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Chocaron con los muebles mientras seguían besándose y avanzando a la vez

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Chocaron con los muebles mientras seguían besándose y avanzando a la vez. No querían separarse por lo que no veían por donde iban.

A pasos la chica le quito su chaqueta de mezclilla.

La espalda de Umi se pego contra una pared, sin perder más salto rodando sus piernas en la cintura del chico que pasó sus manos por sus piernas para sostenerla.

Se fundían en ese desesperado beso.

Ya que Shinichiro sostenía a la fémina la llevó al sillón, quedando él arriba con la muchacha sentada en su regazo, moviendo su cadera para sentir esa ficción algo forzada por sus molestos pantalones que les impedían sentirse más de cerca sus intimidades.

Las escurridizas manos de la castaña bajaron hasta llegar a la orilla de la playera del contrario, pasando sus manos por debajo de la tela para tocar con las yemas de sus dedos su abdomen plano. Subiendo más esa playera para admirar mejor con sus ojos al apuesto chico debajo suyo que soltó un pequeño gruñido desde su garganta en modo de excitación por la imagen.

Sus labios tocaron la piel caliente de Shinichiro, besando más arriba de su pantalón para ir subiendo despacio, retirando esa playera en el proceso hasta llegar a su cuello y repartir candentes besos humedos, sin dejarle todo el trabajo a la chica agarro su rostro con sus grandes manos para unir sus labios. Se separaron un poco para verse, ni siquiera habían prendido la luz pero la de afuera era suficiente, pegaron sus frentes para regular sus respiraciones.

Él más alto tenía una pequeña sonrisa. Este beso varias veces él rostro de la chica encima suya, comenzando a bajar sus manos hasta las caderas de la contraria para acariciarlas, desabotonando botón por botón más tranquilo como habían llegado en su principio.

Al retirar la camisa blanca pudo ver sus pechos cubiertos por el sostén de un color rosa pálido.

—Estoy un poco nervioso—confeso sincero manteniendo esa sonrisa.

Su confesión sorprendió a la castaña—No lo parecía minutos atrás... Aunque ahora que lo dices, yo también lo estoy—se rió. Abrazo su propio su cuerpo tratando de cubrir su estómago, algo intimidada al ver el torso levemente marco del chico y el de ella más suave por lo que significaba que no estaba completamente plano o marcado.

𝐓𝐡𝐞 𝐤𝐢𝐧𝐠 || 𝘚𝘩𝘪𝘯𝘪𝘤𝘩𝘪𝘳𝘰 𝘚𝘢𝘯𝘰 ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora