26.

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Jisung.

Le había dicho que no lo amaba, realmente lo había hecho y quería hacerme creer que era la mejor de las decisiones, pero por alguna razón no lo creía, así que lloré, lloré todo lo que pude y me tiré en el piso, acurrucado de forma fetal mientras me lamentaba por mi existencia. Nada podía ser peor que el sentimiento que me invadía en estos momentos, como si me desgarraran y no pudiese evitarlo, sabiendo que después no podría reunir las piezas porque estaba tan jodido que era imposible.

El tiempo pasaba y Minho no llegaba, se estaba demorando demasiado y me preocupó. Era mi amigo después de todo y aún quería lo mejor para él. Lo ayudaría a llevar sus cosas, a que se fuera tranquilo y que comenzara una vida nueva lejos de mí y todo el sufrimiento que le provocaba por no poder corresponder sus sentimientos. Estaba dispuesto a no juzgarlo más y verlo con otros hombres, estaba dispuesto a aceptarlo, quererlo así cuando pudiéramos volver a vernos sin esto que sentíamos de por medio.

Me puse de pie con dificultad, mis piernas no me respondían bien y mis brazos se sentía extremadamente frágiles, pero cuando por fin lo logré, arrastré mis pies por el pasillo mientras me apoyaba en la pared para no caer. Necesitaba mi celular para llamar a Minho o mandarle un mensaje o lo que fuese, quizás, si se había metido en problemas, podía ir a buscarlo y cuidarlo hasta mañana.

Cuando lo hallé no pude hacer nada, porque estaba apagado a falta de carga y encontrar el cargador me costaría un mundo en el desorden que ahora era mi habitación. No entendía en qué momento había ocurrido esto. Quizás era una señal del destino para que no lo interrumpiera, para que lo dejara en paz.

La lluvia comenzó a correr por la ventana de mi habitación y me uní a ella en el llanto, solo quería acurrucarme y dormirme, esperando que al día siguiente tuviese la fuerza para poder enfrentar todo.

***🐿***

Los sonidos insistentes en la puerta principal me despertaron, estaban acompañados de gritos nombrándome y no pude ignorarlos, así que me paré de un salto y fui lo más rápido que pude hasta allí, a pesar de que al llegar todo me dio vueltas y casi quise vomitar.

Pero tenía que abrirle a Minho.

Otro grito detrás de la puerta me hizo agarrar la manilla. Aunque esa no era la voz de Minho. Un escalofrío me recorrió y abrí la puerta por fin, encontrando a un Jeongin que parecía destrozado en el piso y un Hyunjin sosteniendo sus hombros en cuclillas.

Algo había ocurrido.

–Jeongin... —logré musitar.

Entonces Hyunjin levantó la vista y sus ojos estaban completamente rojos.

–Jisung... —murmuró—. Minho hyung...

–Minho hyung... —susurró Jeongin muy despacio y se puso de pie.

Me miró directamente a los ojos y agarró mis hombros mientras lágrimas recorrían sus mejillas.

–¡Maldito seas! —gritó.

Se notaba furioso y un nudo en mi garganta y el dolor de estómago me hacían respirar con dificultad.

Hyunjin se levantó igualmente y mordió sus labios para terminar la oración que no había finalizado anteriormente.

–Minho hyung tuvo un accidente...

Me desesperé, mis ojos se abrieron y mis piernas flaquearon, me apoyé en el marco de la puerta y comencé a respirar rápidamente.

Jeongin me había soltado en algún momento entre esos segundos, pero ahora había tomado mi barbilla y hacía que lo mirase a los ojos nuevamente. Su mirada era profunda, de verdad transmitía muchísima ira.

Sé que sientes esto~ [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora