Bruno:
No habían pasado ni tres horas desde que firmamos ese dichoso contrato matrimonial y ese omega ya me estaba sacando de mis casillas.
No necesito a alguien pegado a mi todo el tiempo como un chicle, es incómodo y hasta molesto.
Estaba en el gran salón de la mansión de mis padres socializando con sus invitados, los cuales la mayoría eran alfas adinerados socios de mi padre que habían venido acompañados de sus esposas y sus hijos o hijas.
Bien sabido era que la gente de un alto estatus social siempre trataba de aprovechar cualquier oportunidad, cómo estas reuniones y fiestas para tratar de cruzar a sus hijos con alguien del mismo estatus social, lo cual me parecía pretencioso y cuanto menos materialista.
Tomé un cocktail de una de las bandejas que estaban pasando los mayordomos y me aparté ligeramente de la muchedumbre, ya que de lo último que tenía ganas hoy era de que se me acercara alguna mujer alfa a tratar de coquetear conmigo.
Me apoyé en una de las paredes del pasillo de la entrada disfrutando de mi cocktail cuando vi una escena que me sorprendió un poco.
Mi ahora esposo y mi mejor amigo estaban en la puerta hablando entre risas de manera amistosa.
No sabía que se conocían.
Al parecer en mitad de su conversación mi pequeño esposo se percató de mi presencia y bajó su mirada al suelo, lo cual me molestó un poco.
— ¡Ey, Bruno amigo!— me saludó Max acercándose a mi para darme un apretón de manos.
— ¿Que tal?— pregunté mirando por encima de su hombro detrás de él a la persona que evitaba hacer contacto visual conmigo.
— Bien, aquí— dijo girándose para mirar a Adam— me encontré a este lindo omega tratando de sacar una pesada maleta él solo y fui a ayudarle— sonrió mientras miraba a Adam y este por fin levantó la mirada— por cierto Bruno él es...
— Adam— dije dándole un último sorbo a mi cocktail e interrumpiendo la presentación de mi mejor amigo.
— Si...— afirmó Max con sospecha mirando desde Adam hasta mi— ¿Se conocen?
— Como no íbamos a conocernos— dije sonriendo con ironía— si es mi futuro esposo.
El rostro de Adam se puso pálido de golpe y Max lo miró de arriba a abajo con asombro, como creyendo imposible que mi prometido fuese aquel pequeño omega delante de nosotros.
— Jajajaja— empezó a reírse Max— debes estar bromeando Bruno, si este lindo omega seguramente no tiene ni la mayoría de edad— dijo Max volviendo a mirar con atención a Adam.
— ¿Es cierto o no es cierto, cielo?— pregunté diciendo la palabra cielo con mofa.
— Es cierto...— dijo en un pequeño susurro casi inaudible.
— ¿Ves?— le dije a Max, el cual aún parecía petrificado ante la noticia.
— Bueno, me alegro por vosotros— nos felicitó volviendo a la normalidad— ¿Quién diría que algún día te casarías? Eh.
— Si por mi fuese no lo haría— cuando dije eso Max miró con asombro al pequeño omega cabizbajo ante nosotros.
— ¿Y quién dijo que yo lo haría?— susurró mi "querido" esposo con desprecio.
— ¿Que dijiste?— pregunté rechinando los dientes ante la rabia que me había dado lo que había dicho— No te oí bien.
— Que y quién ha dicho que yo me casaría contigo por voluntad propia— dijo levantando la vista del suelo y alzando su barbilla para enfrentarme.
Sin apenas darme cuenta mis dos manos estaban cerradas en puños conteniendo toda la rabia que ahoramismo sentía a causa de este pequeño omega.
— Chicos creo que deberían calmarse— trató de intervenir Max— Bruno, hermano, creo que has bebido demasiado, calmate.
En parte llevaba razón, tan siquiera sabía bien porqué estaba actuando de esta manera.
Respiré hondo y miré de nuevo al pequeño omega de mirada desafiante frente a mi.
— Nos vamos— dije tomando su maleta y caminando hacia la puerta.
— P-pero no me he despedido de mi padre— dios, todo era un inconveniente para él o qué.
— Le puedes llamar luego— dije saliendo por la puerta en dirección a mi descapotable.
— P-pero— me giré y le miré con determinación.
— Dije que nos vamos y nos vamos— en cuanto dije eso agachó la cabeza y comenzó a caminar detrás de mi.
— Adiós Max— dijo despidiéndose de mi mejor amigo con una sonrisa.
— Adiós pequeño, ya nos veremos— se despidió mi mejor amigo— Adiós hermano— dijo chocando los cinco y luego el puño conmigo.
Salimos por la puerta y nos dirigimos a mi coche.
Una vez en él se formó un silencio cuanto menos incómodo.
Adam iba cabizbajo mirando sus manos y evitando hacer contacto visual conmigo.
Ufff, esto va a ser más complicado de lo que imaginé.
ESTÁS LEYENDO
MÍO [𝘖𝘔𝘌𝘎𝘈𝘝𝘌𝘙𝘚𝘌]
RandomDos familias y un forzoso destino. 🔞+18🔞 🔞YAOI🔞 🔞NOVELA HOMOEROTICA🔞 🔞OMEGAVERSE🔞 ⚠️EN CASO DE NO SER DE SU AGRADO ESTE GENERO LITERARIO PORFAVOR NO LEER⚠️