El rubio estaba caminando rumbo a la escuela a paso lento y pesado, no tenía ganas de ir, lo único que quería hacer era encerrarse en su habitación, pues el pecho le seguía doliendo demasiado. Había divisado a una pequeña bola de pelos oscuros, lo siguió con la mirada pensando que era su gato, sin embargo no fue así y gracias a esto noto la vista a su alrededor.
Una sonrisa melancólica se dibujo en su rostro y sus ojos se cristalizaron —enserio que soy idiota— las lágrimas cayeron y siguió caminando.
Las lágrimas se detuvieron pero su mente seguía divagando en todos los recuerdos que tenía de aquel lugar, hasta que uno en específico llegó a él.
Cuando conoció al pelinegro.
Cuatro chicos caminaban de regreso a sus casas después de clase, tres voces diciendo tonterías y la última estaba en silencio, solo fingió escuchar lo que sus acompañantes decían, mientras sus pensamientos lo inundaban.
—¡tierra llamando a chifuyu!— no hubo respuesta —¡Chifuyu!— gritaron los 3 al unison
—¿Ah?— volteo a ver a sus amigos —solo estaba pensando en ese sabelotodo— respondió restándole importancia
Los tres chicos se pararon en seco y él siguió su camino, no se había alejado tanto por lo que escucho lo que dijeron
—jajajajaja, lo olvidará todo sobre el mañana—
Lamentablemente eso no pasó, no podía olvidar a ese chico que se vestía como un sabelotodo pero era un completo idiota, no lo olvido al día siguiente, ni una semana después, mucho menos al mes siguiente, y hasta ahora seguía pensando que jamás lo olvidaría, se negaba a olvidarlo
Era el amor de su vida, no podría olvidarlo, jamás olvidaría sus palabras bonitas, los regalos y menos los gestos de amor que le dedicaba, no podría olvidar aquella sonrisa que mostraba sus colmillos, sus ojos brillantes y la voz que tanto le gustaba escuchar, era simplemente imposible.
Sin embargo del mismo modo no podría olvidar los golpes que le propinó, era consiente de que no debía perdonarlo como si nada, pero se negaba a soltar sus sentimientos hacia keisuke.
¿Kazutora era más importante que yo?,¿Baji, para ti kazutora tenía más importancia en tu vida?
Luego de ese pensamiento el enojo se apoderó de su persona, ya que no lograba entenderlo, el pelinegro siempre fue la persona más importante en su vida desde que lo conoció, pero al parecer baji no pensaba lo mismo.
Estaba cansado de toda la montaña rusa de emociones, e ignorando sus responsabilidades, se sentó en el piso abrazando sus piernas y con pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos.
—¿Por qué eres así de egoísta?, hiciste que te quisiera tanto y ahora simplemente te vas y me abandonas— su voz estaba entrecortada —¿Qué se supone que haga ahora? Duele y mucho keisuke, ¿Por qué?, Solo dime ¿Por qué?— su mano derecha estaba agarrando su camiseta por la parte del pecho creyendo que podía dejar de doler si lo presionaba
Las pocas personas que pasaban a su lado solo lo miraban con lastima, aquel chico se veía tranquilo y frágil en esa posición, se sentía como si el simple hecho de acercarse lo terminaría de destrozar.
Lastima que esa pequeña flor ya estaba rota, sus pétalos podrían caer en cualquier momento, y esa belleza desaparecería, dejando solo su cadáver marchito, siendo aún más frágil y débil, dónde una simple ráfaga de viento podría hacer que desapareciera sin dejar rastro.
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