ᦒ ¡mantén distancia! ૪ hyunin ˊᯅˋ

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No la sacaba de su cabeza, no porque no quisiese, sino que no podía hacerlo, daba vueltas en la cama con un nudo imposible de desatar que atravesaba todos sus pensamientos. Su sonrisa, el cómo se expresaba y la madurez que emanaba su aura le daban una sensación tan pero tan preciosa que quería sentirla una vez más, había de admitir que jamás en su vida consideró la posibilidad de ser lesbiana o sentir el mínimo de atracción a una mujer, por lo mismo sentía sus instintos siendo atacados, lograba experimentar a detalle su piel estremeciéndose en alerta ¿Qué era todo aquello que le sucedía? En definitiva era una noche complicada, sus sentimientos en tales instantes lo eran y no tenía con quién conversarlo ¿Era producto de la hora? ¿O la soltería durante tanto hacía que una parte de su cerebro se comportase cual adolescente hormonal?
De esa manera los cuestionamientos rodearon todos los hemisferios de su mente hasta que pudo cerrar sus ojos conciliando el sueño al fin.

La noche pasó en calma, tanto JeongIn como su madre no se despertaron en ningún momento debido al cansacio que ambos llevaban conteniendo desde hacía ya varias horas. Los malos sueños no se hicieron presentes, disfrutaron la aurora que traía su descanso luego de un largo día con obvias cosas extrañas.
La monotonía puede consumirte al punto de dejarte jodidamente agotado emocionalmente hablando, un cambio de rutina es lo que le daba el toque a la vida de la pequeña familia Yang, madre e hijo experimentaban cosas nuevas cada día y eso provocaba que se acostasen con sus párpados pesados, un sueño reparador a veces era la solución a todos sus problemas y/o preocupaciones.

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La hora de despertar llegó para estudiantes y trabajadores, viernes y un descanso a ambos grupos les esperaba durante dos días. HyunJin y JeongIn hicieron su rutina matutina ese día con desánimo por lo temprano que era, la semana escolar los tenía tan agotados que parecía que si pisaban ese establecimiento otra vez lo quemarían y luego quemarían las cenizas, jodiéndose en los hijos de puta de sus compañeros.

Otra vez puso un pie en su escuela junto a sus dos amigas, era rutina de la que no se salvaba ni de por casualidad. Era un lugar grande, bien ordenado y los salones tenían un tamaño considerable, el piso era de un cemento barnizado con tonalidades negras y grises mayoritariamente.
Su nerviosismo incrementaba a medida que avanzaba haciendo de esta forma que apretase el agarre a los brazos de HeeJin y Nayeon, sus compañeros varones pasaban por su lado lo que hacía su corazoncito estremecer del miedo, por más interacción que intentase tener no lograba tranquilizar su ritmo cardíaco o respiración.

- No creo habértelo preguntado, bebé, ¿Por qué no pides medicación? - Cuestionó Nayeon una vez el trío de amigos ya estaba en el salón de clases en espera de su profesor.

- Me sentiría inútil sabiendo que sólo puedo tranquilizarme por unas cuantas pastillas, prefiero hacerlo por mí mismo. Además

La relación que tenía el grupito con sus compañeros no era la mejor, se habían metido en diversas polémicas, específicamente las féminas por defender a su pequeño amigo de cualquier mononeuronal que invadiese su comodidad. Al estar en ansiedad absoluta JeongIn solía encontrarse a la defensiva mas incapacitado para defenderse sin hacer un desastre.

Su rendimiento estudiantil se complementaba bastante: HeeJin tenía unas calificaciones lamentables debido a su poco hábito de estudio, JeongIn estaba dentro del rango promedio, le iba considerablemente bien aunque por supuesto tenía sus desaciertos; Nayeon por otro lado tenía un desenvolvimiento increíble, era quien mejores notas tenía en toda la clase.

Por el otro lado de la toalla se encontraba el hijo de los Hwang con su último año escolar, en espera de dejar ese sitio de mierda y no volver a ver a esos hijos de portador de esperma mal hecho.

- ¡Hyunjin, Hyunjin!

- ¿Qué mierda quieres, Felix? - El pequeño cambió su expresión emocionada a una de tristeza y desconcierto por la agresiva respuesta.- Maldición, perdón, pequeño, ¿qué es lo que sucede?

- ¿Por qué tan agresivo?

- Nada, algo de mi mamá. Pero ¿qué sucede?

- Oh... ¿Ella está bien? ¿Está enferma? - El chico sabía lo delicado que era hablar sobre su madre frente a Hyunjin, la relación entre ambos era nefasta. El ego de mierda que traía el alto impedía tener una conversación normal sin discutir.

- No es nada de eso, Felix. Déjalo. - se reingresó a sus pensamientos, siendo distraído una vez más.

- ¿Seguro está todo bien?

Suspiró. A veces odiaba lo insistente que podía resultar su pequeño amigo, pero le apreciaba y valoraba, lo mierda no le quitaba los sentimientos. Ambos acordaron en conversarlo luego junto a Seungmin, era una situación complicada que atemorizaba a Hwang.

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- ¡Llorón! - Heejin se burló de su amiguito, Yang llevaba diez minutos haciendo berrinche tras la caída de lo que había comprado en el casino escolar, específicamente un jugo de durazno; siendo éste su favoruto.

- Cállate, cara de termo sin futuro. - Seguía haciendo pucheros, en aquellos días estaba más sensible que de costumbre. Era una temporada complicada, ¡Qué injusto que se rían así de él!

- Ya cállense. JeongIn, ¿Quieres dinero para comprarte otro? - Habló esta vez Nayeon.

- Me da vergüenza que me vean dos veces, además estoy algo mojado...

Era una situación patética que estaba haciendo que malgastasen todo su descanso. Y, para variar, tendrían que estar juntos todo el día, un proyecto escolar que decidieron hacer juntos se les avecinaba.

Al final, a la fémina sólo le quedaba suspirar.