Capítulo 15

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Narrador omnisciente

Las vacaciones de invierno habían acabado y los estudiantes volvían a clases, a unos se les veía animados por reencontrarse con sus amigos, a otros agotados por haber tratado de estudiar en vacaciones lo que no estudiaron en todo lo que iba de curso, a otros con cara de: otra vez aquí no por favor.

Entre todos ellos destacaba un trio muy peculiar formado por dos betas y un omega, y más destacaron cuando se escuchó a uno de los betas gritando en mitad del patio del instituto como un poseído.

- ¿¡QUIEN TE MARCÓ!?- todo el mundo se paralizó solo para prestar atención durante breves segundos en dirección de aquel curioso trío.

- ¿Quieres bajar el volumen? Nos están mirando todos- se quejó el pequeño omega al beta más alto de los dos.

- ¿Adam en que pensabas pare dejar que un alfa te marcara?- le replicó de nuevo aque fornido beta.

- Quizás ese fue el problema Dominick, que en ese momento no estaba pensando en nada- añadió el otro beta.

- Vete a la mierda Eric- le replicó el pequeño omega ofendido.

- ¿Como pasó?- preguntó Dominik tratando de entender la situación.

- Pues por lo que sé entré en celo y solo sé que a la mañana siguiente me dolía el cuello y cuando fui a bañarme vi la marca, casi me desmayo de la impresión- explicó por encima

Adam

(Hace dos días...)

No sé porque siento que hay algo de lo que me estoy perdiendo...

Caminé hacia el baño del cuarto de Bruno para mirarme en el espejo e inmediatamente me volví a echar a llorar, comencé a hipar y sentí como todo mi cuerpo temblaba de puro terror.

Al oír mi agitado llanto Bruno se acercó al baño preocupado.

- ¿Que pa...- antes de que pudiese acabar vio lo mismo que yo, la marca de un mordisco en mi nuca, para ser más exactos, de SU mordisco en mi nuca.

- ¿T-tu m-me me marcaste?- dije aún llorando desconsoladamente.

- Y-yo no recuerdo, y-yo...- al parecer el también andaba en shock.

Pero yo había pasado a otro nivel, mi tristeza pasó a decepción y de decepción pasó a ser enfado, y ya no solo con él, si no conmigo mismo también.

- ¿¡Tu eres consciente de lo que me has hecho!?- le grité aparentando ambos puños.

- No fue a propósito- dijo en un tono de voz bajo- ya te he dicho que yo también estaba...

- ¡Si que tú también estabas en celo!- grité con rabia- ¡Te deberías haber tomado tus supresores!- le recrimine- ¡Mira lo que me hiciste!- en cuanto acabé de gritar eso todo mi cuerpo se relajó, pero esa calma no duró mucho al sentir la hostilidad que emanaba de mi prometido.

- ¿Y que te hace pensar que yo quería estar enlazado a un omega como tú?- preguntó aún en un tono calmado pero lleno de rabia- ¿Quién querría marcar a un maldito niño que lo único que hace es quejarse y causar problemas, a un niño irritante hasta puntos insospechados?- cuando acabó de decir eso se formó un tenso silencio entre los dos- Porque eso es lo que eres, no eres más que un niño- sin poder evitarlo una lágrima solitaria resbaló por mi mejilla.

Me limpié la lágrima y salí de allí sin decir nada y sin mirar atrás.

(En la actualidad)

- Y eso fue lo que pasó - dije tratando de ahorrarme los detalles.

- Entonces ahora si vas a tener que estar con él para toda la vida- analizó mi hermano en voz baja.

Eso era lo peor de toda esta situación, ahora voy a tener que aguantar al rancio amargado de Bruno toda mi vida.

En cuanto pensé en él me sentí mal, llevamos desde que descubrimos que me había marcado accidentalmente sin hablar, tan siquiera nos hemos cruzado por la casa en dos días.

- Bueno, mejor hablemos de otra cosa- cualquier cosa es mejor que tener que hablar de esto.

- ¿Tu qué tal las vacaciones Dominik?- le preguntó Eric.

- Mal, al parecer el indeseable de mi vecino también tenía vacaciones y hubo que aguantar sus fiestas día si y día también, aún que hace un par de días que no se escucha nada, a lo mejor me hizo caso e insonorizo su maldita casa- se quejó cruzándose de brazos mientras fruncía el ceño.

Los tres comenzamos a caminar mientras Dominik nos contaba sus problemas con su vecino, los cuales viendo que eran un montón decidimos escuchar dando una vuelta por el pabellón infantil que era la ruta más larga para llegar a nuestro pabellón y entonces de repente vi a alguien conocido caminando tambaleandose en mi dirección por el pasillo.

- ¿Daril?- pregunté en voz alta viendo al niño intentando correr hacia mi.

- ¡¡COJAN A ESE NIÑO!!- ¿Max?

Cogí a Daril en brazos cuando se detuvo delante de mí y me quedé mirando asombrado a Max.

- ¿¡Que haces tú aquí!?- exclamó de pronto Dominik.

- Vengo a inscribir a mi hijo en el colegio, Darío- respondió cogiendo a Dariel en brazos.

- ¡¡Que me llamo Dominik!!- se quejó mi amigo.

- Lo mismo- respondió ignorándolo por completo.

- Espera, ¿¡Hijo!?- exclamó Dom.

- Que si Domingo, hijo, ¿Acaso no lo ves?- empiezo a pensar que hace a propósito lo del nombre, aún que me hace gracia.

- Que me llamó Dominik- aclaró apretando los dientes- Además ¿Desde cuándo tienes un hijo?- preguntó mirando al pequeño Daril con escepticismo.

- Desde hace dos días, justo el día que viniste a quejarte, pues después de ti me dejaron al niño en la puerta- explicó Max mientras Daril le mordía el dedo.

- Con que por eso últimamente no se escuchan ruidos molestos provenir de tu casa- reflexionó Dom mirando al pequeño Daril con asombro.

- No sabía que estudiabas aquí, pequeño- dijo Max mientras cogía en brazos a Daril, el cual hizo un puchero a modo de protesta- Bruno no me dijo nada.

Lo raro es que haya alguien a quien diga algo, creo que es el hombre más serio, borde y arrogante que he conocido en mi vida.

- Bueno, es normal, creo que ni él mismo sabe que estudio aquí- reflexione en voz alta.

- Pues ya es casualidad, porque nosotros nos graduamos aquí- eso si no lo sabía...

- Espera, ¿Tu tienes estudios?– preguntó Dom sarcásticamente.

- Si, Damián, de que te crees que vivo si no, ¿Del aire?- si, definitivamente lo del nombre lo hace a propósito.

- Que me llamo Dominik, anciano senil- ojo, primera vez que veo a Dom enfadarse.

- Como me has... - antes de tan siquiera llegar a decirle lo que le quería decir Daril empezó a reírse y a aplaudir- realmente disfrutas de mis desgracias.

- Señor O'Conner, ya puede pasar- interrumpió la secretaria.

- Bueno niños, les dejo- se despidió Max guiñandome un ojo a la que se iba.

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Lamento la demora, pero es que andaba bien ocupada :v enserio la vida no me da respiro.

Espero que os guste :3

Intentaré ser más constante.

MÍO [𝘖𝘔𝘌𝘎𝘈𝘝𝘌𝘙𝘚𝘌]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora