Capítulo 34

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Tardaron más de lo pensado en llegar a dónde el pueblo de Berk se había quedado. El lugar apenas era iluminado por algunas antorchas y pocas personas se paseaban entre las casas apenas construidas y otras a medio hacer.

—Oye —Dagur paró a alguien que caminaba con la cabeza baja— ¿Dónde está Hipo?

—¿Hipo? No lo hemos visto desde que... Bueno, solo caminen por ahí derecho. Los verán con facilidad.

Señaló por unos árboles y luego se fue. Los demás se quedaron algo confundidos, pero hicieron lo que les dijeron.

Caminaron derecho unos cuantos minutos, y se encontraron con la luz de dos antorchas frente a una cueva. Frente a la cueva se encontraban los gemelos, Brutilda dormía mientras que Brutacio le hablaba a alguien dentro de la cueva.

—Valka dijo que tenías que comer —insistió Brutacio, deslizando un plato hacia la cueva.

—¿Brutacio? —preguntó Heather, haciendo que el rubio los viera— ¿A quien le hablas?

—Pues a Kaysa.

—¿Kaysa está ahí? —Elina empezó a caminar hacia la cueva— Tengo que hablar con ella, tengo que... —Brutacio la detuvo— ¿Qué haces? Déjame verla.

—No... No puedes.

—¿Qué? No seas ridículo y déjame pasar.

—Elina... —Los recién llegados se sorprendieron por la voz cansada de Kaysa—. No quiero... que me vean...

—Ha estado así por horas. Los demás fueron a descansar y nos dejaron aquí.

—¿A ustedes? —dudó Dagur.

—No tenemos otra cosa que hacer. Igual, Valka vienen cada tanto. De hecho, deberíamos avisar que ya llegaron —caminó hacia su hermana y la empujó— ¡Brutilda!

—¿¡Qué!?

—Ve a avisar que ya llegaron —Ella iba a protestar, pero Brutacio la interrumpió—. En eso quedamos. Tú dormías pero ibas a avisar si llegaban.

—Trae a todos los que tengan un recuerdo con Kaysa —dijo Ghot.

—¿Y tú eres?

—Solo hazlo —dijo Glat—. Rápido.

Brutilda soltó un bufido, se puso de pie y se fue.

—Los noto... Muy calmados —comentó Heather.

—Si, bueno... Los dragones se fueron... ¿Cómo se puede estar?

—Hey —Glat tomó a Brutacio por los hombros, sacuiendolo un poco— ¿Ustedes saben qué les pasó a los dragones? ¿Por qué se fueron?

—Les diré la historia corta: Chimuelo se enamoró, le ganamos a Grimmel y los dragones se fueron al mundo oculto.

Cuando Glat soltó a Brutacio, este cayó al suelo.

—¿¡Y no se les ocurrió avisar!? —gritó Elina.

—No es su culpa —trató de calmar Daven, tengo a Elina cómo a él mismo. Stein se había ido y no siquiera se había despedido. Quería golpear algo.

—Ellos... los quieren —habló Kaysa—. Siempre... lo van a hacer...

—Kaysa... No quieres salir porque ya estás... —Elina no pudo continuar.

—Dejame a mi —Ghot dió un paso al frente—. Me presento, soy Ghot. Tus amigos me buscaron para que te ayude. Puedo hacerlo, pero necesito saber qué tan avanzada estás.

—¿Avanzada en qué? —preguntó Heather.

—Prefiero decirlo cuando estén todos —Ghot dió otro paso, abrió el libro en una página específica, lo puso en el suelo y lo deslizó hasta Kaysa— ¿Así?

Entiendo a los dragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora