Chaeyoung estaba recostada en la cama en la que siempre dormía desde que se instaló en el hogar de su mejor amiga. La artista miraba su celular con algo de desgane; a consecuencia de su padecimiento actual y de su organismo aun adaptándose a la donación. Pero no era todo, pues había un desgane extra en su interior, uno adquirido desde el día en que abandonó a su familia, aunque ella misma odiaba verlo como eso, sin embargo, sabia bien que eso es lo que había sido... un abandono...
Ni siquiera se percató del pequeño toque en la puerta, ni del momento en el que Dahyun entró a la habitación, observándola con esa expresión preocupada.
Chaeyoung recordaba a su amiga siempre sonriente, llena de vida y alegría... era doloroso tener que presenciar esto una vez más, quizá la carga emocional era el doble o triple de dolorosa al saber que, en esta ocasión, Chaeng no se recuperaría.
Pero respetaría la decisión de su mejor amiga, con todo el dolor de su corazón lo haría y estaría ahí hasta el último momento, hasta que Chaeyoung le sonriera por ultima vez.
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-El médico dijo que revisaría tus últimos estudios, se le veía animado- La madre de Chaeyoung le hablaba a su hija, quien estaba dispersa, mirando el cielo azul a través de la ventana de aquella habitación.
Pero, para la menor, aquello no tenía mucha importancia. No se había rendido ante la leucemia, pero cada día tenía menos fuerza para luchar... así que lo que sea que ese médico tuviera que decirle, la tenía sin cuidado alguno, más bien su mente estaba en algo más.
-Dahyun dijo que vendría hoy, pero se ha retrasado- Chaeyoung decía a su madre, quien estaba sentada a la par de su camilla mientras acariciaba su mano con amor.
-No te desesperes cariño. Dahyun dijo que definitivamente vendría- Su madre la animaba, sabía que, aquel cumpleaños numero 15 de Chaeyoung sería singular y quizá inolvidable para su hija, esto en el mal sentido, pues llevaba un año y un par de meses luchando contra aquella enfermedad, cumplir años en medio de ella, era algo que ponía desesperanzada a la joven coreana.
-Sé que lo prometió, pero... quizá está cansada- Comentaba Chaeyoung mientras bajaba la mirada, observando la vía intravenosa conectada a su mano, pasando ese horrible y agresivo liquido rojo de antraciclina, uno que prometía intentar salvarla mientras al mismo tiempo la destruía por dentro.
-¿Cansada? ¿Por qué piensas eso? - Su madre parecía intrigada ante la expresión dolosa y desanimada de su hija.
-Si, cansada de mí... de mi enfermedad y mi tristeza...- respondió apenas audiblemente.
Chaeyoung lo pensaba así, que su amiga Dahyun estaba obligándose a aquello. A estar cada día sin falta al pie de aquella camilla, cuidándola, sonriéndole y tratando de animarla, diciéndole que todo estaría bien.
-Cariño...- su madre susurro con dolor al ver a su amada hija pensar aquello, sintiéndose una carga para todos. Simplemente se limitó a abrazar a la mas joven, quien simplemente recargó su rostro contra el hombro de su progenitora, buscando refugio para liberar sus lágrimas.
Dahyun por otro lado preparó una sorpresa para su mejor amiga aquel día, aunque no contó con algunos inconvenientes, pues tuvo que moverse de aquí a allá para lograr su cometido y sobre todo, para tomar valor, pues deseaba hacer feliz a su mejor amiga con algo especial y único.
Aquel detalle llevó a Dahyun a estar una hora antes del final del horario de visitas, recortando considerablemente su tiempo con la menor. Pero tratando de no pensar en eso, se arregló sus ropas y peinado, con un ramo de flores en mano, se dispuso a entrar en aquella habitación.
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Quédate a su lado
RandomMina era su tesoro más grande, lo más valioso que tenía en la vida. La amaba demasiado como para imaginarla siquiera llorar su ausencia. Por ello, haría hasta lo imposible por llenar el vacío que dejaría su pronto adiós. Aún si aquello significara e...