Capítulo 12

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Bruno

Estaba dando vueltas por el salón esperando a Máx a ver que era ese problema tan grande que tenía cuando de pronto escuché una puerta abrirse en el segundo piso, ¿Que cojones? Iba a subir a ver porque se había abierto una puerta pero enseguida recordé que ya no vivía solo, así que seguramente habrá sido Adam.

- ¿Que haces ahí dando vueltas?- oí que preguntaba con voz somnolienta bajando por las escaleras.

- Eso no te- iba a contestarle que eso no le incumbia, hasta que lo miré. 

¡Santa madre de dios!¿¡Acaso es consciente de que es omega!?

Adam había bajado solamente con un camisón y por el bien de mi salud mental espero que unos calzoncillos a ver que hacía en el salón, y lo admito ese niñato de diecisiete que en sólo 7 horas de conocernos me habia puesto de más mal humor que los socios de mi padre en años se veía jodidamente bien así. 

De pronto el timbre de la puerta sonó y fui a abrirla a toda velocidad tratando de alguna forma de escapar de aquella escena. Esto no es bueno para mi salud mental.

Cuando abrí la puerta vi a Máx con cara de agobio sosteniendo en brazos un... ¿Un bebé?¿Que demonios?

— Hermano, ayúdame no sé que hacer con esto- dijo agarrándose de mi brazo con cierta desesperación en busca de auxilio.

Iba a dejarle pasar cuando su pequeño problema se nos adelantó dirigiendo su vista al omega adolescente que había de pies detrás de mi. 

— Ame- dijo el bebé agarrando a Máx de la sudadera- ¡AMEEEEEEEEE!- cuando empezó a llorar los dos nos quedamos en shock sin saber bien que hacer, ¿Que dice?

— Daril no llores, por favor- le rogó Max abrazandolo con delicadeza. 

— ¡AMEEEEEEEEE!- seguía gritando el bebé.

—Tiene hambre- dijo Adam metiéndose entre nosotros- ven pequeñín vamos a comer- en cuanto lo cogió en brazos Daril dejó de llorar y se quedó mirando embelesado la cara de Adam, el cual se confío y por confiarse mucho y por tener hambre Daril le mordió la teta sobre el camisón - ¡¡Ah!!, ¡¡No, yo no tengo leche, vamos a hacer un biberón!!- gritó del dolor- Vayan a por un biberón si no quieren que llore- nos ordenó. 

Tanto Máx como yo salimos a toda prisa a buscar una farmacia 24 horas para comprar el dichoso biberón. 

— Ahora dime ¿Qué hacías con un bebé a las tres de la madrugada en la puerta de mi casa?— le pregunté caminando más lento, aún que ya me imaginaba como pasó todo esto.

— Pues verás— cada vez que empieza a acariciarse la nuca así significa que no es nada bueno- una omega con la que me acosté me lo ha dejado esta noche en la puerta de mi casa, se llama Daril- me explicó con evidentes nervios

— Si, se le nota el parecido contigo — dije recordando como le había mordido Daril el pecho a Adam.

— Está feo que le tengas celos a mi hijo eh— lo miré como si hubiese dicho una locura, era un bebé con hambre, si no le mordía el pecho a Adam sería a Máx que era quien le tenía en brazos antes, él solo buscaba su alimento.

— A ver, estamos prometidos por conveniencia, bien sabes que los omegas como Adam no son mi tipo— Ja, ni yo me la creí, aún que si era cierto que yo tenía otro tipo de preferencias en cuanto a omega se refería. 

Obviamente nuestro matrimonio era por conveniencia y si bien Adam podía ser de mi agrado físicamente a nivel de personalidad se me hacía muy cargante, enserio que niño más cabezota e iluso, parece bobo.

MÍO [𝘖𝘔𝘌𝘎𝘈𝘝𝘌𝘙𝘚𝘌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora