Nayeon estaba en una cómoda oficina, sentada con completa tranquilidad, releía unos papeles que sostenía en sus manos, tenía que ser minuciosa con ellos y dar su mayor esfuerzo, tal y como estaba acostumbrada a hacer.
Había pasado varias semanas de desvelos trabajando en aquel proyecto, cambiando y rediseñando detalles que a su parecer, no iban con ese toque único que la caracterizaba.
Repetía su discurso y explicación constantemente en su memoria para asegurarse de que no olvidaría absolutamente nada, y que todos en aquella sala quedarán impresionados.
Su tranquilidad se vio irrumpida con la entrada de alguien a la oficina en la que permanecía.
-Buenas tardes, Nayeon ¿Estás muy ocupada?- pregunta el intruso de aquella oficina, un muy bien arreglado y perfumado Seungkwan, quien sostenía un par de carpetas en una de sus manos.
-Estoy a nada de presentar una propuesta para los nuevos arreglos en la empresa de los nuevos socios, claro que estoy ocupada- Nayeon responde, mirando al hombre frente a su escritorio. -¿Necesitas algo? Porque no tengo tiempo de bromas- continúa la coreana, volviendo su vista a los papeles en sus manos.
Seungkwan solo ríe ante la expresión algo molesta de Nayeon y se acerca hasta colocar las carpetas sobre el gran escritorio.
-Se supone que yo soy el jefe. Deberías dejar de ser tan gruñona- dice aún con gracia, haciendo que Nayeon simplemente suelte un suspiro y le dedique una pequeña sonrisa.
-Que seas el jefe, no te quita lo fastidioso- responde la coreana riendo y por fin prestandole atención. -Aunque debo darte crédito, siempre le hablas muy bien de mis diseños a tus colegas empresarios- Nayeon sonríe.
.La tarde en la que una inexperta Nayeon presentó su primer proyecto al nuevo equipo que formaría parte de los directivos del nuevo Sunrise, fue quizá, una de las tardes más agobiantes de su corta vida, sin embargo, jamás pensó que resultaría ser un rotundo éxito.
Todos estuvieron encantados con su rediseño y por supuesto, con ayuda de un arquitecto graduado y más experimentado, Nayeon incluso dirigió la construcción y remodelación. Brindándole una muy buena impresión y dándole la oportunidad de formarse una buena reputación como arquitecta tan pronto como recibió su título y cédula profesional.
Nayeon entró por aquellas puertas como una estudiante temerosa y salió como toda una profesional, con la frente en alto.
Mina y Tzuyu estuvieron muy orgullosas de ella, el día en que se recibió finalmente.
Y por supuesto, Seungkwan le ofreció un puesto dentro del nuevo BonnonMN entretaiment. Dónde constantemente elaboraba planos y presupuestos para infinidad de colaboradores y empresas.
Nayeon siempre soñó con un día tener una oficina, un escritorio con su nombre, un muro con una copia de su título bien enmarcado, dónde presumiera lo que ella era y había logrado. Ahora era posible, todo gracias a la oportunidad que Mina y Seungkwan le devolvieron y por supuesto, a su propio esfuerzo.
.No pudo evitar sonreír al recordar cómo es que había llegado a dónde se encontraba ahora. Se sentía sumamente orgullosa de ver la placa en ese escritorio, con un "Lic. Im Nayeon"
-Se que me adoras por eso- Seungkwan por fin respondía a Nayeon, referente a los buenos proyectos que siempre le sugería.
-No te adoré ni cuando pusiste mis iniciales y las de Mina en el nombre de tu empresa de entretenimiento. No lo haré ahora- contestaba aún triunfante.
-¡Lo hice con todo mi cariño! Además suena profesional; BonnonMN entretaiment, líderes en entretenimiento- se ergia orgulloso.
Y no se equivocaba, después de que Seungkwan arriesgara todo por la compra de Sunrise entretaiment, un par de años más adelante, con mucha dedicación y esfuerzo, se había convertido en una empresa donde cientos de jóvenes deseaban seguir su sueño de ser famosos.
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Quédate a su lado
RandomMina era su tesoro más grande, lo más valioso que tenía en la vida. La amaba demasiado como para imaginarla siquiera llorar su ausencia. Por ello, haría hasta lo imposible por llenar el vacío que dejaría su pronto adiós. Aún si aquello significara e...