The Devil's Favorite | Bucky Fanfic

cuatro: ser en el cielo

Warnings: Ninguna; Tensión sexual; Drama. Mención de Dios (no busco ofender a nadie, esto es sólo ficción amores).
3mil palabras.

🪐

Misma Tierra en el año 2024, aún no ocurre la gran tragedia.

La apodada Celestial estuvo trabajando sin descanso por dos semanas y sus padres la ayudaron cuidando a su hijo durante todo ese tiempo. El único inconveniente fue que lo hicieron en la nueva casa de ellos, en el sur del país. Muy al sur para el gusto de ella; y allí en el sur estaba.

Sus padres fueron invitados a una junta de pescadores y mercantes en Luisiana justo la tarde en que ella recogería a su bebé y no encontrándolos en la antigua casa victoriana que ella misma les había pagado, siguió las instrucciones de la nota que le habían dejado adjunta al televisor. No sin antes ducharse y cambiarse a algo menos abrigado, tomó un Uber a la dirección que le habían dejado.

Como si el universo estuviese empecinado en cagarle la existencia, el hombre gruñón que ella había estado evitando estaba allí. Comiendo pastel de oreo y luciéndose con los niños del lugar mientras mantenía una amistosa conversación con Sarah Wilson y sus amigas.

Sus padres estaban sentados junto a antiguos amigos justo al borde del muelle, y su hijo estaba allí mismo, comiendo un bagel en las faldas de su madre.

La joven no conocía a mucha gente, por lo que sin siquiera detenerse a mirar a James y su amigo, el nuevo Capitán America, Sam Wilson, siguió su camino hasta sus padres.

En siete horas sería su vuelo de vuelta, no podía permitirse quedarse allí o que James la viera siquiera. Después del incómodo mal entendido dos semanas atrás, no quería volver a verlo jamás.

– Hace poco menos de una hora llegó tu novio –mencionó su padre al estar ella lo suficientemente cerca de ellos.

– Hola, a ti también, papá –se agachó a besar su mejilla y de paso la de su madre a su lado.– Hola, Oscar –saludó al antiguo amigo de la familia.

– Hola, pequeña Ariel –ella le sonrió al hombre de edad.– ¡Ya veo que no eres pequeña! –se rió, muy fuerte para el gusto de ella. Quería estar e irse de allí sin ser notada.– Es maravilloso de tu parte que te hayas hecho cargo de tu primo.

– Es mi hijo.

– Oh, por supuesto.

– Apenas Anna dió a luz, en un par de meses, el cáncer se la llevó –tomó el bolso del pequeño y le estrechó sus brazos a su madre para que le entregara al bebé.– Soy la única madre que conoce.

Pero en vez de hacerlo, su madre habló.– Nos iremos todos. Tenemos que conversar antes de que te vayas.

– No. No tenemos –sentenció Celestial y sin más tomó al pequeño en brazos.

– Piénsalo bien, por favor, hija –su padre.

Ya habían tenido la conversación por teléfono dos días atrás. Se suponía que ella debía trabajar por una semana más, pero renunció a su trabajo sólo para venir por su pequeño Sebastian. Sus padres le habían ofrecido criar a su primo, justificando que era una tarea que ella no tenía porqué asumir, siendo tan joven y teniendo semejante trabajo. Toda la vida de ella era terrible a los ojos de su padres. Bailarina nocturna y madre soltera, siendo el niño ni siquiera suyo, pero de su fallecida tía, Anna. Si sus padres criaban al pequeño, ella podría dedicarse a otra cosa, como continuar con la universidad e incluso, quizás, mudarse de vuelta con ellos. Sus padres tenían problemas asumiendo que en un pestañeo habían pasado casi seis años y su hija ya no era una adolescente.