Capítulo extra 2: Hermoso regalo.

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Todos sabemos que un cumpleaños es especial cuando lo pasas al lado de las personas que más amas. En el caso de ésta pequeña la pasaba al lado de sus padres, abuelos y sus tres hermanos, Sylvane, mayor por diez años, Byron de apenas un año diez meses y la pequeña Galilea, una nena recién nacida.

"Sylvane, ven, vamos a comer pastel." la pequeña castaña tiró de la manga de su hermana.

"Vamos, pequeña Marie. ¿De qué es tu pastel?" preguntó la joven rubia.

"Es de chocolate, ayude a nuestra madre a preparar el ganashe." la niña lucía entusiasmada.

"Me alegro mucho, hermana. Vamos, seguro que te esperan dentro de casa."

"Ah, es cierto, Sylvane." Marie tomó la mano de su hermana, alegremente comenzó a correr en dirección de la pequeña cabaña mientras que su vestido color lavanda se movía con el vaivén del viento.

"Espera, Marie, una damita como tú debe caminar con delicadeza."

"Pero, hermana, aún no soy una damita, soy una niña pequeña."

"Pero en menos de lo que piensas serás una señorita hermosa."

"Aún no lo soy, Sylvane, así que debo disfrutar al máximo antes de ser destruida por las críticas sociales." la rubia abrió los ojos como platos. A pesar de los cortos seis años de la pequeña, era madura y crítica.

"Bueno, tienes razón, pequeña."

Después de esa última frase ambas entraron a la pequeña cabaña, donde ya esperaban listos los familiares de la niña. Encendieron seis pequeñas velas de tono lila, que fueron hechas por su abuela. La castaña estaba entusiasmada con el bello pastel que resaltaba en la mesa.

"Pide un deseo antes de soplar las velas de tu pastel, mi cielo." indicó una mujer castaña, muy parecida a la niña.

"Si, madre." Marie cerró los ojos, después de unos segundos los abrió y sopló las velas. "Listo. Espero que las Diosas escuchen mi deseo." la pequeña sala estalló en aplausos.

"Seguro lo hará, mi niña." dijo la señora mayor.

"Ahora abre tus regalos, hija." un señor rubio de ojos chocolate tomó de la mano a la niña y la llevó a una pequeña pila de regalos.

Los ojos de la pequeña se iluminaron al ver los regalos dentro de su envoltorio. Se apresuró, pero se detuvo y jaló a su hermana mayor con ella.

"Sylvane, acompañame."

"Claro, hermana."

Ambas se acercaron a la pila de regalos, la mayor parte era ropa muy femenina y adorables peluches, pero algo captó la atención de la niña. Abrió el regalo y se encontró con un bellisimo arco blanco.

"Padre...es hermoso. ¿Me enseñarás a utilizarlo?"

"Claro que si, hija. Me alegra saber que te guste." la madre de Marie no parecía aprobar el regalo de su esposo, pero ver a su hija tan animada hizo valer la pena el coraje.

"Y ahora, mi pequeña, te daré un regalo muy especial."

"¿De qué se trata, madre?"

"Esto, mi niña, es un regalo de las Diosas que ha permanecido en nuestra familia, ahora es tuyo, cariño. Se llama el Zafiro de Amore. Dicen que muy apartado de éste lugar hay una tierra tan hermosa como la nuestra. Este collar nos conecta con ese mundo y te conectará con una persona especial, ya que el zafiro de Amore une los corazones de las personas."

"Gracias, madre, es muy hermoso y tiene un dulce aroma."

"¿Aroma?"

"Si, madre, percibo un aroma a clavel y vainilla que se desprende del collar, ¿no puedes olerlo?"

Todos los presentes quedaron anonadados mientras se miraban entre sí. Marie los miraba confusa aún sin comprender la extraña mirada de sus familiares, pronto comprendería.

Un año después...

"¡Madre...no te vayas por favor! ¡Hoy no!" la niña gritaba mientras las lágrimas caían con intensidad.

"Hijita de mi vida, eres una señorita muy fuerte, la bendición de las Diosas te protege, nos volveremos a ver en tres años, no llores, cariño." le dio un beso en la frente a la niña y subió al carruaje al lado de su esposo.

Poco después, Sylvane se fue a trabajar a una tierra lejana donde solo podía saber de la pequeña Marie por medio de cartas.

Aun Sylvane recuerda lo que la niña le dijo al partir. "Mi corazón y mis pensamientos siempre permanecerán contigo, porque juntas o separadas siempre te querré, Sylvane."

Diez años más tarde...

"¿Marie? ¿Marie? ¡Nerea Marie!" el grito de un chico rubio llamó la atención de la joven.

"Ay, Link, ¿qué gritos son esos?"

"Me estabas ignorando, ¿en qué piensas, loca?"

"Oh, solo un viejo recuerdo." sonrió con nostalgia.

"Vamos al Rancho Romani, te estábamos esperando con un pastel hecho, pero parece que te perdiste en tus pensamientos. Siempre andas en la luna, mujer." Link soltó una risilla.

"Bueno, recordar momentos alegres nunca está demás. Considerando que hoy hace once años recibí el último regalo que mi madre me dio en persona. Después de eso nunca la volví a ver, tampoco a mi padre, me escribían cartas con fotografías mostrándome que estaban bien. Luego del incidente de Majora, no volví a saber de ellos, ni siquiera en cartas." las lágrimas se empeñaron en salir, pero la chica no lo permitía.

"Desahogarte no te hará daño." Link le abrió los brazos a la chica y sin dudarlo se lanzó llorando a ellos.

"Los extraño mucho, Link, quisiera volver a verlos." dijo entre sollozos y suspiros.

"Los encontraremos, tranquila. Seguro que ellos te están esperando en algún lugar en esta tierra." la chica se abrazó más al chico, se calmó un poco escuchando el sereno corazón del rubio.

"Gracias, Link, no se que haría sin ti en mis colapsos emocionales."

"No agradezcas, somos amigos y los amigos se apoyan en las buenas y en las malas. Ahora vamos al Rancho Romani, ¿si?"

"¡Si!" exclamó más animada.

"Madre, seguro que él es mi destino, la persona que las Diosas pusieron en mi camino, gracias. Tal vez él no posea esta bendición como yo, pero tenerlo a mi lado me hace sentir muy especial.

Sylvane, ya no estoy sola, tengo a Link a mi lado y siempre me protegerá, así que no te preocupes, querida hermana, porque ahora estoy bien"

Al llegar al Rancho Romani estaban Anju, Kafei, las cocineras de la Posada del Puchero, el tío de la joven, Romani, Cremia, Lluvia, los Bombers y unas cuantas personas más.

"¡Feliz cumpleaños!" exclamaron al unísono.

"Gracias, chicos."

"Agradece a Link, él organizó todo." dijo Anju.

"Link..." ella se tiró a sus brazos. "Gracias, lo que hice en tu cumpleaños no tiene comparación."

"Hablando de eso..." Link tomó una rebanada de pastel y la impactó en la cara de la castaña. "¡Venganza!" corrió y la chica lo perseguía con carcajadas saliendo de su boca.

"¡Me las pagarás, Link!" le embarro betún de chocolate en la cara. ¿Qué haría sin este idiota?"

Fin de éste especial de cumpleaños. Me sentí inspirada por lo mismo de que mi cumple es éste quince de junio. Gracias por leer, dejen su opinión :3

The Legend of Zelda: El Regreso a TerminaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora