THE BOY WHO LIVED

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CAPITULO 2

EL NIÑO QUE VIVIÓ

—Disculpa, pero ¿quién eres tú? —dijo Harry con curiosidad.

—Soy Rubeus Hagrid —respondió—, llevó el cargo de guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts. Seguramente has escuchado de Hogwarts.

—Lo lamento —dijo rápidamente Harry.

—¿Lo lamento? —preguntó Hagrid, volviéndose a mirar a los Dursley, que retrocedieron hasta quedar ocultos por las sombras—. ¡Ellos son los que tienen que disculparse! Sabía que no estabas recibiendo las cartas, pero nunca pensé que no supieras nada de Hogwarts. ¿Nunca te preguntaste dónde habían aprendido todo tus padres?

—¿El qué? —preguntó Harry.

—¿EL QUÉ? —bramó Hagrid—. ¡Espera un segundo! Se puso de pie de un salto. En su furia parecía llenar toda la habitación. Los Dursley estaban agazapados contra la pared.

—¿Me van a decir —rugió a los Dursley— que este muchacho, ¡este muchacho!, no sabe nada... sobre NADA?

Harry pensó que aquello iba demasiado lejos. Después de todo, había ido al colegio y sus notas no eran tan malas.

—Yo sé algunas cosas —dijo—. Puedo hacer cuentas y todo eso. —Pero Hagrid simplemente agitó la mano.

—Me refiero a nuestro mundo, tu mundo, mi mundo, el mundo de tus padres.

—¿Qué mundo? —preguntó Harry.

Hagrid lo miró como si fuera a estallar.

—¡DURSLEY! —bramó.

Tío Vernon, que estaba muy pálido, susurró algo que sonaba como "mimblewimble". Hagrid, enfurecido, contempló a Harry.

—Pero tú tienes que saber algo sobre tu madre y tu padre —dijo—. Quiero decir, ellos son famosos. Tú eres famoso.

—¿Cómo? ¿Mi madre y mi padre... eran famosos? ¿En serio? —preguntó Harry.

—No sabías... no sabías... —Hagrid se pasó los dedos por el pelo, clavándole una mirada de asombro—. ¿De verdad no sabes lo que ellos eran? —dijo, por último.

De pronto, tío Vernon recuperó la voz.

—¡Deténgase! —ordenó—. ¡Deténgase ahora mismo, señor! ¡Le prohíbo que le diga algo al muchacho!

Un hombre más valiente que Vernon Dursley se habría acobardado ante la mirada furiosa que le dirigió Hagrid. Cuando este habló, temblaba de rabia.

—¿No se lo ha dicho? ¿No le ha hablado sobre el contenido de la carta que Dumbledore le dejó? ¡Yo estaba allí! ¡Vi que Dumbledore la dejaba, Dursley! ¿Y se la ha ocultado durante todos estos años?

—¿Qué es lo que me han ocultado? —dijo Harry en tono anhelante.

—¡DETÉNGASE! ¡SE LO PROHÍBO! —rugió tío Vernon aterrado. Tía Petunia dejó escapar un gemido de horror.

—Voy a romperles la cabeza —dijo Hagrid—. Harry, debes saber que eres un mago.

Se produjo un silencio en la cabaña. Solo podía oírse el mar y el silbido del viento.

—¿Que soy qué? —dijo Harry con voz entrecortada.

—Un mago —respondió Hagrid, sentándose otra vez en el sofá, que crujió y se hundió—. Y muy bueno, debo añadir, en cuanto te hayas entrenado un poco. Con unos padres como los tuyos, ¿qué otra cosa podías ser? Y creo que ya es hora de que leas la carta.

𝐂𝐀𝐌𝐈𝐋𝐋𝐄 𝐘 𝐋𝐀 𝐏𝐈𝐄𝐃𝐑𝐀 𝐅𝐈𝐋𝐎𝐒𝐎𝐅𝐀𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora