˖۪⸙͎ Treinta y tres

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El pelinegro se dedicaba a andar de un lado a otro en su habitación, ese día era su graduación y los nervios lo carcomían principalmente porque no sabía si hanemiya vendría, en los últimos meses el mayor se dedicó a coquetearle de forma descarada, y su débil corazón no puedo evitar caer ante sus tonterías. Era consiente de que le gustaba y decidió que podría intentarlo, pero quería finalizar con sus estudios para que pudiera estar un poco más libre.

Cómo si todo su revuelo de emociones no fuera suficiente, sus amigos solo lo miraban curiosos y se negaba a dar alguna explicación de su actuar, sus pensamientos volaron a un pequeño rincón de realidad que le decía que kazutora no iría, y que era entendible, que estaba bien.

¿Te sucede algo? —cuestiono takemichi — Ya te graduaste ¿De que te preocupas?—

—No tiene que ver con la escuela, es sobre —se quedó pensando —sobre si me veo bonito— Mintió

Aja —murmuro koko

Todos sabían que era mentira, pero prefirieron no decir nada, solo dejaron que el ojiazul siguiera en aquel mar de dudas. Por su parte hanma le tomo un par de fotos, ya que cierto chico se las pidió, no era necesario ser un genio para saber quién era. En un momento Emma se levantó para decirle que kazutora si iría, pero que estaba esperando un momento específico para llegar, aunque fue detenida por su pareja.

—Oye, chifuyu —soltó inupi —pero ¿no crees que su kazutora viene sería problemático?— todos lo voltearon a ver con una ligera molestia

—¿Por qué piensas eso?—

—No lo sé, a ganó popularidad gracias a mitsuya y sus diseños, no sería raro que llame la atención de tus compañeros—

supongo que tienes razón, pero ¿Qué tiene que ver kazutora en todo esto? —

—Nada, solo pensé que estabas esperando a que llegara, lo que sería tonto porque está en prisión—

La forma en la que hablaba hacia que el ojiazul no pensará en ni un solo instante que estaban jugando con su mente, en donde todos prestaban atención a sus expresiones y se daban cuenta de lo mal mentiroso que era. Una risa escapó de los labios de hanma llamado la atención de todos, pero él estaba prestando atención a su celular.

¿No deberíamos irnos ya? —cuestiono mikey —ya me aburrí—

—Tienes razón, deberíamos irnos—

Saliendo de su pequeño departamento partieron a la ceremonia a un que el gran protagonista del día se sentía triste, quería que el mayor estuviera con él en ese instante, no entendió en que momento su relación avanzo tanto solo sabía que ambos estaban de acuerdo con estar juntos y comenzar su relación en algún momento, ambos deseando que ese punto llegue pronto.

—¿No deberíamos irnos ya? —cuestiono mikey —ya me aburrí— 
—Tienes razón, deberíamos irnos— Saliendo de su pequeño departamento partieron a la ceremonia a un que el gran protagonista del día se sentía triste, quería que el mayor estuviera con él e...

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Un cansado kazutora se despertó, tenía menos de una hora para arreglarse, se despertó tarde por culpa de su desvelo, aunque sabía que valdría la pena, pues era un regalo para el menor. Se dio una ducha rápida y al terminar empezó el problema quería verse bien, pero al mismo tiempo no quería llamar la atención, tenía que elegir alguna de las dos.

—A la mierda, que todos sientan celos de la pareja de chifuyu— dijo entre risas.

Comenzó a colocarse los pantalones negros que le quedaban grande de las piernas, pero ajustados de la cintura, una camiseta que le llegaba hasta la cintura en blanco con rayas negras, una pequeña corbata negra mal puesta sobre ella, y como accesorios añadió un anillo y un collar que el menor le habías regalado. Camino a la salida de la casa, tomando una chaqueta negra de cuero falso, que también le quedaba grande.

Reviso que llevará todo y se subió al auto que Draken le prestó para llegar a tiempo. Mientras conducía y dejaba que la música inundar sus oídos, su mente divago, pensando en cómo se sentirá matsuno al saber que estaba libre desde hace un mes, una pequeña risa escapó de sus labios y al ver una florería lo recordó, recordó como chifuyu le hablaba del idioma de las flores. Se estacionó para comprar un ramo en específico, pues se dedicó a investigar al respecto para entender a su menor.

Una vez obtuvo lo que quiso, siguió con su andar, dejando el ramo descansando en el asiento del copiloto, asiento que pronto sería ocupado por el pelinegro. Al llegar al recinto solo se encontró con una gran cantidad de gente y los alumnos ya estaban yendo a recoger sus diplomas, justo en ese instante en el que se acercó a sus amigos para preguntar por el chico que amaba, su nombre se escuchó.

—Ahí esta —dijo entre risas mitsuya

Las miradas habían caído al recién llegado cuando comenzó a aplaudir junto a sus amigos, pues estaba más que orgulloso del pelinegro, con tanto ruido chifuyu los volteo a ver, sonriendo con un brillo en sus ojos al ver los ojos amarillos del mayor.

—Que asco el amor —dijo mikey con burla

Sus manos comenzaron a picar a la expectativa de lo que pasaría después de ese día. Cuando todo termino, el pelinegro corrió a dónde sus amigos se encontraban, abrazando sin dudar a kazutora, las miradas de sus compañeras mostraban un poco de decepción pues habían pensado en como acercarse al atractivo chico.

—Felicidades por graduarte, chifuyu—susurro en su oído.

—Oye, soy tu mamá pero abrazas a otra persona antes que a mí —acuso la mayor

El menor solo se rio antes de ir a abrazarla, por un par de horas se quedaron en el lugar tomando fotos y felicitando al chico, hasta que kazutora le tomo la mano, mirando a sus amigos con una sonrisa.

—Les pido permiso de llevarmelo por unos veinte minutos, después vamos a su departamento, lo prometo —

—Bien kazutora —dijo la mayor —pero no tarden mucho—

Jalando al menor lo llevo al automóvil, aunque el ojiazul le pidió detenerse un momento, quería quitarse la tonta bata de graduación. A ojos de hanemiya un lindo traje negro que se ajustaba al cuerpo del chico, junto a un collar a juego con el suyo, se veía precioso. Abrió la puerta del copiloto sacando las flores y dándoselas, viendo cómo esos lindos ojos azules se cristalizaban.

—son camelias rojas —susurro

—Si, recuerdo que hace mucho tiempo dijiste que le llevaste a baji estás flores, busque su significado porque parecías tener mucho interés en las flores y ahí fue en dónde llegue a una conclusión— se acercó para que estuvieran frente a frente —Chifuyu, se que no me amaras como lo hiciste con baji, se que no soy un amor perfecto, así que déjame ser el amor de tu vida, incluso si amas a baji más que a mí, déjame ser la persona que más te ama —acomodo un poco el desordenado cabello del menor, y en una ligera caricia, encaminó sus dedos a su barbilla levantándola un poco —Chifuyu matsuno, déjame ser el sol que acompaña tu cielo, déjame ser el tonto que te hace feliz, déjame verte en tus momentos más débiles, por favor, permíteme ser tu novio—

El mencionado solo asintio antes de lanzarse a los brazos del mayor, acercando su rostro para finalmente, después de tanto tiempo, poder besarse, un beso suave y tranquilo, tan cariñoso que empalagaba y tan sincero que consolaba. Consolaba sus corazones que pensaron en algún momento que nunca volverían a amar, que nunca volverían a ser amados.

—Estoy muy feliz —susurro el más alto cuando se separaron —pero tengo otra sorpresa—

—¿Otra? —dijo sorprendió

—Si, súbete al auto—

Haciendo caso, ambos terminaron en un camino desconocido para el ojiazul, pero más que conocido para su pareja, en todo el trayecto chifuyu se quedó viendo aquellas lindas flores, pensando en lo feliz que era en ese instante. Se estacionaron y el mayor le tapo los ojos, guiándolo en su caminar para evitar que tropezara.

Bien, a la cuenta de tres vas a ver mi segunda sorpresa—

—¿Debería tener miedo?— cuestiono

—No, deberías tener expectativas, nunca pensarías en lo que estoy por enseñarte— dijo orgulloso —Bien, una, dos y tres—

Cuando sus ojos finalmente pudieron acostumbrarse a la luz, se quedó estático, volteo a ver al mayor en un intento de que se empezará a reír y decirle que era una broma, pero solo escucho su suave risa mientras esperaba que dijera algo. A decir verdad, nunca espero que kazutora logrará que tuvieran su tienda de mascotas tan rápido, pero eso lo hizo pensar ¿Desde hace cuánto tiempo llevaba planeando la sorpresa?. Rápidamente de acercó para abrazarlo.

—¿Desde cuándo?—

Hace mucho pero mucho tiempo, anoche termine de agregar un par de cosas, por eso mis ojeras— el menor levanto la mirada para prestarle atención

—No se ve nada—

—¿En serio? Yo pensé que si, cómo sea, ¿Te gusta?—

—Bastante, aunque faltan cosas pero de eso me encargo yo— murmuró —Kazutora, creo que tenías razón en una cosa—

—¿En qué?—

—Eres el mejor novio que cualquiera pudiera tener—

—Eres demasiado lindo—

Acercó sus rostros para besarse una vez más y un finalmente se sentían completos, disfrutando de su presente y pensando en su futuro, futuro como pareja, como amados, como el cielo en dónde aquel azul brillante siempre está acompañado de un sol caluroso, en dónde los ojitos de chifuyu siempre se encontraban con los de kazutora, armando su propio cielo y negandose a separarse, incluso si había nubes cubriéndolos, ellos dos siempre se encargan de arreglar las cosas, siempre se encargaban de estar bien.

El final lo publicó hoy porque mañana estaré ocupada, pero, genuinamente me siento feliz con el final, talvez la historia no es lo que esperaban pero aún así gracias por tomarse el tiempo de leerla

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El final lo publicó hoy porque mañana estaré ocupada, pero, genuinamente me siento feliz con el final, talvez la historia no es lo que esperaban pero aún así gracias por tomarse el tiempo de leerla.

Los quiero mucho 🖤

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2023 ⏰

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𝐂𝐚𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚𝐬 𝐑𝐨𝐣𝐚𝐬  + ﹁ ᵏᵃᶻᵘᶠᵘʸᵘ ﹂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora