Issa
Luego de ese extraño momento ayer, no sabía que hacer, normalmente era muy mala para ver e interpretar las señales de los chicos, y tampoco soy muy segura de mi misma así que siempre termino convenciendome que esas cosas son solo cosa mía. Pero ayer, no había que ser muy buena en el tema para saber que no es normal que alguien se quede mirando tanto mirando tus labios - una cosa es mirar de reojo los labios de alguien como miras el restro, quizás que maquillaje tiene o pensar algo como "que envidia, me gustaría tener los labios así" y eso claro que eso no es lo que sucedía - no encuentro una explicación lógica. ¿Acaso...? No. ¿Quizá...? No, o... ¿Si? Rayos, que suerte tenía el Doctor X. El sí podía entrar en la mente de otras personas.Hoy era un día muy bueno, hace unos días me enteré de que abrirían un taller de cocina, encima es barato. Por suerte, con el dinero que me dan para el bus logre pagarlo - luego veré que hago- ; Me gusta cocinar, cuando estoy triste o me siento mal, parece la mejor solución para olvidar mis preocupaciones. Esta comprobado psicológicamente que puede ser terapéutico cocinar. Además la psicóloga y Elle concordaron en que sería bueno para mí aventurarme a cosas nuevas.
Este era un muy buen día, pasaría después de la escuela. Es un taller extra curricular voluntario, lo hacen en las escuela para que sea más accesible y fácil incorporar programas "positivos para lo jóvenes" - seguro una forma de decir que teníamos motivos para lejanos de las drogas y esas cosas que creen que hacemos -, no lo hará un profesor de la escuela que busca ganar algo más de dinero, si no alguien del programa que viene desde afuera. El hecho de que lo haga alguien que si tiene ganas, hace que sea estimulante y divertido.
La maestra llegó, una mujer mayor de cabello corto rizado con una gran sonrisa, se presentó y comenzó con la clase; Hoy aprenderíamos a hacer un guisoLo que más me gustó de la clase, es que no tuve que pensar en la confusión de ayer ni en que haría la próxima vez que lo viera. Lo malo es que ahora sí lo estaba pensando, estaba entrando en pánico.
Ya era algo tarde, así que iba camino a tomar el bus. Vi a Berthold a lo lejos, yo y mi suerte tenía que invocarlo, me apresure intentando pasar desapercibida. Ya casi llegaba al bus cuando sentí una mano en mi hombro.
Berthold
Salgo de la biblioteca, todavía pienso en ayer, que no ha cambiado mucho desde anoche, cuando derrepente vi a Issa, se alejaba a toda velocidad, imaginaba que estaba por tomar un bús. Me uní a ella porque... Solo quiero verla, escuchar su voz, hablar de ayer, francamente no lo sé. No puedo quedarme ahí sentado sin hacer nada. Cuando le toqué el hombro, se volvió muy asustada hacia mi, por lo que era obvio que recordaba la forma en que la miré ayer.
—Berthold —me dijo— Que casualidad verte aquí, no te había visto... —es claro que le sucedía algo—.
—¿Vas a tomar el bus? —pregunté—.
—Se relajo un poco al ver que hablé del tema— Ah, si, ¿por? —preguntó—.
Tengo que ser sutil. Sutil.
—Bueno, es tarde, creo que no deberías ir sola a casa —eso era una excusa, aun que era cierto—.
—Descuida, no pasa nada —dijo—.
Sé que los ladrones se aprovechan de la gente solitaria y parece que en ese momento se sienten más seguras robando a la gente, tema útil para robarles, por que creen a las mujeres pobres e impotentes. No dudo de ella, pero me permito egoistamente querer asegurarme de que regrese a casa ilesa, especialmente para tratar de hablar de lo que pasó.
—¿Te puedo acompañará a casa? —pregunté—.
—No parecía muy conentanta con mi oferta, y dijo— No, no es necesario. Suelo ir por la misma ruta siempre y no me ha pasado nada.

ESTÁS LEYENDO
Después De La Lluvia
Random"Vivirás para ver lo que hay después de la lluvia, te lo aseguro". En teoría, es mi primera historia, por lo que tengan paciencia en caso de que la lean.