Glat, Elina y Daven estaban congelados en su lugar. Sus dragones se habían ido.
—¡Que alguien me diga que pasó! —gritó Elina.
—¿Se habrán enojado por algo? —dudó Daven.
—No tiene sentido... —comentó Glat—. A menos que tenga que ver con el Mundo Oculto que nos mencionaste, Daven.
—¡Eso no importa ahora! —insistió Elina, con los ojos cristalinos— Se fueron y, si no piensan volver... Yo... ¿¡Por qué se fueron!?
—¿Los dragones se fueron? —preguntó Ghot, llegando con una bolsa llena de los ingredientes que necesitarían— ¿Cómo llegaremos con Kaysa?
Elina volvió a gritar, dejando escapar pequeñas lágrimas de frustración. Glat la abrazó con un brazo para intentar calmarla.
—Aquí están —Nilsa llegó—. Dagur y Heather llegaron.
A petición de Ghot, pues mientras más personas con un lazo especial con Kaysa estuvieran, sería mucho mejor y mas fácil para todos. Al menos, eso decía el libro. Para él era algo muy cursi.
—¿Llegaron en barco? —preguntó Daven. Nilsa asintió— Bien. No tenemos mucho tiempo. Los dragones se fueron y necesitamos llegar a Kaysa. La última nota que me llegó dice dónde están.
—Espera. ¿Los dragones se fueron?
—Lo siento, tenemos que irnos. Tal vez podamos explicar mejor al volver.
—Claro, claro. Ellos los esperan en el muelle.
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Sin duda la partida de los dragones había dejado a todos con el ánimo bajo, pero Kaysa se concentró en otra cosa: ir a casa.
Se cubrió con su capa y corrió a su tienda. Llevaría lo necesario y... Momento, ¿cómo iba a volver? No podía robar un barco... ¿o si? Igual luego lo podría devolver, así que empezó a escribir la nota a Valka.
Escuchó pasos acercándose a su tienda, por lo que dejó la nota en su cama, tomó sus pocas cosas que había guardado en una bolsa, y salió por el otro lado de la tienda.
Valka había pedido a los demás que esperaran afuera. Ella sabía que Kaysa había estado presente cuando los dragones se fueron, pero no quería abrumar a la de cabellos azules. Quería a Kaysa como si fuera de su familia, por lo que ver que no estaba en su tienda le dió un gran susto.
Encontró la nota en su cama y la leyó.
«Lamento esto, Valka. Sé que quieres ayudarme, y sé que cuando los demás se enteren también querrán hacerlo, pero no puedo pedirles que se arriesguen por mi, no cuando toda mi vida ha sido igual. No los podré en más peligro.
Y, seguro todos estarán devastados por la partida de sus dragones. Yo estoy igual, y sé que los dragones los extrañarán tanto como ustedes a ellos.
Intentaré conseguir un bote e irme a casa. Me llevé unas cuantas cosas en una bolsa.
Te veré luego. Por favor, despídete de todos y diles que los quiero, y que lo lamento.
Gracias por todo»
—Oh, no... —Valka guardó la nota y salió de la tienda—. Kaysa se fue.
—¿¡Qué!? —Todos se sorprendieron. Aún usaban sus armaduras.
—¿Ella está bien? —preguntó Hipo, a él y a Astrid le habían dado un pequeño resumen de lo que pasaba.
—Ella despertó antes... Estuvo cuando los dragones se fueron... La ví por un momento en la pelea, las escamas habían cubierto sus brazos... Dejó esta nota, dice que intentará conseguir un barco. Si nos apresuramos la alcanzaremos.
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Entiendo a los dragones
Fantasy𝐄𝐀𝐋𝐃 | ❝Dragones y vikingos conviviendo en armonia, ¿quien lo hubiera dicho?❞ Kaysa siempre fue diferente, y se notó en el momento en que nació, pues es muy inusual que alguien tenga el cabello azul. Con el paso del tiempo, Kaysa se dio cuenta d...