10| Mark

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Jaden

—¿Dónde carajos está Rachel? —Pregunté, sosteniendo de los hombros de Dixie, no medí mi fuerza, provocando sentir como los huesos de mi hermana quisiera romperse.

—Suéltame, estúpido de mierda. —Respondió, con la tranquilidad que respondió me dio unas ganas de matarla.

La solté, escuchando un jadeo por parte de ella.

—Se ha ido a su pueblo, viene en dos días. —Contestó sonriéndome burlonamente, fruncí mi ceño a su respuesta.

Si Chase se entera que se ha ido, es capaz de arrancarle la cabeza.

Desde un principio entendí lo que Dixie quería con Rachel. Dixie no era una persona que perdona, y lo hizo con Rachel, la perdonó por lo que su madre le hizo a su esposo, a mi hermano. Pero eso no era todo, ella siempre guarda algo debajo de su manga.

—Ella no quiso matar a tu esposo, y mucho menos separarlos y lo sabes. —Dije antes de salir por la puerta de madera, que extrañamente su olor era a sangre. De seguro, acá alguien murió.

Mis hermanos empezaron a empacar sus cosas para ya irnos al pueblo. Debíamos de buscarla, en dos días en su bautizo y si no viene Chase la matará.

—Ella ahora va a querer sangre humana. —Comentó Vinnie.

Y es verdad, todos los vampiros primerizos buscan de sangre humana para así sentirse bien interiormente. La sangre humana es muy fuerte para los vampiros principales, se podría convertir con en un vicio.

Rachel

—Fuimos de viaje por todo el mundo, fue divertido. —Me encontraba respondiendo a sus interrogaciones.

Fingía respirar, alzando mi estómago, también fingía en pestañar, debía de comportarme como un ser humano y honestamente era difícil hacerlo. Tengo en mente muchas cosas para sumar en comportarme como un humano.

Nadie me dijo que debía de fingir, pero al ver como ellos lo hacían a la perfección, debía yo también hacerlo.

—Estás muy pálida, pensé que ibas a venir bronceada. —Bromeó. —Avisé a tus amigas que ya haz venido, ahora vienen. —me avisó, parándose del sofá y agarrando nuestras tazas de chocolate caliente.

Miré como la fogata seguía prendida, como sus llamas era lo único que me calentaba. Sentía calor. Me estaba ardiendo mi cuerpo. Me levanté del sofá ya no aguantando el arder de mi cuerpo.

—Me voy a mi dormitorio, me avisas cuando vengan, pa. —Avisé corriendo hacia mi dormitorio.

¿Está bien lo que he hecho?

De un momento a otro empecé a extrañarlos. Necesitaba irme nuevamente, quería estar con ellos. Sus abrazos me protegían, sus besos me encontraban.

Solía sentirme feliz al lado de ellos, pero ahora me siento tan mal al no tenerlos conmigo.

Quédate acá.

Ahora vienen.

—Cállate. —Respondí a mis pensamientos.

—¡Rachel!

Volteo y observé a Avani y Addison tirándose encima de mí. ¿A qué hora han venido? Mi padre se encontraba apoyado en el marco de madera en mi dormitorio.

—Ya vengo, linda. Ha pasado una emergencia en el centro. —Avisó, dejándome un beso en mi frente.

Las chicas se sentaron a mi lado, abrazándome y besando mis cachetes. Sí, las había extrañado.

DANGEROUS (V.H, P.M, J.R, J.H)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora