Capítulo 7: El Templo Catarata. (Parte 1)

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Los dos chicos iban a paso inseguro, mientras las hadas se posaron en el interior del gorro de Link ya que el miedo les había ganado.

"¿Cómo se supone que cruzaré ese acantilado? Tu tienes la máscara."

"Pues espera, tengo una idea."

"Bueno, pero no te atrevas a dejarme aquí."

"No se me ocurriría ponerte en más riesgo de lo que ya estás."

"¿A qué te refieres?" lo miró con rencor.

"No me malinterpretes, el pantano es peligroso y, aunque no dudo que puedes defenderte, si caes al agua puedes morir ahí. No sabemos si es venenosa o peligrosa." se colocó la máscara y voló hacia la entrada del templo.

El chico se quitó la máscara y, con los guanteletes de plata, levantó una columna y la conectó con la base en la que se encontraba Marie.

La castaña comenzó a caminar con suavidad por la columna, lenta y segura, pero, de repente una libélula comenzó a volar muy cerca de ella y cargó un rayo con su aguijón. Marie logró evitarlo, pero, casi cae por lo que solamente se sostenía a dos manos.

"Maldición..." murmuró tratando de subir de nuevo, pero la libélula no se lo permitía, soltó una mano.

Cuando pensaba que todo estaba perdido, una mano sujetó su brazo con firmeza y la subió nuevamente a la columna.

"¿Estás bien?" le preguntó Link.

"Amm...supongo, disculpa haberte dado problemas cuando prometí que no lo haría."

"Oye, no fue tu culpa, no pasa nada. Además hubieras hecho lo mismo por mi si yo hubiera estado en esa situación, ¿o no?" preguntó Link.

"Pues si, y Link..."

"Dime."

"Gracias por salvarme la vida por segunda vez en este día."

"No hay de que. Y creo que manejaste muy bien la situación de la flor, así que por eso no me agradezcas ya que tu pusiste de tu parte."

"Oye, no soy la típica damisela en peligro, aunque ahora lo parecía." soltó una carcajada.

"Si lo sabre yo. Anda, vamos que el tiempo que nos queda no es mucho."

"Si." al momento de pronunciar estas palabras, Link tomó la mano de la joven. "Ummm...no es por nada, pero, ¿qué rayos estás haciendo?"

"No sé, creo que me siento más seguro tomando tu mano." estaba sonrojado.

"N-no te preocupes, no pasará nada." a pesar de todo, la chica apretó la mano de Link con cierta suavidad.

"No quiero volver a pasar por ese susto."

"Lo siento, fui muy descuidada."

"No, tranquila, fue culpa de la libélula." comenzaron a caminar.

"En parte, porque si la hubiera detectado antes esto no habría ocurrido."

"Te lo repito, enana, no te culpo. Fue un ataque sorpresa."

"Bueno...gracias, Link." de repente sus ojos chocolate se abrieron como platos. "¡Estás herido!"

"Ah, no ha sido nada."

"¿Qué? ¡Es algo! Llegamos a la entrada y te curare eso." regañó la joven.

"Bien, pero no te esponjes. De verdad que he tenido herida peores." Link se rió.

"Eso no me consuela, jovencito, deberías ser más cuidadoso. Siéntate." soltó de una manera un poco agresiva.

"Ya, ya, está bien. Tranquila, mujer, que no resolverás nada enojádote."

The Legend of Zelda: El Regreso a TerminaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora