Capítulo 26: Cañón Ikana.

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Marie sintió el abrazo del joven calentarla, mordió su labio con cierto nerviosismo pero no se movió ni un centímetro.

"Link yo...creo que también deberíamos hablar, pero no es el momento ni la situación adecuada. Quiero que sepas lo que siento y quiero saber lo que tú sientes. Pero no ahora que podría hacer la situación más extraña." la chica se giró frente a él y acarició su mejilla. "Por ahora, lo único que te pido es espérame. Espérame para reunir todo el valor que necesito." se acercó a besar su mejilla provocándole un sonrojo a su compañero.

Link jamás la había visto tan seria en un momento juntos, siempre había juegos y bromas de por medio. En ese momento se dió cuenta de lo bella que era con sus ojos llenos de tal determinación y sus facciones de niña tener un porte de mujer. ¿Qué era lo que sentía en realidad? ¿Qué era la ardiente sensación en su pecho? Se preguntaba en esos segundos. Con gran inquietud la miró darse la vuelta y montar su caballo. ¿Qué la hizo madurar tan pronto?

"¿Por qué no me sonríes?" susurró entre su aliento. Epona se acercó a él indicando que debían irse. "Tienes razón, sólo...sólo la necesito más de lo que yo creía, y ahora siento que su presencia está más lejana. ¿Habré hecho bien?" se montó a la yegua con cierto desgano y se fue tras del caballo blanco perteneciente a la chica.

Link iba algo cabizbajo después de mil cosas que pasaron por su cabeza en el camino abajo. La castaña había pasado por fuertes emociones últimamente, pero se preguntaba si no hubiera habido tal interrupción, ¿le habría besado? Nuevamente se sonrojó al pensar en lo que pudo ser. Dark Link se le adelantó con el imponente caballo negro. La chica notó que el rubio llevaba la cabeza baja.

"¡Oye! ¡No te quedes atrás, duende!" le gritó Marie en un tono divertido. Incluso Dark Link volteó rodando sus ojos.

"¿Eh? ¿Es un desafío?" volviendo a la realidad hizo que Epona la alcanzara.

"Oh, ya verás." la joven aceleró el trote bajando hacia la llanura para tomar camino hacia el cañón.

No importando las criaturas como chuchus, bokoblin o bombchus, amigos corrían en su caballo a la velocidad que le permitían sin hacerles daño. Marie no pudo evitar una sonrisa, la primera sincera en un rato. Link la noto y se sintió un poco aliviado e intentó guardar esa sonrisa en lo más profundo de su alma no sabiendo si volvería a verla después de los eventos anteriores. El fin estaba más cerca que nunca con tres templos y uno por venir.

Llegando al pie del cañón, los tres dejaron a los caballos ir para buscar agua y comida.

"Odio éste lugar." se quejaron la castaña y el rubio al mismo tiempo. Se miraron y rieron un poco.

Poco después de conseguir lo necesario se acercaron para subir al cañón Ikana. Con toda experiencia, Link trepó hasta arriba con su gancho, seguido por Dark Link que con su tremenda habilidad no tardó en llegar al lado del rubio. Marie, como siempre aventurada decidió intentarlo una...dos...tres...cuatro veces sin éxito. Bufó, la quinta vez lo consiguió casi cayendo pero fue ayudada por sus acompañantes que no disimulaban la risa. La chica asentó un golpe en el brazo de cada uno.

"No soy buena con el gancho, par de bobos."

A pesar de todo siguieron su camino gasta el río que nuevamente estaba seco, la ciudad parecía estar maldita de nuevo. Gibdo caminaban por doquier. Había incluso stalchild en plena luz de día. Una joven y un mayor soltaron un grito. Los tres con valor se acercaron a pelear, no podían tener más temor. Dark Link con sólo entrar a escena intimido a los gibdo. Al sacar su espada simplemente retrocedieron.

"Pamela, señor. Que gusto verlos." sonrió Link.

"¿Oh? ¿Eres tú? ¿Quién salvó a mi papá años atrás? Haz crecido muchísimo." sonrió con alegría.

The Legend of Zelda: El Regreso a TerminaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora