The Devil's Favorite | Bucky Fanfic

Tierra-616.1 | Short |

Cada vez estamos más cerca de llegar a la MCU Earth-616 my ladies, pero primero más Buckyverso.

Aquí podrás leer: Cochinadas explícitas, Doctor Strange hace su aparición y Wanda no estaba muerta, andaba de vacaciones por el Multiverso.

6.666 palabras, pero no se agobien, aquí empieza el drama. 

Tierra-616.1
Te amo en todos los universos

Estaba en un viaje de estudios cuando ocurrió el Blip, y tan rápido como me fui, volví. Cinco años después.

Fui una de las afortunadas, mi familia completa, junto conmigo, desapareció y volvió. Completa porque sólo somos mi hermano menor, mis padres, mi abuela paterna y yo. No tengo tíos y mis otros abuelos fallecieron cuando yo era muy pequeña. Afortunada porque al volver, fui a parar a un Centro de re-acomodamiento en donde conseguí trabajo de cuidadora de infantes, cuyos padres tardaron en encontrar a sus hijos o bien, nunca acudieron por ellos.

Luego de un año de estar trabajando en un centro de re-acomodamiento infantil en Mallorca, me trasladaron con mi area y alrededor de 25 infantes sin familia a New Jersey, desde allí, al año siguiente, y esta vez con 45 niños, nos reacomodaron en Luisiana.

Marzo del 2025.

Debiese tener 28 años hoy, pero una falla técnica como "Los Vengadores perdieron una batalla en el 2018 y desaparecí" me hacen tener cinco menos, pero eso el hombre de 37 años pagándome los tragos esta noche no lo sabe, y no lo sabrá tampoco.

– A tu salud, dulzura –su ron a las rocas hizo Cling con mi copa de Cosmopolitan de berries. Sin romper el contacto visual, le di un sorbo a mi copa y sólo por un segundo, me sentí culpable por mentirle sobre mi edad. Sólo un momento, de todos modos 23 es edad suficiente, pero no sabía si este abogado de metro noventa, biceps tonificados ocultos debajo de una camisa blanca, barba abundante y perfectamente arreglada, ojos verdes y rizos de color miel, me iba coquetear sabiendo nuestra diferencia de edad. Me gusta creer que no todos tienen gustos por las mujeres que lucen tan jóvenes como adolescentes.

Ni siquiera quiero caer en ese agujero moral ahora.

A quién engaño. Ciertamente a nadie. Menos a mi. Luzco como de 23, y si no fuese por estos dos años duros y crudos, seguiría teniendo 17 mentalmente. A veces los tengo, en un domingo libre cuando leo sobre dragones y jinetes de dragones que se enamoran del enemigo y me encuentro chillando en mi sillón con libro en mano cuando llego al capítulo de proximidad forzada.

Ya bueno, de vuelta al salud. Vaya, si tengo 23.

– Podríamos irnos a otro lugar, luego eso si. Ya que estas pagando, planeo en pedir dos tragos más –pero a la de 23 le gustan mayores. Es lo que es.

Con una sonrisa en su rostro y ojos verdes brillosos él iba a responder, pero su atención se fue a mis espaldas y al liguero alboroto detrás.

Me giré apenas para lograr ver qué tanto era. Saludando como quien llega a su hogar, Sam Wilson, la estrella del pueblo, entraba apretando manos de aquí a allá y llamando a la gente por su nombre. Yo llevaba ya tres meses aquí, y a penas sabia un par de nombres. No era del todo mi culpa, casi todo mi tiempo se iba a pequeños que me llamaban Mami cuando tenían pesadillas por las noches y Miss L, cuando era de día.