Anticipando cualquiera de mis movimientos Suga bajo de mi regazo y bajo mis pantalones junto a mi ropa interior, dio unas cuantas lamidas a mi miembro antes de volver a sentarse sobre mí.
Suga comenzó a bajar sobre mi erección, estaba apretado, llevé mis manos a sus caderas ayudándolo a moverse, acerque mi boca a su cuello y lo mordí, su interior se apretó en respuesta, mi miembro estaba siendo estrangulado.
Baje el ritmo de las penetraciones y eso claramente le molestó, tomo mis manos y las postró sobre el sofá, beso mis labios para continuar saltando salvajemente sobre mi pene.
— Ya...casi... Ahhh...
Al igual que él estaba cerca del orgasmo, Suga brinco un par de veces antes de salpicar de semen mi rostro, con su rosada lengua limpió cada rastro de esencia y con ese erótica imagen termine por venirme en su interior.
Un par de minutos bastaron para normalizar nuestro pulso, salí de su interior y Suga bajo de mi regazo para ir a buscar su ropa.
— Eso fue divertido. — Dijo mientras cerraba su gabardina. — Pero ya es hora de irme.
— ¿Quieres que te llame un taxi? — Pregunte con mi miembro aún expuesto.
— No, traje mi auto.
— Bien. — Tome mis pantalones y los subí por mis piernas. — ¿Y Shooky? — Pregunte.
— ¿Quién es Shooky? — Suga terminó de vestirse.
— Es mi cachorro, no lo viste cuando entraste.
— Oh, el pequeño rottweiler.
— Es un labrador. — Dije con obviedad.
— Le di de comer y lo encerré en tu habitación, no podía lograr que dejará de ladrar tal vez pensó que era un ladrón.
Deje a Suga en la sala y fui hacia mi habitación, al abrir la puerta Shooky salió corriendo a mi encuentro.
— Pequeño monstruo. — Suga llamo a Shooky y lo cargo entre sus brazos.
— Baja Shooky, Suga tiene que irse.
Suga lo acarició cariñosamente y lo dejo en el piso, poco después abandonó mi departamento.
Shooky se quedó mirando hacia la puerta, probablemente esperando a que volviera a abrirse.
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