Cap. 13

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[Aviso: Alerta Spoiler. ]


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Issa
Sentía mariposas de solo pensar en lo del otro día, me pasé todos estos días escuchando los mejores clichés musicales de amor. Aún que Berth me explico que en realidad aún no éramos novios aún, su existencia era algo que en mi vida soñé, que un chico tan guapo y agradable me pediría una cita - que no fuera para pedirme algo u obtener algún beneficio -.
Literalmente me sentía tan nerviosa todo el tiempo, sentía algo raro en el pecho, esa esa ansiedad y nervios significan que esto vale la pena;
Le pedí a Berth que si decidía darme algo, nada de Flores. Pienso que es uno de esos clichés que aburren de tan rehusados, obviamente los clichés gustan, y además las pobres plantas no tienen la culpa de que yo esté... Bueno, en la parte del amor que este. Soy tan mala en el tema, como un pingüino lo es en pilates.

Berth me invito a una tienda de Mangas que había encontrado por Internet, no me juzguen, pero estaba dando saltitos. Nuestra primera cita me invita a una tienda de Mangas, esto es mejor de lo que había imaginado cuando era niña; Desde esos días comencé a vivir a través de los personajes, siempre fue la única forma en que sabría como se sentiría ser amado, como es El Amor. Me gustaría ir con mi yo de trece años y decirle "Tú también tendrás una primera cita, no llores pequeña".

Decidí ponerme lo mas lindo y atrevido que tuviera, que para mi cualquier cosa que implicara la piel de mis piernas descubiertas - y no, no las rodillas - , pues con cada brisa, cada Acosador pesado, cada postura incomoda, Era un desafío.
Pero quería empezar a arriesgarme, a pesar de que  todo salga mal. Tome el bus y llegue a la dirección donde nos encontraríamos, con lo suertuda que soy, me perdí dos veces en el mismo sitio, y lo supe Cuando No encontré a Berthold. Lo vi a lo lejos, leía algo en su celular, subió su mirada y miró alrededor antes de parar su vista en mi, sentí un sudor imaginario en mi cuello, me miraba de Arriba a abajo, y, sentí un extraño fuego extenderse en mi pecho, algo muy raro. Traía puesto un Jean negro, una camisa abierta de color verde musgo y una polera blanca debajo de esta. Vi sus piernas, eran largas, gruesas, sensuales. Estaba segura de que su cuerpo era como el de un dios, ¡Espejo suertudo!
¿Era raro qué al ver al chico que te gusta, te lo imagines sin camiseta, sustituyendo al personaje ficticio de tus fantasías? - Lo siento, cuatro -.

Nos acercamos, a la vez, no sabía cómo actuar exactamente al tener una cita, así que le di un apretón de manos, lo que hizo que las comisuras de sus labios se elevarán en una Preciosa sonrisa, acto que solo resultaba el hermoso brillo que había en esos ojos miel. Sus padres deben guapísimos, si él es tan Irritantemente atractivo, el misterio de sus ojos era inminente. De por sí era guapo, con su cabellera dorada hasta el cuello, su intimidante altura, buen cuerpo, esa linda nariz bien parecida, y esos ojos, esos que tentaban a los osos y a las moscas. Era demasiado perfecto, para verlo por mucho tiempo. Dolían los ojos por la belleza etérea que emanaba.

—Issa, es un infortunio informarle que babea —sonreía con mucha más arrogancia  de la que debería—.

—Tonto  —"¿Cómo arruinar el momento? La guía de Berthold . Ya en supermercados locales"  Ni siquiera responderé. No se de que hablas —me cruce de brazos—.

—Yo si, por que cuando te vi caminar hacia mí no pude apartar mi vista —apretó mis mejillas, sus cálidas manos provocaban en mi piel un efecto relajante—.

Es vergonzoso admitir lo mucho que disfruto de sus toques, es vergonzoso admitir lo mucho que me gusta tenerlo cerca. Débil corazón, no te culpo por traicionarme ante el.

—Bueno, entremos, traje mucho dinero y no me pienso ir de aquí con las manos vacías —lo tome de la espalda empujándolo hacia la entrada— Anda, anda —con cualquiera habría sido un ogro bruto, pero ya saben. Es su culpa por que me este volviendo más blanda—.

Después De La LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora