—Lo siento, pequeña —dijo Einar poniéndose a la altura de su hija, quien ya tenía la decepción en sus ojos—. Hipo no vendrá hoy.
—Pero... él siempre viene en mi cumpleaños...
—Ya sé, pero me dijeron que hoy hay muchos dragones en Berk. Es probable que esa sea la razón por la que no vienen.
—Esta bien. Supongo que regresaré a la cama, no me siento muy bien.
Einar vio como su hija se acostaba y cerraba sus ojos. No le gustaba nada verla así. Triste. Desanimada. Cansada. Y sobre todo, con miedo.
Desde el día en que los alacambiantes habían destruido parte de Brand, muchas cosas habían cambiado. Las personas veían diferente a Kaysa, el rencor en su mirada afectaba mucho a la pequeña, como si de verdad fuera su culpa. Kaysa, a causa de eso, decidió que haría lo que ellos querían: aprendería a controlar a los dragones.
Se escapaba días enteros para ir al bosque y ver si encontraba algún dragón para practicar, pero, los pocos días que encontraba algún dragón, terminaba colapsando, llorando y espantando al dragón para que no le pasara nada.
Dos años había hecho eso. Por dos años se había apartado de Elina y de Daven, quienes al no saber que hacer, solo aceptaron la petición de Kaysa de estar sola. Dos años, en los que no había sentido algo más que soledad.
Einar y Nilsa estaban preocupado por Kaysa. Habían intentado convencer a la pequeña de no hacerlo, que entendiera que no era su culpa, pero, cada vez que lograban algún avance, los vikingos que se habían unido a Maran en su causa por "exterminar a los dragones" lo arruinaban todo exigiendo algún avance con los dones de Kaysa, exigían que los dragones ni siquiera pusieran una pata en tierra de Brand. Como si ellos tuvieran el poder de hacer algo al respecto si Kaysa se revelara, o si ella usara a los dragones para matarlos.
Claro que eso nunca pasaría, y ellos lo sabían. Sabían que Kaysa cumpliría sus demandas, y que controlaría a los dragones. Después de todo, ella era una niña, y como a todo niño, siempre le dijeron que haga caso a los adultos, pues, "ellos saben más"
—¿Cómo está Kaysa? —preguntó Nilsa, preocupada.
—Decaída. Se quedará en cama un tiempo. Creo que por ahora es lo mejor.
—Es su cumpleaños, debería estar riendo, jugando, recibiendo regalos... —Ambos empezaron a caminar en dirección a los muelles—, no en cama con esos pensamientos.
—Pienso lo mismo que tú, pero, no creo que debemos forzar a Kaysa a nada —suspiró—. Con suerte, los dragones llegarán hasta la noche.
—¿No llegaron hoy? —Einar negó— Eso es extraño, ¿no pensarás que...?
—¡Einar! ¡Nilsa! —un hombre corrió hacia ellos— Al fin los encuentro. Deben venir, rápido, algo pasa en los muelles.
Sin más explicación, Einar y Nilsa siguieron al hombre hasta los muelles, dónde se encontraba un barco con marcas de pelea. Tres hombres estaban siendo atendidos, y Einar se apresuró a preguntar:
—¿Que fue lo que pasó?
—Nos atacaron —respondió uno de ellos.
—¿Dragones? —preguntó Nilsa.
—No. Ellos nos robaron todo, y, para asegurarse de que no atacaramos, se llevaron a dos de los nuestros.
—¿A quienes se llevaron? —Preguntó Einar.
—A Maran y a Cor.
—¿Saben quiénes eran? —preguntó Nilsa— ¿Alguna pista que nos ayude a encontrarlos?
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Entiendo a los dragones
Fantasy𝐄𝐀𝐋𝐃 | ❝Dragones y vikingos conviviendo en armonia, ¿quien lo hubiera dicho?❞ Kaysa siempre fue diferente, y se notó en el momento en que nació, pues es muy inusual que alguien tenga el cabello azul. Con el paso del tiempo, Kaysa se dio cuenta d...