XIII

123 50 48
                                    

¿QUÉ ESTÁ PASÁNDOME?

...

Salir con Riko sin saber a dónde me llevaría me generaba cierta ansiedad, Oliver era mi único amigo hombre, este me vio en brasear y no me avergonzaba frente a él, y más que por mucho tiempo pensé que era gay, después que supe que no era así, igual me sentía bastante cómoda.

En cuanto abrí la puerta Riko me observo sonriente y me extendió su mano, era completamente suave y estaba un poco frío. No pronuncio palabra solo me dio el casco y lo tome sin preguntar qué haríamos, ni adonde iríamos.

Subí a la moto y lo abrace, este soltó su mano derecha del manubrio y acaricio mis brazos, recorrimos varios kilómetros y yo solo pensaba en si estaba haciendo lo correcto, recordaba que quizás podía obtener información valiosa y esto me hacía sentirme segura de mi decisión y de hacer caso a Olí.

—Llegamos pequeña —apago la moto, me baje y le entregue el casco.

— ¿Dónde estamos? —Pregunte ansiosa.

—Te he traído a un lugar, que estoy seguro lo disfrutaras tanto como yo.

—Pues, dime.

—No, debes verlo tú misma —tomo mi mano —vamos.

Avanzamos y pasamos por una especie de cueva, por un momento perdí la visión completa, choque como con un tronco, al caminar sentía como las ramas crujían bajo mis pies.

—Riko, creo esto no es buena idea.

—Vamos, confía sé que te encantara.

—Avance un poco más y sentí como algo se pegó a mi cara —Riko esto no está bien, tengo algo en mi cara, quiero regresar ya.

—Estamos llegando pequeña, tranquila en cuanto salgamos te quitare eso de la cara.

Después de un rato comencé a ver la luz, y trate de quitarme lo que tenía, era como telaraña.

—Bienvenida al paraíso —Riko cerró sus ojos y respiro profundamente.

—Esto es hermoso —comente anonadada ante el lugar.

Realmente era como un paraíso, narnia detrás de la cueva, lleno de árboles y muchas flores, amo la naturaleza, la creación es una de las obras de arte más hermosas.

—Sabía que te iba a gustar —Riko termino de quitar la telaraña de mi cara con total ternura, verlo junto todo el paisaje era ¡Dios! Algo que jamás pensé vivir, me sentía como una tonta, este tenía una mirada picara y sin duda estaba ruborizada.

—Creo que ya quitaste todo de mi cara —comente para romper el silencio.

—No aún queda algo por acá, —paso su mano por mi cabello y quito la moña — Ahora si quedaste perfecta, deberías siempre traerlo suelto.

—Es que me da calor y...

—Este me interrumpió —Y creo que es una excusa totalmente ridícula, pues lo tienes hermoso y cuando lo traes suelto tus ojos resaltan más.

—Aparte la mirada, mis ojos siempre me habían avergonzado —entonces deberías devolverme mi moña, eso no me gusta nada.

—Riko tomo mi mentón, y giro mi rostro nuevamente — Pues a mí me encantan, me parece que son perfectos, y más cuando me miran a mí.

Guarde silencio y Riko intento besarme, cuando lo sentí tan cerca trate de alejarme, pero este con su mano me acerco y comenzó a dar pequeños besos, de los cuales no recibió respuesta de mi parte, este solo continuo y sonrió al verme.

NEUROSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora