Berthold
Fuimos temprano al cementerio, hoy era el aniversario del fallecimiento de la abuela, los años anteriores no hubo problema alguno para recordarlo incluso semanas antes, pero lo había olvidado con la llegada de Issa a mi vida, muchas cosas eran distintas; La lápida de la abuela estaba junto a la de mamá, era pesado y complejo no pensar solo en la abrumadora ausencia de una cuando venías. Se había ido, aún parecía que fue hace unos días que ella nos empujaba a bailar todos juntos y que se reía de lo mal bailarín que papá era. Fue nuestra alegría, tuvo la fuerza de levantarnos para seguir adelante, se aseguró de enseñarme todo lo que un hombre debía saber, fue la primera persona a la que acudír cuando esa niña en kinder gustaba de mi, hablaba de mamá lo más que podía para que yo igual sintiera que la conocia - aún que fuera su hija, a pesar de que ella la perdió también - y se aseguró siempre de que hubiera amor y felicidad en casa, se encargo de no dejar que nos hundieramos, aun que ella era solo una persona. Las palabras no eran nada para describir como la falta que me hacía me influía, como la extrañaba a ella y a mamá cada día o como aveces aun no sentía que no faltaban en la mesa; cuantas veces me preguntaba como habría sido conocerla, lo que pudo pensar cuando me tuvo en su vientre, que pensó de mí cuando me vio por primera vez... jamás lo sabría. No sabría como era ella, incluso si no fue lo que pensaba, hubiese preferido eso a no conocerla.
Había perdido a dos de las mujeres más importantes en mi vida y nisiquiera pude presentarles a Issa. Sentía que algo jamás sería como debería, como si una parte de mi faltara y jamás pudiera saber Cómo es. Era doloroso ver la mirada perdida y melancólica del abuelo, la expresión triste que yacía en papá y en todos seguramente, me sentía impotente por querer traerla de vuelta y darme cuenta que no podía hacerlo. La abuela no estaba, mamá no estaba, el abuelo y papá sufrían, la casa perdió algo que jamás recuperaría; Puse las flores, la abuela nos obligaba a tener estar flores en toda la casa, y jamás habría extrañado tanto eso, me gustaría decirle que me gustaban también, como a ella, me hubiese gustado hacerlo. Papá había insistido en que fuera a terapia varias veces por que no había vuelto a salir con chicas, no actuaba y no lo procesaba, el decía eso. Pero yo no quería ir y hablar de ello, menos con un desconocido que me dijera tonterías y me preguntara las mismas cosas sin importarle mis respuestas. Hablar de ellas no las traería de vuelta, ¿qué sentido tenía ir?, se que la abuela se habría enojado al saber que deje de ir a terapia... Pero ella ya no estaba para regañarme, para ayudarla cuando hacia la saña, para ayudarle con las gardenias de su jardín, para obligarme a limpiar mi cuarto, no estaba...
Yoon estaba lamiendome, quería sonreír, pero algo sucedía que me lo impedía. Papá estaba arrodillado con el abuelo, yo me fui al árbol al que solía ir desde que era niño, sus ojas salvaban del sol, tenía la misma raíz deforme del lado izquierdo y la misma tranquilidad de siempre, no habían muchas personas por suerte, no quería escuchar a alguien acercarse y darme un pésame atrasado. Las fotos que le habia tomado estaban aún ahí, cada una como si ella siguiera estando con nosotros, no las había borrado yevitaba entrar en mi galería por que eran lo primero que se veía, apenas las veía y cuando lo hacía terminaba viéndolas por horas enteras, lo que preocupaba al abuelo. No quería preocuparlos y por eso fingía que el tema no existía, tampoco había sido un problema muy grande, Isa ocupaba gran parte de mis pensamientos y mente. Me preguntaba que estaría haciendo, se cuanto le gustan los libros de romance, por que es lo que más compra cuando la he acompañado a la tienda.
El abuelo solía todos los días de la semana, supongo que cuando estaba la escuela, creo que nadie sabe como se siente excepto quien pierde al amor de su vida, papá no hablaba mucho de ello estaba más metido en su biblioteca leyendo, pero el abuelo no se limitaba a poner la música que solía escuchar la abuela y decirnos cada historia de ella sin importar cuantas veces repetía las mismas tenía siempre una nueva bajo la manga, sus ojos brillaban de tal manera como solo un enamorado cautivado - sin importar los días ni los años, solo pensar en ella hacia eso - , la forma en que se reía recordando las cosas que hacían, no era necesario decir como y cuanto la amaba; Cuando veníamos con el aveces se sujetaba las piernas y se sentaba a duras penas sobre el pasto, le leía los poemas de amor que le había dado al comienzo de su noviazgo, no le importaba perderse leyéndolo , y con tal amor, que era doloroso de ver. Papá en cambio se quedaba parado mirando la tumbas de alredor y volverse a la de mamá una y otra vez, la mantenía limpia desde la torresita hasta la banderita que había en ella, y según me había contado mamá quería viajar por el mundo. Es curioso que haya viaja a una parte que nisiquiera haya planeado y se enamorara de alguien tan diferente, sin quererlo del amor de su vida.
Cuando era niño recuerdo preguntarle a papá por qué mamá no estaba, es un recuerdo borroso, pero aún veo aveces la forma triste en que me miraba cuando se lo preguntaba, solía decir que era muy joven para entenderlo, y tenía razón. Lo cierto es que la extrañaba, pero nada como ahora, nada como ahora, intentaba imaginarla, intentaba visualizarla en todos esos momentos con una mirada de orgullo, todas esas cosas que hacen las madres.
Si crecer con la perdida de una persona, crecer con una persona, Conocerla y que luego de todo muera también, dolía de formas que no podía decir.Alex me había mensajeado, le dije que todo estaría bien, pero era mi mejor amigo, practimente me conocía mejor que yo mismo en muchas cosas. Cada año solía escribirme por el aniversario de sus muertes, venía a casa y terminaba haciéndonos escupir la cena por sus estupideces. Era casi un ritual ya, lo agradecía, que no me preguntara, que simplemente llenará el chat con sus Memes tontos solo para decir Un sordo "te quiero y estoy ahí para ti amigo".
Después de despedirnos de mamá y la abuela, subimos a la camioneta y fuimos a casa. Cuando llegamos encontré una pequeña caja de color rosa con celeste, a través de la transparencia de la tapa se podían ver que eran unos dulces de coco, había una nota que decía "Soy Issa, estos son para ti Berth", una rápida sonrisa se me escapó, la primera del día - en teoría -, me cambié los zapatos y entre, fui a mi habitación mientras papá cocinaba alguna cosa, me senté y abrí la cajita, saqué un dulce, cuando lo mordí pude notar que tenía un relleno en forma de corazón, era una especie de masilla ovalada envuelta en chocolate blanco con cubierta de coco, el relleno consistía en una rara mezcla de mermelada de frutrillas y jalea, eran unos dulces elaborados. Era tal como ella, extraño y fascinante, pero me preguntaba a qué se debía el gesto, nunca había hecho algo así - excepto con nuestro pequeño Yoon -.

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Después De La Lluvia
Random"Vivirás para ver lo que hay después de la lluvia, te lo aseguro". En teoría, es mi primera historia, por lo que tengan paciencia en caso de que la lean.