Busco en el cielo una señal que me indique que no es real. Reviso mis manos, cuento mis dedos, veo mi reflejo en el espejo, todo es normal y él esta a mi lado, veo su reflejo en el espejo junto a mi. Es más alto que yo, irradia un extraño calor y me hace sentir una especie de calidez confortante. Me ha dicho que luce tal como yo lo he imaginado, que la forma física que tiene es estrictamente la forma que me es agradable a los ojos y familiar con mi ser. Que las piezas de su cuerpo son las creadas para encajar con el mío... ¿Podrá cambiar a otras piezas? A mi no me importa que encajemos, podríamos ser la misma pieza.

Anoche debió consumarse el trato, pero tuve un momento de lucidez y el ataque de pánico me alejó de mi meta.

Ningún nombre que exista en esta tierra, es el que él realmente tiene, pues en ningún idioma es posible pronunciarlo. Sólo seres como él pueden hacerlo, así que él acepta cualquiera que le demos, y él será lo que nosotros necesitamos de él. Es todos los Dioses y ninguno a la vez, es la vida y la muerte, el inicio y el final, el bien y el mal. Su alma, es el alma que nosotros cargamos, sus hazañas, son las nuestras.

– Esto a sido simplemente un evento azaroso. Al despertar pude haber visto a cualquier otra persona. Hombre o mujer. Y aquella habría sido mi persona. Por un evento del caos, tú estabas allí, un alma con un brillo especial por sobre las otras a tu alrededor.

– Así que si es real eso del alma... –pensé en voz alta.– ¿Qué significa tener un alma? ¿Hay vida después de la muerte? ¿Qué pasa después?

– No sería divertido si tuvieras las respuestas a todo. Ni siquiera he visto yo lo que sucede después, pues aún no he escrito el final de este universo. Ni tengo el velo del futuro en mi posesión.

– ¿El velo?

– El poder de ver más adelante. Me fue arrebatado cuando fui exiliado –iba a hacer las preguntas correspondientes pero él comenzó a explicar.– Al crear el primer universo, luego de la coalición de la oscuridad y la luz, hubo muchas peleas. Todos los hermanos tenían ideas, pequeñas chispas de luz que iban de aquí a allá cobrando forma. El primer universo estalló en medio de una gran pelea de hermanos mientras decidían como escribir el destino. El estallido dio a luz a nuevos universos, todos paralelos al otro. Cada hermano tomo un universo y creo a su parecer. No más peleas. Y yo me quede con el mío. Sin embargo, mis hermanos iban y venían, entre nosotros nos pedíamos consejos y buscábamos ideas en el universo del otro. El mío entre todos, era el mejor. El más complejo, más infinito e imperfecto. Quizás el que perduraría hasta el final. Yo mismo invente el velo que permite ver más adelante, pues a mi se me ocurrió conceder dones a mis creaciones, pero no creí que al crear divinidades, yo perdería a cada paso la mía, y cuando mis hermanos vieron esto, ninguno concedió su divinidad a sus creaciones y me tomaron y arrojaron al vacío entre universos para que no siguiera con mi creación. Vi mi universo desaparecer sin poder hacer nada para evitarlo.

Me senté en la silla junto al mesón de la cocina americana. Él ya estaba sentado en una de las sillas, viéndome preparar desayuno y cuestionarme todo... hasta este momento de revelaciones. Todo lo que me contaba proyectaba visiones vividas en mi cabeza, imaginaba todo y sentía su sentir. Tenía a Dios frente a mi. Lágrimas brotaron de mis ojos, y así de cerca como estaba de él, tomé su mano. Fría como hielo.