precipitarse en una caída hacia el abismo, como la del alma en el Hades. Y luego el universo fue solo silencio, quietud y noche.
Me había desvanecido, pero no puedo afirmar que hubiera perdido del todo la conciencia. No intentaré definir lo que de ella me quedaba y menos describirla; pero no la había perdido del todo. En medio del más profundo sopor; no, en medio del delirio; no, en medio del desvanecimiento; no, en medio de la muerte; no, hasta en la misma tumba no todo se pierde . Si fuera de otro modo no habría salvación para el hombre. Cuando despertamos del más profundo de los sopores, rompemos la telaraña sutil de algún sueño . Y, no obstante, un segundo más tarde (tan frágil puede haber sido esa tela), no recordamos haber soñado. Cuando tras un desmayo volvemos a la vida, pasamos por dos etapas: primera, la del sentimiento de la existencia moral o espiritual; segunda, la de la existencia física. Es probable que, si al llegar al segundo período pudiéramos evocar las impresiones del primero, halláramos todos los recuerdos elocuentes del abismo que se abre a nuestras espaldas. Y ese abismo... ¿qué es? ¿Cómo al menos podremos distinguir sus sombras de la tumba? Pero si las impresiones de lo que he llamado el primer período no acuden al llamamiento de la voluntad, ¿no aparecen inesperadamente, tras un largo intervalo, sin ser solicitadas y mientras maravillados nos preguntamos de dónde proceden? Quien nunca se haya desmayado no descubrirá extraños palacios ni rostros fantásticamente familiares en las brasas del carbón, ni contemplará flotando en el aire las melancólicas visiones que el vulgo no puede disfrutar, ni meditará mientras respira el aroma de una flor desconocida, ni sentirá la exaltación de su mente ante el misterio de una melodía que jamás había llamado antes su atención.
Entre mis repetidos y reflexivos esfuerzos por recordar, entre pertinaces luchas por apresar algún vestigio de ese estado de aparente vacío en el que mi alma se había sumido, hubo momentos en que vislumbré el triunfo; breves, brevísimos períodos en que llegué a condensar recuerdos que, a la luz de mi clarividencia posterior, sólo podían referirse a ese estado de aparente inconsciencia. Esas sombras de recuerdos me presentan confusamente grandes figuras que me levantaron llevándome silenciosamente hacia abajo, hacia abajo, siempre hacia abajo, hasta que un horrible vértigo me oprimió a la sola idea de lo infinito del descenso. También me recuerdan no sé qué vago terror que mi corazón experimentaba, precisamente por la sobrenatural calma que me invadía. Luego, viene el sentimiento de una repentina inmovilidad que invadió cuanto me rodeaba como si quienes me llevaban (¡espectral cortejo!) hubieran pasado en su descenso los linderos de lo ilimitado y descansaran del hastío infinito de su tarea. Mi mente recuerda más tarde una sensación de acrimonio y humedad; y luego, todo es locura , la locura de un recuerdo que se agita entre cosas abominables.
De pronto, vuelven otra vez a mi espíritu el movimiento y el sonido: el movimiento tumultuoso de mi corazón y el rumor de sus latidos. Luego una pausa en la que todo es confuso. Luego otra vez sonido, movimiento y tacto, como una sensación de vibrante hormigueo por todo el cuerpo. Y luego la simple conciencia de mi existencia sin pensamiento, algo que duró mucho tiempo. De pronto, bruscamente, el pensamiento , un terror que me producía escalofríos y el esfuerzo más ardiente por comprender mi verdadera situación. A esto sucedió un vivo afán de recaer en la insensibilidad. Luego un brusco revivir del espíritu y una afortunada tentativa de movimiento. Y, entonces, el recuerdo completo del proceso, de los jueces, las negras colgaduras, la sentencia, mi debilidad y el desmayo. Y el total olvido de lo que ocurrió después, de todo lo que tiempos posteriores y la constancia más tenaz me han permitido recordar vagamente.
Hasta ese momento no había abierto los ojos, pero sentí que estaba tendido de espaldas y sin ligaduras. Alargué la mano, que cayó pesadamente sobre algo húmedo y duro. La dejé descansar allí durante unos minutos mientras hacía esfuerzos por adivinar dónde me hallaba y qué era de mí. Sentí gran impaciencia por abrir los ojos, pero no me atrevía porque me espantaban. No es que temiera contemplar cosas horribles, sino que me aterrorizaba la posibilidad de que no hubiera nada que ver. Por fin, con mi corazón lleno de atroz angustia, abrí de golpe los ojos y mis espantosas suposiciones se confirmaron. Me rodeaba el negror de una noche eterna. Me parecía que la intensidad de aquellas tinieblas me oprimía y sofocaba. Traté de respirar: la atmósfera era de una intolerable pesadez. Permanecí inmóvil y acostado haciendo esfuerzos por utilizar mi razón. Evoqué los procesos inquisitoriales procurando deducir mi situación verdadera a partir de ese punto. La sentencia había sido pronunciada y tenía la impresión de que desde entonces había transcurrido mucho tiempo. Pero ni por un solo momento imaginé que estuviera realmente muerto. Semejante suposición, pese a todas las ficciones literarias, es totalmente incompatible con la existencia real. Pero ¿dónde me hallaba y en qué estado? Sabía que los condenados a muerte fallecían con frecuencia en los autos de fe. Una solemnidad de esta especie se había celebrado aquella misma noche. ¿Me habían devuelto a mi calabozo en espera del próximo sacrificio, que no se celebraría hasta varios meses más tarde? Al punto comprendí que era imposible. En aquel momento había una demanda inmediata de víctimas. Por otra parte, mi primer calabozo, como todas las celdas de los condenados en Toledo, estaba empedrado y tenía algo de luz.
Repentinamente una horrible idea aceleró los pálpitos de mi sangre, que se agolpó a torrentes hacia mi corazón; por breves instantes recaí en la insensibilidad. Cuando me repuse, me erguí
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El pozo y el péndulo
УжасыEL LIBRO NO ME PERTENCE Como ya menciones el libro no es de mi propiedad,el libro lo saque de un sitio de internet Libros de Mario https://www.librosdemario.com/el-pozo-y-el-pendulo-y-otras-historias-espeluznantes-leer-online-gratis/4-paginas Escri...