¿Qué pasaría si...
La Favorita esta condenada a enamorarse del Primero, pero antes de él, siempre estará El Caído.
Es el año 2024, y el pecado bíblico se repite una vez más o ¿es el primer encuentro en el 2016 repitiéndose una y otra vez?
Todo, abs...
Warnings: Sexo explícito y bruto (pero con amor¿?); Sexo oral (F & M); Un poco de sexo público; Violencia física y verbal; Posesibidad y obsesión; Satanás (?no sé si es warning¿) 4.5mil palabras / 2mil de cochinadas.
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Abril del 2024. Nuestros protagonistas tienen un nuevo trabajo y consigo la gran tragedia se aproxima.
Celeste, Celestial- No, Celeste. El cerebro de James no descansaba. No lograba quitársela de la cabeza, todo lo hacía pensar en ella; el ahora calentándose clima y sus días que anticipaban que este sería un verano caluroso, como el que recordaba en Rumania; las cafeterías rústicas cada vez más populares en Nueva York y el tan solicitado capuchino; y por último, la noche y sus cuerpos celestes. Muchas veces al día se encontraba deseando nunca haberse encontrado otra vez con ella.
"Eres un imbécil" ella le había dicho cuando se habían encontrado días atrás en una cafetería, lo había acusado de acosador cuando realmente sólo había sido una simple coincidencia. "No, tú eres la imbécil" se había defendido él.
Justamente estaba reviviendo esta última ocasión en la que se había encontrado con ella, dándose cuenta de que el hecho de que ella fuese una imbécil como él, era lo que le gustaba de ella.
– ¿En dónde estás, Buck? –llamó su atención Sam.
– ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Estás ciego? Estoy aquí, hombre –le respondió lo obvio.
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Ambos habían sido solicitados para vigilar un evento exclusivo en Boston, en una mansión perteneciente a la ciudad en una zona alta de esta. La gran casona era ahora un museo de Bellas Artes y justamente estaban en exhibición un conjunto de piezas artísticas y pinturas relacionadas con la temática "Los Dioses en la historia de la humanidad". Cada una de las obras estaban separadas por el tiempo en la historia y el respectivo tipo de creencia, desde los primeros Dioses paganos al último, y popular, Dios Cristiano. Siete salones eran el hogar temporal de las piezas artísticas, siendo el octavo, un gran salón recibidor ajustado para hospedar a las doscientas personas allí, el principal. Camareros iban de allá a acá ofreciendo cócteles y pequeños bocados de comida, mientras que otros más cumplían con pedidos específicos.
En total habían 216 personas en la gran mansión y sus alrededores que constaban de patios, balcones y un gran espacio de terraza. Los alrededores estaban adornados con esculturas respectivas a la temática de esa noche, y justamente por esas esculturas y pinturas altamente evaluadas es que Sam Wilson y James Barnes estaban en el evento. No sólo estaban allí cuidando a los importantes personajes que asistían al evento, como secretarios del gobierno y diplomáticos internacionales y nacionales, sino que también estaban protegiendo las piezas, puesto que se había filtrado información sobre un nuevo posible robo a la Academia de Bellas Artes del país, que posiblemente sería protagonizado por servidores del Mediador de Poder, una organización criminal internacional que durante los últimos cinco años había ganado gran poder, seguidores y respeto.
