Evans

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Todos habían almorzado tranquilamente y habían conversado trivialidades del día y de lo que cada uno había hecho. Por supuesto los omegas mintieron y claro que sus alfas al igual que Dimitry podían notarlo ya que sus acotaciones en las conversaciones no cuadraban entre sí.

Tanto Dimitry como el resto de los alfas estaban desconcertados por la forma en que los tres omegas les trataban de mentir descaradamente pero algo más inquietante era que Katterina también lo estaba haciendo y eso no era común en la omega.

Justo en el momento en que Dimitry se dispuso a levantarse para salir del comedor su teléfono sonó, y sí está vez si era Joseph.
-Parece que te ha costado encontrar el número.- la voz fría de Dimitry hizo que todos voltearan a verlo.

-Bueno tuve que recurrir a personas que jamás creí poder pedirles ayuda.- dijo sin más y continuó sin tener una respuesta de su jefe.
-La cuestión es que alguien se infiltró en la mansión, en tu sala especial más precisamente. Puedes imaginar quién pudo ser?.-

-Por qué no me iluminas?.- Dimitry observó fijamente a los alfas, obviamente no desconfiaría de su propia familia y también recordaba que habían estado juntos los últimos días, y que ninguno de ellos había entrado a la sala ni antes ni después de sus conversaciones con Joseph en esos últimos meses.

-Evans.- la voz de Joseph era tranquila.

-Quién?- La risa del jefe de seguridad se había hecho escuchar al otro lado del teléfono.
-Joseph, quién mierda es?- Dimitry odiaba qué se rieran de él y más cuando era algo tan serio.

-Es el maldito idiota que te dije que no contrataras para la puta limpieza de la casa.- claro, ahora Dimitry entendía el motivo de la risa de su jefe de seguridad...

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~Dos meses después de que Sasha no volviera a casa y al ver lo mal que estaba Katterina, Dimitry decidió que era buena idea contratar a alguien que se encargara de la limpieza por allí.
El maldito Evans Cott, le habían hecho medio millón de preguntas para saber si era "apto" para las necesidades de la casa, fue precisamente Dimitry quién hizo los honores y fue precisamente Joseph quién le dijo que no era buena idea contratar a alguien en ese momento.
Joseph le insistió hasta que ambos tuvieron una fuerte discusión donde su jefe casi lo hecha, y él sólo pudo limitarse a decirle una vez más que no estaba en condiciones de evaluar ni de contratar a alguien y que si lo hacía en este preciso caso, se arrepentiría más tarde.

Las cosas entre ambos se volvieron más tensas de lo normal, eran muy buenos amigos a parte de jefe y empleado pero el hecho de que Sasha no estuviera y no hubieran dado señales de vida de él le nublaba él juicio a Dimitry y no aceptaba ningún comentario que pudiera ayudarlo.
Creía que nadie estaba más capacitado que él para hacer cualquier trabajo, se había olvidado de la jerarquía y se había olvidado de cómo ser un líder.

Evans jamás había demostrado ser un arma de doble filo, se mantenía siempre al margen si habían discusiones o conversaciones mientras el estaba limpiando o algún otro quehacer se retiraba inmediatamente dando privacidad.
Joseph no le tenía nada de confianza a ese cordero degollado, algo no le cerraba pero no podía interferir cuando el mismo jefe tomaba una decisión.~
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-Maldición.- fue lo único que dijo en ese momento, y luego volvió hablar.
-Cómo estás tan seguro?-

-Tu maldita sala de trofeos estaba llena de micrófonos láser y la señal se redirigía directamente a su IP y desde ese hasta otro en Lecce... Sabes dónde está Evans?-

Justo en ese preciso momento Evans andaba paseando de aquí para allá con unos trastos sucios del piso dirigiéndose a las escaleras.
-Si.- su voz era aún más fría.

-Qué harás?. -

-Sabes bien lo que haré. Quiero que vuelvan, te necesito cerca y a salvo aquí con nosotros pero también necesito que revises esa pista en Lecce.-

-Eso no estaba a discusión, por supuesto que lo iba hacer. Cuando sepa algo más llamaré.- cortó inmediatamente antes de que su jefe pudiera decir una sola palabra más.

Dimitry se levantó de su lugar sin decir nada y se dirigió escaleras arriba a donde se encontraba el beta limpiando...
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Evans

El beta se encontraba limpiando culo arriba y de rodilla en el suelo.
Lógicamente Dimitry sabía ser irónico y podía hacer que cualquiera interpretara mal todo tipo de situación que a él le pareciera manipulable o que ameritaba ser sugestionada de alguna forma que a él lo beneficiara.

-No te había observado desde ese ángulo antes.- su voz era suave pero firme y fría.

-Dios santo pero que puto susto...- quiso decir algo más pero al voltearse vio que era su jefe el que estaba detrás de él.

-Vaya, también tienes una boca grande.- Dimitry solo lo observaba fijamente cruzado de brazos y apoyado en el marco de la puerta de una de las habitaciones mientras el beta se levantaba.

-Lo siento señor Sokolov no quise yo..- quiso decir algo más pero el alfa habló antes.

-Estoy seguro de que sí querías.- le ofreció una media sonrisa que sólo le transmitía inquietud al beta.

Evans realmente no entendía que sucedía, el alfa no parecía estar en celo y definitivamente su jefe no parecía el hombre que se acostaba con sus empleados cada que le diera la gana, por qué razón le estaría hablado de esa forma tan informal, o quizás estaba equivocado?.
-Señor necesita algo?, con qué puedo ayudar?- el beta comenzó a hablar con mucha coquetería sigilosa y seguramente para nada perceptible a los ojos y oídos de cualquier otra persona, pero Dimitry no era cualquiera.

-Bueno Evans, no es un lugar adecuado para que me ayudes con nada.- sin más se dispuso a subir las escaleras directamente a la habitación de titanio.
Esperó allí hasta que Evans decidiera subir, era obvio que lo haría la voz sugerente del alfa al igual que su mirada y su sonrisa hacia que cualquiera se confundiera, era simplemente irresistible como para que el beta pudiera negarse. Aunque era obvio que había mal interpretado lo que su jefe estaba diciendo.

-Dimitry?.- la voz del beta se había dejado oír por toda la habitación.

A caso ese hijo de puta había osado llamarlo por su nombre?, a caso no se enteraba que estaba entrando a la boca del lobo en bandeja de plata?, pues si no lo sabía, se enteraría.

Un golpe bastante fuerte le llegó al beta desde un costado y cayó inmediatamente al piso como una bolsa de papas.
El alfa llamó a sus hermanos para que lo ayudarán a moverlo al sótano, allí harían las preguntas adecuadas y también les explicaría a sus hermanos que demonios estaba pasando.

Aún se sentía lejos el solo recuerdo de Sasha.
Aún podían sentir que no estaba a salvo y que debían seguir buscándolo.
Dimitry le había hecho esa promesa la última noche que entró a la habitación que compartían para dormir, el alfa se recostó en su lado de la cama y se aferró con todas sus fuerzas a la almohada del rizado como si fuera él, y allí prometió no descansar a hasta encontrarlo.

Su omega, su pequeño niño aunque no tanto, su cachorro fiel y asesino, una mezcla realmente encantadora para alguien como Dimitry.






(1251 palabras)
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Caminando entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora