Luna Fría (Reyes Volturi)

Capítulo Veinticinco || Magullada

Mientras la mañana caía sobre la ciudad de Volterra, Marcus miró a su compañera dormida. Se veía tan contenta mientras dormía. Disfrutaba estar con ella así. El vampiro pensó que era fascinante. Desde los pequeños ruidos que hacía, hasta la forma en que entrelazaba los dedos entre las mantas, le encantaba verla así. El joven le apartó un mechón de pelo de la cara. Cuando la tocó, un suave gemido abandonó sus labios mientras se inclinaba hacia su caricia. Una leve sonrisa llegó a sus labios mientras observaba cómo sus ojos se abrían. "Buenos días cariño."

"Mmm..." Alessia hizo el ruido mientras se estiraba un poco en la cama. Mientras se desperezaba, siseó de dolor. Ella estaba extremadamente adolorida. La joven apretó la sábana contra su pecho mientras se sentaba.

Marcus frunció el ceño mientras la miraba. La parte superior de sus brazos estaba cubierta de magulladuras. Marcas que él había causado. La había lastimado. Ante ese pensamiento, sintió un dolor atravesar su cuerpo. Su compañera resultó herida por lo que le hizo. 

"Alessia..." El vampiro comenzó mientras sus ojos viajaban sobre ella. ¿Había otros lugares a los que también había dañado? Sus ojos se movieron desde el frente de su cuerpo a su espalda, donde notó un gran hematoma amarillento que cubría la mayor parte de su espalda. ¿Fue eso de cuando estuvo a punto de ser atacada por los recién nacidos? Extendió la mano para tocar el hematoma que estropeaba su piel. "Lo siento mucho." ¿Cómo no se había dado cuenta de esto antes? ¿Por qué no le había prestado atención?

"No es tu culpa, Marcus." Dijo la adolescente mientras se deslizaba cuidadosamente fuera de la cama. Cada movimiento provocaba que una onda expansiva de dolor recorriera su cuerpo. Se dirigió al espejo de cuerpo entero, tan pronto como vio su reflejo, vio los moretones en sus brazos.

Marcus se acercó detrás de ella y la miró a través del espejo. "Déjame ver el resto de tu cuerpo."

"No, está bien." Respondió Alessia. "Estoy bien, Marcus."

El vampiro agarró la sábana y la arrancó de su cuerpo. Para su horror, había grandes magulladuras entre sus muslos. Marcus se quedó en silencio mientras miraba su forma desnuda. No podía creer que la hubiera hecho daño. "Estoy bien-" comenzó Alessia, sin embargo, antes de que pudiera terminar, él la interrumpió. 

"¡Esto no está bien!" Gritó Marcus. "Te lastimé, Alessia. ¿No lo entiendes?"

Alessia giró sobre las almohadillas de sus pies y miró hacia los ojos negros del vampiro. Ella colocó sus manos a ambos lados de su rostro y lo acarició suavemente. "No me lastimaste a propósito. Estoy bien, son solo algunos moretones".

Marcus la agarró por las muñecas y le apartó las manos de la cara. Él la miró con una expresión de dolor en su rostro. No supo qué decir. No había nada que pudiera decir que arreglara esto. Hizo daño a su pareja. El vampiro se alejó de la joven y rápidamente se acercó a la puerta.

"¡Marcus!" Alessia gritó mientras salía de la habitación. Cogió la sábana, envolviéndola alrededor de ella mientras se apresuraba a salir de su habitación. Él se había ido. "¡Marcus!" La adolescente volvió a gritar mientras corría por el pasillo. Hizo todo lo posible por ignorar el dolor que estalló por todo su cuerpo. "¡Marcus!" La niña gritó su nombre mientras lo buscaba.

Las lágrimas comenzaron a pinchar sus ojos cuando su pecho comenzó a sentirse apretado. Le costaba respirar. Alessia se detuvo y se apoyó contra la fría pared de piedra tratando de respirar. Era como si no pudiera llevar aire a los pulmones. Respiró entrecortadamente cuando lágrimas calientes se derramaron de sus ojos, manchando su piel. Era como si sintiera el peor dolor que jamás hubiera podido imaginar. El sonido de pasos llenó el pasillo. La joven miró hacia arriba esperando que fuera Marcus. No lo era.