ᦒ ¡mantén distancia! ૪ hyunin ˊᯅˋ

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Nadie mencionó nada del tema por varios días, las visitas de Irene eran nulas, pero las de Hyunjin, debían seguir. Lo sucedido no tardó en llegar a oídos de la terapeuta, quien tomó la opción de cambiar el modo de terapia, manteniéndose por el momento en la base cognitivo-conductual.

Juntó a ambos varones en una sala, con un metro y medio separándolos, los miró fijamente con la expresión más neutral posible abordándola, esa mirada le dió más seguridad a Jeongin.

— Creo que saben por qué estamos aquí.

— Sí, mamá.

— Soy la doctora Bae para ti ahora, Hwang. — Le reprendió, debía tomárselo en serio o las cosas con el paciente se complicarían. — Bien, Jeongin, ¿Recuerdas la vez que iniciamos la terapia?

El aludido asintió. — Sí, usted hizo que me presentase, nos conocimos bien, recuerdo que una sesión vimos una película y pude explicarle mi sentir a medida que avanzaba.

— Quiero que te conozcas con Hyunjin, ¿vale? Deben poder hablar. Con total libertad, no se pongan filtros, si tienen dudas díganlas. ¿Quién quiere empezar?

Hwang automáticamente levantó la mano y se dirigió hacia su menor.

— Quiero disculparme por mi actitud, suelo ser pasivo-agresivo y no tengo una idea clara de cómo controlarme.

— No importa. ¿Qué piensas de mí? ¿Crees que soy poco hombre? ¿Te molesta algo de mi trastorno?

— Me tienes confundido, niño. No creo que seas poco hombre, no pienso que lo que tengas entre las piernas se base en lo que pase por tu cerebro, simplemente que... Me haces sentir débil, porque no entiendo lo que te pasa, mi mente no alcanza a comprenderlo. Me desespera no saber cómo ayudarte, porque, mierda, te he agarrado cariño y no me gusta ver que ni siquiera puedo tener una conversación sin que tiembles o te quedes callado. Soy un imbécil.

— Lo siento, no sabía que eso sucedía. Verás, yo también me desespero, es horrible despertar cada mañana y decir "estoy enfermo", siento que mis metas no podrán cumplirse por eso. Todos los entornos de trabajo tienen hombres; somos la mitad de la población ¿sabes? Incluso un niño pequeño me hace sentir intimidado, aunque en mucha menor medida, obviamente. No tengo idea de qué me pasa en la cabeza, de por qué me cuesta confiar en cualquier varón, me dan miedo y quiero escapar, se me va el aire, de hecho abrirme así contigo, aunque sea con alguien vigilando, es un gran avance. Disculpa si te hice sentir incompetente, no eres imbécil. Eres muy inteligente, Hyunjin, sólo que no piensas con la cabeza.

El alto carcajeó sintiendo un extraño alivio, no era un imbécil, era inteligente.

— ¿Pedagogía me mencionaste en una ocasión?

— Sí, me encanta la idea de estudiar eso.

— Creo que es mejor que psiquiatría. — La fémina hizo un gesto exagerado que denotaba que estaba ofendida. — Digo, es más corta.

— Si te especializas en psiquiatría podrás ayudar a tu novia cuando se resfríe.

— Una especialización suena bien, pero no quita que sea un jodido dolor de cabeza. Y, Jeongin, la dejé, no logré que captase mi atención, supongo que estaba muy centrado en ti. — La mamá de Hyunjin alzó una ceja expectante mientras Jeongin sintió en su estómago un total revoltijo que lo descolocó.

— No te preocupes por mí, tonto, será mejor que te fijes en tus cosas...

Pensó en sí mismo una vez pronunció esa frase y todo se quedó tranquilo, en silencio. Analizó la situación en la que estaba, notó cómo llegó ahí y se dió cuenta de una cosa: no hay registros de traumas o trastornos en su familia, lo que supuestamente heredó, era biológicamente imposible. ¿Conducta aprendida? Imposible, eso se descartó desde que inició el tratamiento.

— ¿Cómo llegué a esto? ¿Cuáles son los factores, doctora? ¿Realmente es posible un trastorno hereditario en mi familia?

Bae se paralizó, no quería atiborrar de información a su pequeño paciente sin consultar antes con la madre de éste, con quien, no estaba en muy buenos términos. Hyunjin notó la tensión de su mamá y alivianó el ambiente con una risa.

— Mucha información por hoy ¿No crees? Vamos lento, hasta yo lo entendí. Todo a su tiempo, no pienses mucho en ello.

— Supongo que sí, lo siento.

La jornada terminó con dos corazones tranquilos. Hyunjin no era un imbécil, Jeongin dió un paso más. No todo estaba perdido.

Pero seguían aprisionados, no sabían dónde ni cuál era su delito. Si bien no lo aparentaba, escondían algo, todos lo hacían y no faltaba mucho para que lo soltasen gradualmente.

Quizás Yang y Hwang podrían seguir viéndose.