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  Un taxi hizo parada en el Gran Hotel. De ahí bajaron ahora un par de viudos. Taemin y Minho estaban llenos de tantas preguntas que rondaban sus cabezas. Sus pies eran pesados como si trajeran cargando algo; por lo que prácticamente los arrastraban, al igual que sus equipajes con ruedas. Caminaron hasta el lobby y entregaron el documento que el chico Junsu les dio; en él se explicaba la situación. Les pidieron sus identificaciones para corroborar su identidad y también les reiteraron que Sayeko Nakamura y Azami Watanabe se habían registrado como pareja.

Pidieron unas habitaciones para hospedarse. Les dieron unas contiguas a la que tuvieron sus esposas. Decidieron primero ir a dejar su equipaje y tomar una ducha; necesitaban despejarse antes de enfrentar cualquier cosa que fuesen a encontrar dentro de esa habitación. La misma que Sayeko y Azami estuvieron compartiendo en esos días previos a su accidente.

Les dieron una llave a cada quien; acordaron entrar por las cosas de sus respectivas esposas en el momento que quisieran.

Cuando Taemin se sintió preparado para afrontar la situación, se dirigió a la habitación número 15. La comparó varias veces con la llave, y en el momento que estuvo seguro que era esa la correcta, la insertó en el cerrojo de la puerta; giró la manija y abrió. Dio un primer paso hacia el interior; dejando pasar unos segundos antes de dar el siguiente. Finalmente lo hizo y entró por completo cerrando la puerta tras de sí. Prendió el interruptor y la luz de las lámparas se encendió. Y ahí estaba.

Pero, ¿Qué debía hacer ahora? Se sentía un intruso; porque en el lugar no sólo habían cosas de su esposa, sino de otra persona; y, a su entender, él no debería hurgar en las pertenencias de la mujer desconocida. Pero lo tenía que hacer si es que quería recuperar las cosas de Sayeko. Pero entonces decidió salir de la habitación y tocar a la puerta en donde se quedaba Choi Minho. Dio unos suaves toques tratando de molestar lo menos posible, pues quizás estaba dormido o simplemente descansando.

--Toc, toc, toc. -La puerta se abrió casi enseguida y apareció un rostro lleno de lágrimas.

-Per...perdón por molestarle, es sólo que...yo quiero recoger ya las cosas de mi esposa, y, bueno, no me gustaría tocar las de la suya, y me preguntaba si es que quisiera estar presente. ¡Claro está, si usted quiere! --Un largo silencio se formó, pues Minho sólo lo veía con cara de fastidio, pero no respondía absolutamente nada.

Entonces Taemin, bastante apenado, dijo. -Mmm, entiendo. Yo...será mejor que regrese en otro momento. Lamento haber sido inoportuno. Namasté*. --Pero entonces, cuando dio la vuelta para marcharse, escuchó una voz ronca decir. --¡Está bien!

-Taemin se giró y preguntó. -¿Perdón?

--Dije que está bien. Iré con usted a la habitación para que pueda llevarse sus cosas.

Y así fue como ambos comenzaron a revisar y meter en las maletas las cosas que creían habían sido de sus esposas. Eso de verdad que era bastante bizarro. Durante todo el tiempo que permanecieron dentro de la habitación, en ningún momento se dirigieron la palabra. Y solamente cuando terminaron de empacar, Taemin dijo. -¡Listo! Creo que es todo. --Minho asintió sólo con la cabeza y ambos salieron de ahí.

Ya era tarde cuando Taemin bajó a cenar algo. No había tenido hambre en todo el día; de hecho sólo lo iba a hacer porque sabía que necesitaba estar bien; pues el chico Junsu les advirtió que les esperaban días muy duros.

Cuando ingresó al restaurante del hotel, vio en una de las mesas a Choi. Iba a acercarse pero se arrepintió de inmediato, pues el tipo no era nada sociable; y las veces que habían tenido que compartir el espacio, no le había dirigido la palabra en ningún momento; si acaso unos escuetos asentimientos de cabeza y nada más. Por lo que mejor se sentó en una mesa apartada de él.

KAMA 🕉 SEXUAL PLEASURE. (2MIN) 🔞{EDITADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora