Capítulo 5: En el pantano

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Link se levantó con pereza a las tres y media de la madrugada ya que la jovencita dio un grito ahogado, no pudo evitar preocuparse, se dio un tallón en los ojos.

"¿Estás bien?" llovía a cántaros y al mirar a la chica se sorprendió. Se encontraba envuelta en su cobija beige con lágrimas reprimidas en sus ojos chocolate.

"S-sí, no ha sido nada." respondió. A eso sonó un rayo. La chica saltó y se cobijó hasta la cabeza.

"¿Te dan miedo las tormentas eléctricas?" Link se levantó y se acercó a ella con preocupación.

"Anda, puedes reírte, soy una cobarde ante esta clase de cosas." Marie no salía de su escondite.

"No me voy a reír, Marie. Todos tenemos miedo a algo y es completamente natural. También yo tengo miedos y no me gustaría que se rieran de mí si se enteran." Link se sentó al lado de la castaña.

"¿De verdad? Gracias, Link. Discúlpame si es que te resulté antipática. No tolero a la gente machista." se encontraba cabizbaja.

"Entiendo, estaba bromeando, pero no me di cuenta que estaba siendo un pesado, no es fácil para mi decirlo, pero, perdóname, pequeña."

"¿Por qué pequeña? Soy más alta que la mujer promedio. Bueno, disculpa aceptada." infló sus mejillas.

"No sé, estando así me pareces una niña pequeña. Vulnerable y tierna. Pero también sé que eres diferente y eso realmente es genial." resonó otro rayo y Marie volvió a esconderse. "Tranquila, pequeña, todo va a pasar. No tengas miedo, me quedaré contigo hasta que te duermas." Link tomó la mano de Marie, eran casi del mismo tamaño y, a pesar de tener una piel suave, poseía callosidades en sus palmas. Las de Link también estaban callosas pero no en un punto incómodo.

"¿Por qué me ayudas?" cuestionó.

"Somos compañeros y debemos apoyarnos en las buenas y malas." Link le sonrió.

"Gracias, Link..." bostezó y lo último que escuchó fue un rayo, pero ya no sintió el miedo porque sabía que no estaba sola.

A la mañana siguiente, Link se despertó en el suelo, aún con la mano de la joven entrelazada con la suya. La apretó un poco para que la chica reaccionara y se levantara.

"Vamos, niña, que ya pasan de las seis y media." sabía que aún no eran ni el cuarto para las seis, pero él deseaba salir más temprano.

"¿Qué? ¿En serio? ¡Link, por qué no me despertaste antes! ¡Por todas las Diosas!" Marie salió disparada al baño.

La castaña se dio un baño bastante rápido, secó sus rizos y se puso su ropa de batalla.

"Marie, era broma, no es tan tarde, son cuarto para las seis." Link se rió.

"Buf, que malo, pero, igual y así alcanzamos a desayunar. ¿Qué se te antoja?" preguntó tallandose los ojos en gesto de cansancio.

"Lo que sea, mientras sea comestible todo entra." Link se carcajeo sonoramente y Marie no pudo evitar contagiarse.

"Pues desayunaremos huevos revueltos, ¿te parece?"

"Suena fabuloso. Ya me enteré que tu hiciste la sopa de cucco ayer en la Posada del Puchero, estaba deliciosa." Marie miro hacía Tael y Tatl mientras se carcajeaban, bajó la cabeza ya que seguramente estaría sonrojada.

"Pues supongo que no es la gran cosa, un clásico simple y sencillo."

"Bueno, bueno, igual me gustó mucho. Vamos a la cocina, yo te ayudo con la comida, tenemos que llevar para poder viajar seguros al pantano."

The Legend of Zelda: El Regreso a TerminaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora