02- la chica fantasma

2.2K 303 108
                                    


CAPÍTULO DOS.


*

Desde aquel encuentro en el bosque, James no había parado de hablar con sus amigos sobre la chica que le salvó la vida, omitiendo este dato ante Remus, por desgracia Sirius y Peter no contaron con la misma suerte. Ellos tuvieron que escuchar al moreno hablar horas y horas sobre lo agradecido que estaba con la "Chica dorada"  y como se lo agradecería en cuanto la encontrara.


Así es, James pasó toda la última semana intentando encontrar a Eurídice, prestando suma atención a las mesas de Gryffindor, Ravenclaw y Hufflepuff, incluso tuvo el valor de buscarla en la mesa de las serpientes —para su suerte, tampoco estaba allí—. Los merodeadores comenzaron a sospechar sobre si esta supuesta chica existía de verdad, ninguno jamás había oído hablar de ella y temieron que James estuviera empezando a desarrollar algún tipo de enfermedad en su mente y tuvieran que llevarlo a un médico muggle; sí, todos llevaron la situación a un extremo.

Sin embargo tenían razones, por ejemplo; un día en el que se canceló el partido de Quidditch de Gryffindor vs Ravenclaw por el terrible clima, los tres merodeadores caminaban en dirección a su cuarto esperando encontrar a James quejándose por la lluvia, hablando con su escoba y pidiéndole perdón por ser un mal capitán y no usarla, o en el peor de los casos diseñando otro plan para conquistar al supuesto amor de su vida, Lily Evans, pero definitivamente no esperaban encontrarlo tirado en suelo escribiendo miles de cartas a la que todos denominaron "La chica fantasma" y pidiéndole que aceptará una salida a Hogsmeade el próximo fin de semana con él en muestra de agradecimiento por su ayuda en el bosque.

—¿Entonces? —Comenzó a cuestionar James a sus amigos—¿Creen que es muy directa? No pude encontrar las palabras correctas para pedirle una salida sin lucir como un loco obsesionado.

—Pareces exactamente la definición de un loco obsesionado, Prongs. —Se sinceró Sirius tirando la carta hacía el suelo cerca de los zapatos de su amigo.

—¡Claro que no estoy obsesionado! Remus, dile algo —Se quejó en dirección a su otro amigo. El chico Lupin, que se había tomado el tiempo de analizar toda la última semana el comportamiento de James, tomó una decisión en nombre de todo el grupo:

—Te ayudaremos a encontrar a la chica.

En seguida Peter y Sirius lo miraron atónitos, siendo el pelinegro el primero en expresar su tan respetuosa opinión. —¿Acaso te volviste loco? ¿Qué vamos a buscar, a un fantasma?

—¡No es un fantasma! claro que existe. —Lo interrumpió James de inmediato. Odiaba no tener pruebas que respaldarán la veracidad de su historia que sí, sonaba demasiado fantasiosa.

—Supongamos que la encontramos, situación que no parece muy probable, ¿Qué haremos exactamente? Si James le entrega una de sus cartas estoy seguro de que nos pondrá una orden de alejamiento por acosó. —Comentó Peter haciendo referencia a sus altos conocimientos muggles sobre el tema.

—Pet, tienes que dejar de ver tantas películas. —Le recomendó James ignorando el hecho de que volvían a referirse a él como un acosador.

¿Había pasado toda la semana buscando chica por chica a esos brillantes cabellos dorados? Sí ¿Había intentado robar los archivos de estudiantes de la oficina de Dumbledore y se había ganado un castigo con McGonagall por eso? Claro que sí, y no estaba muy orgulloso de decirlo ¿Había intentado persuadir a los niños de primero para que le pregunten a los profesores por una tal Eurídice? Evidentemente. Ahora ¿Eso lo volvía un acosador? Por supuesto que no, y no le agradaba que pensaran eso de él.

—Peter tiene razón, estas cartas parecen declaraciones de amor eterno, dan miedo —murmuró el chico Black leyendo el resto de cartas.

Porque sí, no había escrito solo una, fueron como veinte pergaminos repletos de tinta y malas expresiones.

James Potter no era el mejor explicando sus sentimientos. Tal vez por eso jamás pudo cumplir su sueño de escribir sonetos.

Ignorando al resto de sus amigos, Remus volvió a hablar a James: —Voy a hablqr con los demás prefectos, ellos deberían saber a que casa pertenece la chica.

—Lo cual por cierto es muy raro, ¿Qué madre le pone a su hija ese nombre tan extraño?

—Primero, es un nombre interesante —interceptó el licántropo al rubio — y segundo, es claro que es a causa de la mitología, pensé que sabías mucho sobre los muggles.

—¿Mitología? —Cuestionó James sin entender a que se refería su amigo.

Bueno, la mayor parte del tiempo nadie entendía las referencias de Remus.

Él era un misterio andante.

—Mitología griega, Prongs. Eurídice era una ninfa del bosque, quien se enamoro y casó con el hijo de Apolo, Orfeo. Murió y pasó la eternidad junto a él, muy romántico y trágico para ser sincero. —Resumió Sirius, que había investigado todo lo que pudo sobre mitología griega en cuanto se enteró de que a Remus le tranquilizaba escuchar sus mitos mientras se encontraba en la enfermería luego de cada luna llena.

Interesado en el tema, y mucho más por ser la única referencia que tenía sobre esa chica tan especial, James se sentó en su cama mirando a sus compañeros —Cuéntenme más...





*




Lo habían logrado.

Remus logró que la prefecta de Gryffindor, Lily Evans, le comentará sobre su reciente y especial amiga: Eurídice Fatts. Una, al igual de todos ellos, estudiantes perteneciente a la casa de los leones.

James al saberlo se sintió tremendamente estúpido por no haberlo notado, la tuvo frente a sus narices todo el tiempo y jamás la notó. Todos esos años y nunca se fijó en esa chica de aura encantadora. ¿Acaso estaba ciego?

Y aunque intentó que Remus le preguntara más a Lily sobre la chica, este se negó argumentando que "no quería que ella pensará cosas incorrectas" y le prohibió a James atosigar de preguntas a la pelirroja.

Por otra parte Sirius y Peter perdieron sus oportunidades para molestar a James diciéndole cosas como: "Estás enloqueciendo, lo que viste fue un fantasma" o "Prongs, es una señal de que jamás encontraras a una chica para ti y moriras en soledad". Pues ahora que sabían que la chica fantasma no era tan fantasmal se sentían casi arrepentidos por desconfiar de su amigo.

Casi.

Entonces, la situación era la siguiente: James sabía que no estaba loco y su chica dorada era real, que pertenecía a Gryffindor y que era amiga de Lily Evans.

Por eso, y porque la chica jamás parecía estar presente en el Gran Comedor, ni en las clases de James —lo cual era un hecho absurdamente desafortunado— es que el muy ingenioso Potter ideó un plan, y abriendo de un golpe la puerta de su habitación, ganandose las miradas curiosas de sus tres compañeros fue cuando habló:

—Ustedes y yo tenemos una misión, vamos a encontrar a Eurídice Fatts.

FALLING IN LOVE, james potter (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora