˖۪⸙͎ Nueve ˖۪⸙͎

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La noche había llegado causando que la temperatura bajara aún más, pues el invierno estaba presente y las paredes de concreto no ayudaban a mantener el calor. El delgado cuerpo de hanemiya se encontraba temblando de frío mientras se intentaba cubrir con la ligera manta que le dieron.

Por más que lo intentará, gracias al frío le era imposible conciliar el sueño, solo se quedó sumido en sus pensamientos mientras el tiempo pasaba. Cuando ya no pudo soportarlo más se levantó y comenzó a moverse por toda la celda, necesitaba entrar en calor de cualquier forma.

Luego de un tiempo brincando, se acercó a entrada de su pequeño calabozo y miro a los otros chicos, hasta que se percató que justo a lado de su celda había un oficial.

—¿me puedes decir a qué hora son?— pregunto con una voz ronca

—son las 7 de la mañana— respondió

Es demasiado temprano, puta madre quiero dormir

Regresando a la incómoda cama intento conciliar el sueño, pues su cuerpo ya no tenía tanto frío, los minutos pasaron pero simplemente no podía descansar, con toda la frustración encima solo pudo pensar en el chico rubio de ojos azules, temiendo porque algo le pasará.

Se quedó viendo a la nada mientras insultaba de todas las maneras posibles al actual líder de los black Dragons, incluso sin siquiera saber su nombre, ya que gracias a ese sujeto su mente lo mantenía en un constante estado de preocupación hacia el más bajo.

—¿Y si muere?— susurro —no, él no dejaría que lo matarán, ¿Cierto?— estaba empezando a desesperarse —no, el va a vivir— se dijo a si mismo intentando calmarse

Talvez quiere morir porque baji ya no está con él, ¿Y sabes de quién será la culpa? Exacto, tuya

Aquella voz que lo atormentaba hablo, causando que el chico se alterará cada vez más.

—no, él va a estar bien, va a venir a contarme lo que pasó en estos días, estoy seguro— hablo solo mientras sus manos empezaron a temblar

Claro que no, incluso si está bien, ¿Por qué iba a querer hablar con una mierda de persona como tú?

—¡Cállate!— grito

Aquella discusión siguió por un buen tiempo, orillando al menor a levantarse de la incómoda cama y caminar por el lugar mientras su cuerpo temblaba. Después de lo que el sintió como una eternidad, ya no podía soportarlo, se rindió.

por favor, ya cállate— fue un susurro lastimero que salió de sus labios.

Del mismo modo, su cuerpo colapso y callo arrodillado en el frío piso, las lágrimas no pagaban de salir y con manos temblorosas intentaba tapar sus oídos con la esperanza de ya no escuchar más a esa voz.

El pobre chico nisiquiera podría percatarse de que tres personas tenían las mirada puesta en él, siendo testigos de toda la situación y sintiendo lastima por él

—realmente necesita ayuda— soltó uno de los uniformados

—yo me encargaré de ello, pero necesito acercarme a él primero— respondió la mujer.

—bien, entonces, ¿A qué hora lo quieres ver?— cuestionó a la mujer el otro sujeto ahí presente

—despues de su hora de almuerzo estaría bien— sin más se fueron del lugar dejando a ese chico en el piso sufriendo.

Cuando finalmente logro calmarse, sentía que su cuerpo fue golpeado de manera salvaje, estaba adolorido, con la poca fuerza que le quedaba se recostó en la cama y finalmente pudo dormir. Luego de un par de horas, un oficial llegó a despertarlo

𝐂𝐚𝐦𝐞𝐥𝐢𝐚𝐬 𝐑𝐨𝐣𝐚𝐬  + ﹁ ᵏᵃᶻᵘᶠᵘʸᵘ ﹂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora