Capítulo 29

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Bruno

Ya ha pasado un día y no hay señales de vida de él, Dylan tampoco me ha referido nada a cerca de su localización u estado y yo sigo metido en esta estúpidamente enorme casa esperando a que a ese maldito mocoso se le ocurra volver por aquí.

Me senté en el sofá del salón tratando de relajarme pero lo único que pude hacer fue torturarme a mi mismo una vez mas, recordando la noche en la cual engendramos al bebe que había creciendo dentro de él. A quien quería engañar, claro que quería tener un hijo, ¿Quién no se ha imaginado a si mismo haciéndole muecas a su propio bebe para simplemente verlo sonreír? A lo mejor solamente yo he soñado con eso, después de todo por mas irresponsable que uno sea en la vida en algún momento siempre está ese pequeño deseo de querer formar una familia con alguien, aun que claramente no con un crio como Adam.

Adam...

Ese maldito omega, podría haberse ido después de dar a luz, después de todo nadie lo iba a detener, pero no, decidió el peor camino, desaparecer con nuestro hijo, al cual no desea tener.

De pronto mi teléfono sonó, para sorpresa mía. Cuando mire la pantalla era un numero totalmente desconocido, y no solamente eso, era un numero extranjero, lo que no sabia con exactitud era de donde era ese prefijo, lo cual me hizo dudar acerca de cogerlo, debido a que hoy en día las estafas telefónicas están a la orden del día  pero al final lo hice.

- ¿Con quién hablo?- pregunte alerta pero demostrando estar calmado.

- Hola señor Harris- quedé petrificado al oír mi primer apellido, ya que todos los negocios de mi empresa los llevaba bajo el nombre de Bruno Yard.

No es nada fuera de lo común para mi recibir llamadas acerca de posibles futuros proyectos u asociaciones, pero jamás nadie se había referido a mi por mi primer apellido, pero este hombre si, lo cual quería decir que sabia quien era yo mas allá del entorno profesional, y eso era algo digno de mi preocupación.

- ¿Con quien tengo el gusto de hablar?- pregunte tratando de mostrar serenidad, una serenidad que realmente no existía.

- Soy el señor Avangard- ese apellido me sonaba mucho...

Y ahí fue cuando me di cuenta.

Estaba hablando con nada mas y nada menos que con Maxim Avangard, el famoso dueño ruso de una constructora que se dedicaba a poner los cimientos de los edificios mas caros y famosos del mundo, hasta el edificio de mi padre esta construido por ellos.

Pero de todas  formas ese apellido me parce haberlo oído hace poco.

Abrí el buscador de mi móvil y puse su nombre y automáticamente lo entendí todo.

Maxim Avangard, casado con Svetlana Olsen y Zarina Mitrovic, padre de Dimitri, Dylan y Dominik Avangard.

Con que por eso me sonaba, Avangard también es el apellido del mejor amigo de Adam.

- Encantado señor Avangard, tengo entendido que su hijo menor y mi prometido son buenos  amigo- si Adam estaba con Dominik lo mas probable es que este señor lo sepa, ya que tengo entendido que es un obseso del control.

- Ah, si, de hecho hace poco mi hijo Dylan trajo aquí a su prometido con el fin de que descansase después de la dura emoción de enterarse de que va a ser madre- ¿Su que?

Ahora todo tenía sentido, el Dylan del que este hombre habla es el mismo Dylan que trabaja para mí, el mismo Dylan al que mandé a buscar a Adam, el mismo Dylan en el que llevaba años confiando, ese mismo Dylan.

Por eso no me había reportado absolutamente nada desde que Adam desapareció, ya decía yo que era raro que mí mejor hombre no encontrase nada de un mocoso de 17 años embarazado.

Pero aquí había más manta de la que tirar, ¿Por qué Dylan y el amiguito de Adam trabajaban? Quiero decir, teniendo el padre que tienen tan siquiera lo necesitaban, habían venido al mundo como yo, prácticamente con la vida resuelta.

O eso pensaba hasta que caí en que tal vez los rumores que rodean a esa familia fuesen ciertos...

Desde que Maxim Avangard destacó entre las grandes esferas todo el mundo se preguntó cómo lo había hecho, después de todo era un simple chaval medio ruso medio francés que había emigrado aquí con el sueño de triunfar, pero no fue capaz de lograrlo hasta que se casó con la que catapultó su carrera Svetlana Olsen, hija de un supuesto gran capo de la mafia alemana, aun que de cara al público su padre era simplemente el director de una casa de subastas, pero no de cualquier casa de subastas, si no de la mas grande e importante de Europa.

Si estas cosas son verdad Adam no está seguro ni mucho menos.

- Gracias por darle cobijo a mi prometido, si me dice su dirección pasare a recogerle de inmediato, lo que menos quiero es que les genere una carga- dije tratando de ser educado a la hora de recuperar a mi prometido.

De todas las cosas que no quería que pasaran, que este hombre se enfureciese era una de ellas, por que su comportamiento puede marcar el futuro de Adam.

- No hace falta, tranquilo, mi hijo lo acompañara a su casa- Dylan...

En cuanto ese hombre cruzase la puerta de mi casa lo mataría, no tendría ni una gota de remordimiento después de ello, lo mandaría enterrar y escupiría en su tumba.

- Muchas gracias- realmente me llenaba de alivio saber que hoy volvería a estar en casa y que podríamos hablar acerca de nuestro hijo.

- A usted- dijo con un tono realmente sospechoso.

¿Qué demonios esta pasando aquí?

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Perdón por la demora en el nuevo capitulo, pero como ya sabéis, estudio y trabajo en dos sitios a la vez y además ahora voy a ser tía de nuevo :)

Gracias por seguir leyendo esta novela que tanto me gusta escribir.

MÍO [𝘖𝘔𝘌𝘎𝘈𝘝𝘌𝘙𝘚𝘌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora